Entrevista

Francesca Albanese, relatora de la ONU para Palestina: “Hay un claro riesgo de genocidio en Gaza”

En una entrevista con este diario, Albanese describe los parámetros legales por los que considera que hay un riesgo de genocidio en los ataques de Israel a la Franja

Francesca Albanese.

Francesca Albanese.

Mario Saavedra

Tras la matanza de más de 10.000 palestinos (4.000 de ellos, niños) en un mes de guerra, los organismos de Naciones Unidas están elevando cada vez más el tono contra Israel por sus bombardeos masivos y el sitio sobre Gaza. La relatora especial para Palestina, Francesca Albanese (Italia, 1977), alerta, en una entrevista con este diario, del “riesgo claro” de que se esté perpetrando un genocidio. Porque hay intención genocida (apunta a las declaraciones de líderes israelíes de borrar Gaza del mapa) y capacidad militar para llevarla a cabo, y porque los hechos sobre el terreno muestran a una masacre sin precedentes y estrategias como la hambruna como presunta arma de guerra. Albanese, abogada independiente encargada de informar a la ONU sobre las violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados, atiende por videoconferencia a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, desde Túnez, donde reside. 

Ante la guerra, ¿qué debe hacer España y el resto de la comunidad internacional?

Mantener una posición de firmeza basada en la legislación internacional. Lo que hemos construido desde las cenizas de la Segunda Guerra Mundial es un sistema para protegernos a todos. No podemos hacer excepciones. Hay que insuflar confianza al sistema multilateral con voces fuertes que pidan la aplicación del derecho internacional. En concreto, hay que pedir un alto el fuego inmediato, para detener el riesgo claro ante el que estamos de se esté desarrollando un genocidio. Hay que evitar también la transferencia a la fuerza de los palestinos, porque hay indicios de que hay un plan para desplazar a cuantos más palestinos sea posible fuera. No sería la primera ni la segunda vez, sino la tercera, una catástrofe sin precedentes. 

Quiere decir que España y otros deberían oponerse al traslado de palestinos a Egipto…

Deberían pedir corredores seguros para trasladarlos al resto de los territorios ocupados. En realidad, deberían tener derecho a moverse libremente. Pero el primer puerto seguro debería ser el resto del territorio que les pertenece, según los acuerdos y el consenso internacional: Cisjordania, Jerusalén Este y la propia Gaza, donde deberían tener un Estado independiente.

¿Cómo se define un genocidio?

El genocidio es un intento de matar y destruir, en todo o en parte, a grupos étnicos, religiosos o raciales. Los palestinos claramente constituyen un grupo racial, una nación. Hay tres actos que son clave: el asesinato de los miembros de un grupo, causar un daño severo físico o psicológico y crear condiciones de vida que conduzcan a la destrucción de esa gente en todo o en parte. Que hay una intención genocida se ve en Israel: “borremos Gaza del mapa, matemoslos a todos”... Hay muchas declaraciones de líderes políticos, incluido el presidente Isaac Herzog [que responsabilizó a toda Gaza del ataque del 7 de octubre] o de líderes militares, médicos, think tanks… No solo llaman a matarlos a todos, sino que los igualan a Hamás. Y luego está la deshumanización de los palestinos: llamándolos terroristas, escudos humanos, animales. El genocidio no es un acto, es un proceso. Y la deshumanización se lleva a cabo desde hace mucho tiempo. 

Francesca Albanese relatora ONU Palestina / ONU 

Con todo eso dicho, ¿por qué habla de riesgo de genocidio y no de genocidio a secas?

Porque para concluir que hay un genocidio necesitas realizar un asesoramiento concreto. Yo lo estoy investigando. En función de lo que veo, hay una intención genocida. La intención genocida per se, si miramos a la jurisprudencia de otros genocidios como Ruanda o Yugoslavia, no es suficiente. Hay que mirar a la realidad y poner el foco en crímenes concretos. Por ejemplo: bombardear el campo de refugiados de Jabalia con 400 personas delante para matar a una persona. Esto se puede considerar exterminio, porque es el asesinato intencionado de personas protegidas. Segundo ejemplo: el bombardeo de los hospitales. Israel ha estado bombardeando hospitales, colegios, escuelas, mezquitas. Dicen que intentan preservar la vida de civiles, pero no es cierto. Es evidente: en tres semanas han matado 10.000 personas, 4.000 niños.

