El robo de las campanas de la ermita de la Virgen del Oro, situada en el paraje del Charrada de Ricote, ha sentado como un tiro en el municipio que da nombre al valle más popular del Segura. El alcalde de la localidad, Celedonio Moreno, ha anunciado que gratificará a quien pueda dar pistas de los autores del robo de los metales, que hace unos días desaparecieron del campanario de este pequeño templo situado entre los términos municipales de Ricote y Abarán.

En su perfil de Facebook, el regidor ricoteño, ilustrando con un vídeo de la ermita, escribe: «Os informo de que estas campanas ya no volverán a alegrar las fiestas de Charrara. Algún sinvergüenza desaprensivo las ha robado, seguramente para venderlas por 50 euros a un chatarrero. Estas campanas, además del valor económico que puedan tener para los vecinos de la zona, tienen un valor sentimental por lo que representan. Si alguien que lea esto puede facilitar cualquier información sobre su paradero, por privado les atenderé con total discreción. Sé que es complicado, pero se gratificará cualquier información sobre su ubicación».

En declaraciones a esta Redacción, Moreno lamentó la desaparición de las dos grandes campanas, al tiempo que informó de que la Policía de Ricote cree que el robo se produjo en algún momento del pasado fin de semana. Al estar situada en una zona alejada del casco urbano ricoteño, la vigilancia policial en la población se reduce considerablemente en época invernal, por lo que el alcalde recomienda a los ciudadanos que allí habitan que extremen la precaución.

Asimismo, Celedonio Moreno aprovechó para reivindicar una vieja aspiración de los habitantes del campo de Ricote, que llevan años pidiendo más vigilancia policial. De hecho, en los últimos meses, los robos en estas casas, que se encuentran desperdigadas por toda la zona, han experimentado un considerable aumento, llegando a poner en alerta a los propietarios de las viviendas que se encuentran a la localidad.

La ermita de la Virgen del Oro se sitúa junto a la Rambla de Charrara, en el entorno de un paisaje agreste con cultivos de almendro. Sirve de lugar de culto para las pocas decenas de habitantes de la aldea del mismo nombre que linda con el término municipal de Abarán. La ermita fue construida en 1956 y desde entonces es la morada de la Virgen del Oro, patrona del Charrara, cuyas fiestas locales se celebran en el mes de agosto.