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Especial Fiestas de Ricote 2022

Un artista muy cercano | El padre de Don Celes, amigo de un ricoteño

Un artista muy cercano | El padre de Don Celes, amigo de un ricoteño

El pasado 8 de septiembre de 2021, falleció en Bilbao, a la edad de 99 años, Luis del Olmo Alonso, dibujante y padre artístico de Don Celes, al que conocí en la capital vizcaína, en septiembre de 1958.

Fue una de las primeras personas con las que contacté, nada más tomar posesión como Oficial Instructor de la Juventud, en la Delegación Provincial, sita entonces en Gran Vía 62, 2º Izda, rigiendo sus destinos Manuel García Méndez.

Principalmente, a través de los trabajos de imprenta que se le encargaban a Manuel Ortega Peña, cuyos temas ilustraba Luis de Olmo, a lo largo del año. Con todas aquellas actividades que tenían más relación con nuestro cometido esencial, tales como los Concursos de Villancicos, en Navidad, la Cabalgata de Reyes, las Fiestas de la Juventud, la Campaña de Campamentos, etc.

Con una relación muy estrecha, en la propia imprenta, radicada inicialmente en la Travesía de Uribitarte y más tarde en la calle Ortiz de Zárate. Entonces, desde el año 1945, vinculado al periódico La Gaceta del Norte, de la Editorial Católica, igual que el Ya, y desde 1969, hasta nuestros días, al Correo Español el Pueblo Vasco -cuya sede estaba en la calle Ledesma- en la misma Cadena y línea editorial que ABC o La Verdad, hoy diarios de Vocento, cuya última tira fue publicada el pasado 9 de septiembre. Y siempre con Don Celes Carovius de protagonista, o simplemente Don Celes, retratando a un hombre de edad indeterminada, con un llamativo mostacho negro, y al igual que su mujer, Petronila Pilonga, y bautizado con este nombre, tan eufónico, por Aureliano López Becerra. El primitivo director de la citada Gaceta del Norte y cuyos rasgos identificativos, podrían definirse así: «La tira es siempre muda, y su humor se basa en las desventuras de su protagonista, un ‘antihéroe’, que suele terminar cada entrega golpeado, engañado o perseguido, por un perro furioso».

(Que se asemeja mucho, por su periodicidad, fino humor y virtuosismo compositivo, al Tío Pencho, tira cómica ideada por Man, el doctor Sánchez Requena, aunque se diferencie por la variedad de sus personajes, sus hijos de tinta china y el ambiente típicamente murciano, las dos tristemente desaparecidas, creándonos un vacío inmenso).

Pero nuestro conocimiento más cercano, fundamentalmente, retomando el hilo argumental, y durante cuatro veranos seguidos (años 1967-1970) fue a través de la colaboración extraordinaria en los Cursos de Maestros Instructores, bajo mi dirección, llevados a cabo en las Instalaciones del Campamento Íñigo de Loyola, situado en Espinosa de los Monteros (Burgos), durante la segunda quincena del mes de julio.

Ultima viñeta de Olmo

Para alumnos del Magisterio, del Plan 1950, en el que participaban estudiantes de las provincias de Álava, Guipúzcua, Burgos, Logroño, Navarra, Santander y Vizcaya, cuyas reseñas de prensa aún conservo como un tesoro, muchas de ellas firmadas por mí, con el seudónimo de ‘Ricote’. Y en los que, además de nuestro habitual Cuadro de Mandos, muy cualificado, participaban con su concurso extraordinario profesionales de la talla de D. Xavier Domínguez Marroquí, D. José González Gutiérrez, D. Jesús Velasco, y el mismo D. Luis del Olmo Alonso

Con una intervención divertidísima, aderezada con profusión de viñetas, en las que se ponía en solfa al Régimen imperante, y con censura muy estricta, para gran regocijo de los presentes, que no salían de su asombro

Y como anécdota final una referencia muy explícita, del Inspector Nacional de Campamentos, José Luis Ruidavest González como protagonista. Estando él presente, alguien le requirió, no sé por qué, cómo se pronunciaba el nombre de un balneario pontevedrés famoso, tanto por sus aguas minerales, como por la entidad del propio municipio, con el siguiente interrogante: «¿Cómo se debe decir, Mondaríz o Mondariz?». Y esta fue su respuesta lapidaria: «Mondaríz será Mondariz, cuando la naríz sea nariz».

La misma, precisamente, que años más tarde, nos dijera en la sede de la Delegación Nacional, en la calle Ortega y Gasset 71, el dirigente Fernando Soto Campos, que ya es casualidad.

