El significado de la palabra economía puede adquirir nuevas connotaciones en el contexto actual. Ya no solo se habla de números, de subidas o bajadas de bolsa; ahora prima la búsqueda de talento. Es aquí donde entra en juego la llamada 'talent economy' para incorporar a la ecuación una demanda de consultores independientes freelance. Este tipo de perfiles irrumpieron en nuestra economía de la mano de la revolución digital y en los últimos años no han parado de crecer, presentándose como un activo de gran valor para las empresas. Los cambios tecnológicos cada día son mayores y, por consecuencia, el avance de los mercados, las tendencias y el nivel de especialización.

Es en este punto donde muchos directivos o profesionales de recursos humanos necesitan incorporar talento experto capaz de responder a las necesidades de los mercados cambiantes. Y, aunque parezca difícil de creer, esta tarea puede presentarse como una labor difícil. De hecho, según el estudio 'Increasing odds of success in digital transformation'de BCG, el 70% de los procesos de transformación digital no logran sus objetivos precisamente por falta de talento.

Así pues, en una cara de la moneda se encuentran las empresas con claras dificultades para llevar a cabo sus proyectos, y en la otra un panorama donde uno de cada cuatro trabajadores en Europa ya es freelance. ¿El motivo? La posibilidad de poder elegir. Indudablemente ligado al imaginario colectivo se encuentra la idea de que los profesionales freelance son aquellos trabajadores que, como consecuencia de los funestos 2008 y 2020, no han tenido otro remedio en embarcarse en este mundo. Nada más lejos de la realidad. El auge del trabajo autónomo en países de toda Europa es el resultado de varios factores como son una economía robusta (Reino Unido o Alemania son los países en cabeza en el freelancing) o la madurez del mercado, pero siempre está alimentado por el poder de elección, no por las limitaciones.

Ya no se habla de perfiles que buscan salir del paro o de perfiles junior diseñando logos; borremos esa imagen. Ahora se habla de expertos con una dilatada experiencia, capaces de lidiar con procesos complejos y base de la economía del talento. Estamos hablando de 60.000 profesionales autónomos en toda España y, además, tienen el poder de elección al alcance de su mano. Miles de personas que son CFO, COO, CSO y CEO al mismo tiempo, que forman parte de un mercado europeo valorado en 355.000 millones de euros y que, además, acelerará su crecimiento con una tasa de crecimiento anual compuesto (CAGR, por sus siglas en inglés) del 7% en los próximos cuatro años.

Como consecuencia natural, un mercado ya repleto de autónomos tendrá menos espacio para crecer. Este es el caso del Reino Unido y los Países Bajos, por ejemplo, con un 6,3% y un 7,2% respectivamente de autónomos entre la población activa. En Francia y España, en cambio, los autónomos representan "solo" el 3,3% y el 3,6% de la población. Eso es la mitad de la cuota de las economías autónomas más maduras.

En Malt estamos siendo testigos de estos cambios en primera persona. Cada vez son más las grandes empresas que demandan estos perfiles y lanzan procesos de licitación o convocatorias de propuestas RFP para incluir a 'marketplaces' freelance' como proveedores principales en IT. De hecho, las soluciones de contratación digital son una gran oportunidad para mejorar la eficiencia y ahorrar costes en los procesos de contratación y recursos humanos. Y la propuesta de valor más interesante bien podría ser la oportunidad de posicionar a recursos humanos y adquisiciones a la vanguardia de la innovación y la transformación digital.

Al igual que los 'marketplace' B2C, los B2B son aquellos que reúnen a muchos vendedores y compradores en un solo lugar para reducir el coste de búsqueda y simplificar la cadena de suministro. La diferencia es, fundamentalmente, que en los servicios y procesos ofrecidos por un marketplace B2B deben coincidir con las necesidades de múltiples partes interesadas de la empresa, no solo de una persona. Por lo tanto, deben ser conscientes de la composición de complejas estructuras empresariales y conocer cuáles son los desafíos a los que se enfrentan cada una de sus partes interesadas.

Con la configuración correcta, los 'marketplace' B2B son capaces de responder a los desafíos críticos de las adquisiciones y devolver la responsabilidad y la autonomía a las partes interesadas internas, que ahora pueden elegir y ordenar por sí mismos. Esto libera a las adquisiciones del papel de validación que las llevó a ser cuellos de botella y les permite dedicar más tiempo a monitorear y enfocarse en tareas de alto valor agregado. Al mismo tiempo, también puede conducir a un cambio de comportamiento por parte del usuario hacia una mayor responsabilidad y propiedad.