El recinto histórico de la ciudad de Lorca está plagado de solares cuyas viviendas fueron demolidas tras los terremotos de mayo de 2011. Otros se sitúan entre inmuebles que únicamente mantienen en pie sus fachadas que ‘apeadas’ aguardan algún día su reconstrucción. Entre las ventanas abiertas de estas últimas se puede contemplar espacios repletos de vegetación seca, bolsas de basura, papeles y hasta una paellera vieja que dejó de ser útil a sus dueños algún día y que en vez de dejarla en un contenedor decidieron abandonarla en este lugar.

La gerencia de Urbanismo inició hace poco más de un mes una de sus habituales ‘batidas’ para limpiar estos espacios. Muchos de ellos, según el concejal de Urbanismo, José Luis Ruiz Guillén, “presentan un alto riesgo de incendio, por la maleta seca que acumulan”. Es, precisamente, en estos solares donde se “actúa más rápido y con contundencia” para evitar el daño que pueden causar a las viviendas de alrededor en caso de que se origine un fuego.

Entre las primeras ejecuciones que se realizaron está la limpieza de un solar en la calle Álamo esquina con Núñez de Arce. Desde entonces, las labores de limpieza no han cesado. Una de las últimas actuaciones ha sido en la calle Fernando el Santo esquina con Zorrilla. Allí se encuentra uno de los espacios más amplios del recinto histórico. El solar es consecuencia de la demolición, tras el terremoto, de varios inmuebles. Durante varios días operarios de una empresa se han encargado de retirar la basura y la vegetación que se acumulaba en su interior.

Las órdenes de ejecución no han cesado y suman ya unas 200, según ha reconocido a LA OPINIÓN Ruiz Guillén, quien ha señalado que es una labor que se realiza de forma continua desde Urbanismo. Los propietarios de los solares son “advertidos” y pueden llevar a cabo la limpieza ellos mismos o si no atienden el requerimiento “el Consistorio ejecuta la orden de forma subsidiaria, reclamando su importe a los dueños”, ha destacado el edil.

Los solares se reparten no solo por el casco antiguo, sino también por barrios y pedanías. En estas zonas también se han llevado a cabo numerosos requerimientos para que a la mayor brevedad sean limpiados y ajustados a la normativa que también exige que se vallen. “Y, ahora, hay que hacerlo con bloques de ladrillo si no se va a construir de forma más o menos inmediata. Uno de los que se han ajustado a la normativa del Plan General es el que se sitúa frente al Palacete de Huerto Ruano, en la avenida de Juan Carlos I. Están pendientes de redactar un proyecto para construir, pero como todavía tardarán algún tiempo, han decidido vallarlo conforme a la nueva normativa”, ha explicado Ruiz Guillén.

También se tiene especial “vigilancia” al estado de los inmuebles para evitar que se puedan producir caídas de fragmentos a la vía pública, lo que podría ocasionar accidentes. “Los técnicos están pendientes y en cuanto observan cualquier anomalía, rápidamente se pone en marcha todo el dispositivo”, ha concluido el edil de Turismo.