Que en esto de los ‘palabros’ siempre se han contado anécdotas muy divertidas, Aparte de la ya famosa, atribuida a Camilo José Cela en las Cortes, muy escabrosa, cuando lo encontraron dormido en el Hemiciclo, y esta fue su contestación, como excusa: «No es lo mismo estar dormido, que estar durmiendo; como no es igual estar jodido, que estar jodiendo».

Como otras, de parecido sesgo, e igualmente muy ocurrentes, referidas recientemente por la periodista murciana Rosa Belmonte, a cuento de una vieja conversación, sostenida entre el escritor aragonés Ramón J. Sender (nacido en el pueblo oscense de Chalanera, en 1902) con el cineasta José Luis Garci, cuando aquél le matizaba, muy irónicamente: «No es lo mismo Sender que Sénder, como no hay que confundir nunca jóder con joder», o algo parecido.

Y volviendo al tema central que nos ocupa, habría que subrayar, por último, que como homenaje a personaje tan popular y querido, que nació el mismo día que yo, el 24 de agosto. Él, en el año 1922, y éste que suscribe, en 1937, en plena Guerra Civil española, y por tanto, ambos, virgos de pura cepa. Con 15.000 historietas a sus espaldas; 76 años de intenso trabajo, como dibujante, periodista y humorista español, cuyo eco se extiende, además de los periódicos aludidos, al DiarioMontañés, de Cantabria, el Diario Vasco y el Correo de Gijón, bajo el nombre de Pepín de Celes.

‘Caramolas’ de los carnavales de 1984, en Bilbao; autor de una columna diaria en el Correo, llamada ‘De cuando en cuando’; Premio Notario de Honor, en la Universidad de Alicante, en 2010, e Ilustre de Bilbao, en 2012, entre otras muchas distinciones, bien se merece un reconocimiento público en las Fiestas de Ricote, equivalentes a la Aste Nagusia en el País Vasco, que atestigüe, muy fehacientemente, su larga y brillante trayectoria profesional, amén de su hombría de bien, como rendido culto a la amistad.

Viñeta de BALDO

Baldomero Ferrer García ‘Baldo’

Muy parecida, curiosamente, a la exhibida por otro paisano nuestro, y en el mismo campo profesional y artístico, personalizado en otro grande del humor murciano, Baldomero Ferrer García ‘Baldo’. Con tales similitudes personales, y talante, que más que un simple parecido, es su dúplica personal; y sino reparen en este ligero apunte biográfico, que se indica: fue el autor, durante mucho tiempo, de un artículo diario, publicado en Línea denominado La Quinta columna, como desplegó una ingente labor periodística, colaborando muy estrechamente con la Hoja del Lunes y La Verdad, con secciones muy consagradas y casi míticas. 

Tales como La Cumbre, Dende el Cornijal, Mermullo de la Cieca o Liciones de Historia, en cooperación con el panochista, Diego Ruiz Marín. Director artístico de Publicidad Ekipo-Vértice, y mi segunda casa. Prologuista de mi libro Cartas de un colombófilo e ilustrador de todas sus viñetas, radiofonista de pro y un publicista genial, que coordinó la campaña de la UCD, en Murcia. Que supo rodearse de excelente profesionales, para que su empresa, fuese una de las más representativas del ramo. Entre otros muchos, con José Miguel Soria Perete, Joaquín García Abellán (’Chipola’) o Francisco García Albaladejo, arabista, especialista en la figura del místico sufí, Ibn Sabín, uno de los hijos más ilustres de Ricote y traductor de la obra del profesor Mohamed Serghini, máxima autoridad mundial en la materia.

Y, sobre todo, para mí, un ser adorable, de verbo cautivante, y casi mi guía espiritual.

Por todo ello, hagamos patente, muy gráficamente, nuestra gratitud más expresiva, a los dos, reproduciendo en su honor, algunas de sus viñetas más sonadas. Unas, de nuestra colección particular, y otras, enviadas expresamente, por correo urgente, por nuestro ínclito amigo, ‘Richi’, desde Bilbao, nuestro querido ‘Bocho’. No en balde, permanecimos en esta ciudad durante 15 largos años, y muy felizmente. Y en dicho lugar bendito, nacieron dos de nuestros hijos, Raúl Aitor y Alberto, y está enterrado un tercero, Óscar, cuyos restos mortales descansan en el cementerio de Derio. 

Algo para no olvidar.

¡Hasta siempre!

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