El Gobierno de Francia "espera" que haya "sanciones" contra Hungría por la ley que prohíbe la difusión de contenido LGTBI entre menores de edad, si bien no se muestra partidario de que salga de la UE, como llegaron a sugerir algunos líderes en el Consejo Europeo celebrado la semana pasada.

Así lo ha afirmado el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Clement Beaune, quien ha reconocido que los protocolos habituales tardan "demasiado tiempo" y son "demasiado débiles" para responder a leyes que, según su opinión, "son un escándalo" para el marco de libertades y valores por el que se rige el bloque comunitario.

El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha defendido el derecho de su Gobierno a legislar y ha cuestionado a los que ha descrito como "países del arcoíris" por injerencia, pero Beaune le ha querido recordar que "están adheridos a la Unión Europea" y hay "unos valores comunes" donde no cabe la "discriminación".

"No estoy a favor de la exclusión de Hungría de la Unión Europea, sería demasiado fácil y habrían ganado", ha apuntado el dirigente galo, más partidario de que haya "sanciones muy firmes", sin entrar en más detalles al respecto pero asumiendo que no bastarían castigos de tipo económico.

La Comisión Europea ha expresado su preocupación por la ley húngara, que la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula Von der Leyen, llegó a calificar públicamente de "vergüenza", y ha vuelto a poner sobre la mesa la activación procedimientos en el marco del artículo 7 del Tratado de la UE, previsto para actuar contra amenazas graves.

En una carta, exhortó directamente a Orban a enmendar la norma y dio de plazo hasta el próximo 30 de junio para responder a las preocupaciones de Bruselas antes de decidir los pasos de seguir. Sin embargo, en estos últimos días Budapest no ha dado la más mínima muestra de dar marcha atrás.