La música integradora y mestiza de los berlineses Dissidenten vuelve a Calasparra en el 30 aniversario de su anterior actuación.

Ponerle latidos electrónicos a las músicas de las distintas culturas es un lugar común ahora mismo, pero hace veinte años no parecía tan sencillo, ni por concepto ni por facilidades tecnológicas. En 1981, el trío formado por Uve Müllrich, Marlon Klein y Friedo Josch decidió ver qué pasaba aplicando las enseñanzas de Kraftwerk y Neu a las músicas folk de diversos continentes. Nacieron Dissidenten, y con ellos (y Carte de Sejour en París) nació el etnotecno y el etnobeat.

Músicos de espíritu nómada, residieron en Marruecos, Madrid, USA y la India, en muchos casos recibiendo más que dando, ya que absorbieron una multitud de influencias musicales que siempre se reflejaban en la discografía posterior.

Su primera incursión indostaní fue el álbum Germanistan, y el primero de inspiración magrebí (Paul Bowles les introdujo en el mundo de los músicos marroquíes) fue Sahara electrik. Luego, Live at the Pyramids, Live in Europe y Live in USA fueron un paquete de directos desde diversas partes del mundo, y, ya en los noventa, sus tres últimos discos retomaron las músicas europeas: un regreso a casa que ha incluido en ocasiones a músicos españoles (como el jazzista Tomas San Miguel) y que ha tenido como epílogo un disco de remezclas al gusto del viejo continente: Remix 2.0:A new world Odyssey, pero para todo el mundo Dissidenten será el grupo que en 1982 hizo bailar a todo el globo con el tema Fata Morgana. El futuro del sonido worldbeat, los ritmos tradicionales y las programaciones se unen en una sinfonía llena de lirismo, llegando a hipnotizar con sus imágenes melódicas.

Su espectáculo actual incide en los ritmos tradicionales, las programaciones, las imágenes en vivo del concierto e instantáneas grabadas con anterioridad, que se unen en una sinfonía músico-visual. Tradición y nuevas propuestas, con una estructura verdaderamente elaborada y compleja que parece sencilla y es agradable al oído.