A pesar de haber renovado el cargo de presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokayev, el inicio de legislatura empieza con mal pie. En la capital del país, Astaná, se convocaron manifestaciones no autorizadas por las autoridades kazajas. Los treinta grados negativos en las calle kazajas, típicos de esta época del año, no echaron para atrás a centenares de personas se personaron en el centro de la ciudad.

El momento crítico en las calles del corazón del país centroasiático fue justo al acabar la ceremonia de la toma de posesión. Se han confirmado decenas de detenidos. Durante la mayor parte de la tarde Internet estuvo apagado en toda la capital kazaja, y horas después ha funcionado de forma intermitente.

Algunos medios locales apuntan que los manifestantes son partidarios del empresario Marat Abiyev, creador del proyecto Arquitectos del Futuro. En primavera sus seguidores ya intentaron llegar hasta Astaná desde diferentes puntos del país, pero las fuerzas de seguridad bloquearon sus autobuses. Sin embargo la policía kazaja no ha confirmado que los protestantes sean partidarios de este millonario kazajo.

Tokayev al timón de Kazajistán

El presidente kazajo juró el cargo por segunda vez, iniciando su segunda legislatura, que durará hasta el 2029. Ya este año se encontró con un gran desafío en las calles cuando a principios de año graves disturbios sacudieron el país, en especial en Almaty, la ciudad más poblada y la antigua capital. En esa ocasión llegó a pedir a las fuerzas de seguridad que dispararan a matar y en televisión advirtió que los manifestantes serían “destruidos”. Estas protestas obligaron a Astaná a llamar a la alianza militar de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, liderada de facto por Rusia, pero con presencia de Bielorrusia, Armenia, Kirguistán y Tayikistán, que tuvieron un papel importante en la pacificación del país.

Tokayev se impuso en unas elecciones sin apenas oposición el pasado domingo 20 de noviembre. A lo largo de este 2022 ha intentado alejarse todo lo que ha podido de su predecesor, del que fue su delfín, y ha criticado su mandato de 29 años al frente del país. A pesar de ser considerado un país autoritario por indicadores como el Índice de Democracia de The Economist, el mandatario centroasiático habla de modernizar y democratizar el país. “Tenemos mucho trabajo por hacer para transformar la sociedad y convertir a Kazajstán en un país desarrollado con instituciones verdaderamente democráticas”, aseguró el líder kazajo en su toma de posesión de este sábado.