Las elecciones del 28 de mayo pasaron por encima a Ciudadanos, que desapareció de la Asamblea, perdiendo así sus seis escaños, y de todos los ayuntamientos menos uno, el de Ceutí. La situación no ha sido mejor en el resto del territorio nacional y, ante tal panorama, la convocatoria de unas elecciones anticipadas ha pillado con el pie cambiado a un partido herido, que ayer decidía no concurrir a los comicios del 23 de julio.

A la reunión del comité nacional, máximo órgano del partido, acudió la coordinadora autonómica de CS regional, María José Ros, y el secretario de Programas del partido murciano, Andrés Álvarez Cienfuegos. Ambos darán cuenta de la decisión en próximas reuniones de la dirección regional y del comité autonómico, abriendo así un «proceso de escucha» ante los afiliados.

Fuentes cercanas a la cúpula aseguran que sigue habiendo «mucha confianza en el espacio de centro liberal». No obstante, también hay otras voces, como la del senador Miguel Sánchez, que opinan que es un «contrasentido» que un partido no se presente a unas elecciones: «Es como si un equipo de fútbol decide no jugar un partido porque el rival es muy bueno».

Además, espera que «esto no sea una estratagema para aglutinar los votos en el PP o que nadie lo utilice como moneda de cambio para pasarse ‘in extremis’ con Feijóo, quien se ha mostrado muy agradecido con la decisión de CS». Consciente de que «el escenario es malo», considera necesario «creer» en su espacio político. «No somos una asociación de vecinos», insiste.

También se ha mostrado muy crítica la exdiputada regional Ana Martínez Vidal: «Creo que si no somos capaces de afrontar unas generales con nueve diputados, habría que replantearse la viabilidad del partido». Considera que «la actual dirección nacional debería abandonar y dejar el partido en manos de una gestora».