Amenazas de huelga general

La crispación laboral y el descontento persisten en Alemania pese a los buenos datos macroeconómicos

El PIB de la primera economía de la zona euro crecerá este año un 0,4%, mientras que en 2024 se espera un despegue del 1,6%, según anunció el ministro de Economía y Protección del Clima del país

El canciller de Alemania, Olaf Scholz.

El canciller de Alemania, Olaf Scholz. / Kay Nietfeld/dpa

Marina Ferrer

Los primeros indicios de que Alemania evitaría la recesión empezaron a sentirse en febrero. De los pronósticos de expertos e institutos económicos de entonces pasó ahora el gobierno del canciller Olaf Scholz a una corrección al alza de sus previsiones de otoño: el producto interior bruto (PIB) de la primera economía de la zona euro crecerá este 2023 un 0,4 %, mientras que en 2024 se espera un despegue del 1,6 %, anunció el ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck. Es, en lo que concierne al presente año, una revisión al alza de 0,8 % que, más allá de esa corrección positiva, implica que se conjura el peligro de recesión que hace unos meses se perfilaba como difícilmente evitable. “En otras condiciones un crecimiento del 0,4 % sería motivo de preocupación. Siendo que hace unos meses ese porcentaje era en negativo hay que destacarlo son signos de admiración”, resumió el ministro.

“La economía alemana ha mostrado una gran capacidad de resistencia a una crisis como la energética que, acompañada de la inflación, parecían abocarnos a la contracción”, en palabras de Habeck. La “recuperación progresiva” en términos macroeconómicos ya es un hecho, como lo es que empezó a contenerse la inflación. Del 10,4 % interanual que se marcó en octubre pasado se bajó en abril al 7,4 % y se espera que la media anual quede entorno al 5,9 %. Para 2024 se habrá bajado a un 2,7 %. Sigue preocupando, admitió Habeck, que ese alivio en el encarecimiento de los precios venga principalmente de la contención en el sector energético, pero no en alimentos o alquileres.

El entorno “sigue siendo complicado” y no pueden descartarse “golpes”, especialmente en materia energética. “En un año vivimos desde la drástica suspensión de suministros dictada desde el poder político a ataques contra infraestructuras críticas”, dijo, en alusión al corte del envío de gas ruso ordenado por el Kremlin, tras las sanciones por la invasión de Ucrania, seguido del sabotaje que inutilizó el gasoducto Nord-Stream. No ha sido éste un caso único, recordó Habeck, sino que se han producido otras acciones “no aclaradas” contra infraestructuras.

"Reservas para eventualidades"

“Hay que dotarse de reservas para eventualidades mientras avanzamos en el desarrollo de las renovables”, justificó Habeck, a preguntas sobre la fuerte inversión en nuevas terminales de GNL del tripartito del socialdemócrata Scholz con verdes y liberales. Que se siga invirtiendo en energías fósiles o reactivando explotaciones del carbón ha precipitado las críticas y caída de electorado –según los sondeos-- sobre los Verdes.

Esta pérdida de valoración a escala partidaria parece un daño menor frente a la crispación sostenida en el ámbito laboral. El índice de desempleo se situó en marzo en un 5,7 % y mes a mes se van marcando récords de ocupación, con 45,5 millones de personas laboralmente activas entre el total de 82 millones de habitantes del país. Sin embargo, hay déficit de mano de obra, no solo cualificada, en prácticamente todos los sectores industriales del país, así como gastronomía y sector servicios, recordó Habeck.

La amenaza de una huelga nacional del sector público se disipó con el acuerdo alcanzado el pasado fin de semana entre la patronal y el sindicato Ver-di. Pero apenas hay día sin paros parciales, sea entre el personal de tierra de distintos aeropuertos o en los ferrocarriles. En cuanto un conflicto salarial se resuelve aparece el siguiente, entre reivindicaciones sindicales de aumento salarial en torno al 10 %. O ésta es al menos la percepción ciudadana, en una semana en que el lunes se suspendieron todos los despegues del aeropuerto de Berlín, entre otros, y este miércoles hubo huelgas en el transporte público en cuatro de los 16 estados federados del país.

La presentación de los nuevos pronósticos macroeconómicos precedió a otra reunión entre las cúpulas del tripartito de Scholz para tratar de resolver los disensos internos, especialmente los que confrontan a los Verdes con el Partido Liberal (FDP). Es la enésima reunión de esas características en una alianza que no ha llegado aún a la mitad de su legislatura y que, además de afrontar sucesivas crisis globales, libra combates entre sí.