La agencia de calificación Moody's confirmó hoy la máxima nota de la deuda soberana de Francia con una perspectiva estable (Aaa), aunque aseguró que mantiene la vigilancia sobre la misma, tres días después de que Standard and Poor's (S&P) la degradara y le quitara el sobresaliente.

La agencia anunció que tiene previsto emitir una nueva evaluación de la nota francesa, al igual que del resto de los países de la Unión Europea (UE), a lo largo del primer trimestre del año.

El ministro francés de Economía, François Baroin, afirmó que la decisión de Moody's es la prueba de que la política del Ejecutivo "en favor del crecimiento, de la competitividad y del control de los déficits" es la adecuada para el momento de crisis que vive el país.

La decisión de Moody's "nos incita a proseguir con nuestra acción para restaurar la confianza en las instituciones de la zona euro, según el acuerdo alcanzado por los jefes de Estado y Gobierno el 9 de diciembre de 2011", afirmó Baroin en un comunicado.

Baroin, quien se reunió esta tarde con el responsable español de Economía, Luis de Guindos, recordó que la agencia señaló que revisará la nota de todos los países de la zona euro, y no específicamente la de Francia.

En una nota de perspectiva intermedia publicada tras la decisión de S&P del pasado viernes, Moody's indicó que momentáneamente mantiene la "perspectiva estable" de la calificación francesa, pero que la misma está bajo vigilancia.

Agregó que la calificación de Francia está amenazada si aumenta la deuda pública en relación al Producto Interior Bruto (PIB) o si la coyuntura económica y financiera del país se deteriora.

Un empeoramiento del contexto económico en el conjunto de Europa también podría tener implicaciones negativas para la nota francesa, añadió la agencia, que especuló con la posibilidad de que Francia tenga que acudir al rescate de otros socios europeos o de sus entidades bancarias.

Tras la puesta en marcha de dos planes de rigor por parte del Gobierno francés, en agosto y en noviembre pasados, el margen de maniobra del Ejecutivo para afrontar las posibles turbulencias económicas se ha reducido de forma significativa, precisó Moody's.

París cuenta con menos recursos que los que tenía cuando en 2008 eclosionó la primera crisis financiera y en la actual coyuntura el Gobierno se ve obligado a consolidar sus finanzas en un momento crítico para el crecimiento económico, indicó.

Además, la agencia advirtió de que las perspectivas de crecimiento económico, internas y externas, ponen en peligro la consecución de los objetivos presupuestarios publicados por el Gobierno.

Esta jornada, la Bolsa de París no pareció sufrir las consecuencias de la degradación de la nota francesa el pasado viernes, cuando S&P le quitó la "triple A" y la situó en "AA+".

El selectivo CAC-40 acabó con ganancias del 0,89 por ciento, a 3.225 puntos.

La decisión de S&P no ha tenido incidencia, por el momento, en las emisiones de deuda francesa.

El Tesoro francés colocó hoy 8.590 millones de euros de deuda a corto plazo a un tipo de interés más bajo que en la última emisión, lo que demuestra, según expertos consultados por medios galos, que los mercados ya habían anticipado la rebaja de la nota.

Francia esperaba colocar entre 7.400 y 8.700 millones de euros a corto plazo.

El auténtico test para la economía francesa tendrá lugar el próximo jueves, cuando el Tesoro tiene previsto colocar entre 7.500 y 9.500 millones de euros a largo plazo.

La subasta de hoy logró colocar 4.500 millones a doce semanas con un tipo del 0,165 por ciento, ligeramente inferior a los de la última subasta de este tipo, que fue del 0,166 %.

De los de 25 semanas, el Tesoro colocó 2.192 millones de euros al 0,281 %, frente al 0,286 % de la pasada subasta.

Finalmente, los bonos a 51 semanas, con los que recaudó 1.895 millones, partieron a un tipo medio del 0,406 %, frente al 0,454 % de los precedentes.

La tercera gran agencia de notación, Fitch, por su parte, mantiene de momento la perspectiva negativa de la deuda francesa, aunque no tiene previsto cambiar su calificación en 2012, a menos que se produzcan acontecimientos económicos importantes.