Si creemos los datos del Gobierno de Hamás

Son cifras de Naciones Unidas. No usarían datos que creyeran que están exagerados. Sé cómo trabaja la ONU. Y déjame añadir otro elemento más sobre el tema del genocidio, que es el asunto de provocar el hambre: Israel ha cerrado todos los pasos, ha evitado la entrada de ayuda humanitaria, instrumentalizándola por cuestiones militares o ideológicas. Esto puede provocar una hambruna intencionada. No sabemos cuántos han muerto sobre el terreno por agua contaminada, por problemas durante el embarazo por no poder comer. Tenemos familias de diez personas que viven gracias a una hogaza de pan. Y sin agua. Bebiendo agua salubre. Por todo ello creo que hay factores genocidas. Por eso otros colegas y yo estamos alertando del grave riesgo de genocidio. Funcionamos como un sistema de alerta temprana: necesitamos parar esto, no podemos llorar cuando el genocidio haya sido probado ante un tribunal internacional.

Las declaraciones y peticiones del respeto al derecho humanitario internacional por parte de los Gobiernos no están funcionando. ¿Cree que se debe dar un paso más allá, por ejemplo llamando a consultas a los embajadores en Israel?

No puedo prescribir eso en concreto. Pero creo que ha llegado el momento de tomar medidas diplomáticas, económicas y políticas. En particular, suspender todas las ventas de armas a las partes. 

Usted acaba de presentar un informe sobre la infancia en Gaza, sobre la falta de infancia... 

Son la mitad de la población de Gaza. Las medidas draconianas impuestas por Israel en los territorios ocupados, que gestiona como una dictadura militar, que aplican los soldados y revisan tribunales militares, ¿qué impacto tienen en un niño palestino? Crea un trauma intergeneracional. 

Usted habla no solo de esta guerra, sino de todos estos años atrás…

En los 20 años anteriores [al 7 de octubre] ya habían muerto más de 1.400 niños en Palestina. Son cifras enormes. Para tener perspectiva: 25 niños israelíes murieron en el mismo período de tiempo. Además, están los palestinos que han resultado heridos, los que han sufrido amputaciones por ataques intencionados, los huérfanos, los privados de ir al colegio o de tener una casa porque Israel la ha destruido (60.000 infraestructuras civiles han sido destrozadas desde 1967). A eso hay que añadirle la violencia de los colonos, de los soldados, la privación de trabajo, viaje, residencia establecida para los palestinos. Los niños, la mitad de la población ocupada, no pueden vivir sin miedo. Sus vidas han sido aplastadas. Sus traumas psicológicos son enormes. 

¿Se siente emocionalmente involucrada en este asunto como resultado de lo que sabe y ha visto?

No diría eso. Sí me siento afectada, porque el nivel de muertes es muy elevado. Te afecta como abogada que ve que el sistema del derecho internacional está colapsando, fallando a la hora de prevenir que sea violado. Y te afecta como madre, para la que un niño muerto ya es demasiado. 25 niños fueron asesinados en Israel el 7 de octubre, más de 4.000 desde entonces en Gaza. 

¿Hay algo de esperanza?

No soy optimista, pero no puedo permitirme perder la esperanza. Reside en que la gente se despierte y vea la realidad. Hay una ventana muy estrecha para poder salvar tanto a los palestinos como a los israelíes. A los primeros, porque van a morir en grandes números. A los israelíes, porque como dicen muchos amigos israelíes, la sociedad se está transformando en una en la que se canta “muerte a los árabes” y se empieza a no ver a los otros como seres humanos; una sociedad deshumanizada. Es necesario intervenir para detener la guerra. Hay misiones de paz de la ONU que han asegurado la desmilitarización de grupos antes. 

¿Habla de misiones como la que lidera España en la frontera entre Israel y Líbano?

No quiero decir lo que hay que hacer. Pero pienso que debería formar parte de la agenda una misión de Naciones Unidas como parte del final de la ocupación y de la solución de dos estados. Y, si esta solución no es posible, entonces debería haber otra solución que permita a los palestinos vivir como seres humanos con los mismos derechos y dignidad. 

Pero la relación de Israel con Naciones Unidas en estos momentos es muy mala…

Creo que es más una actuación que la realidad. A Israel no le gusta que le digan lo que debe hacer. En el momento en que criticas a Israel, dicen que apoyas el terrorismo o que eres antisemita.