Fútbol

El Real Murcia quiere un final de transistores

Los granas consiguen una comodísima victoria en Antequera y, aprovechando el pinchazo del Ceuta, se vuelven a meter en la pelea por estar en el play off

Tocará recortar dos puntos en las últimas dos jornadas

Marc Baró celebrael gol que abrió lavictoria grana.

Marc Baró celebrael gol que abrió lavictoria grana. / LOF

Ángela Moreno

Ángela Moreno

No ha pisado el Real Murcia ni una jornada la zona de play off. Ni por equivocación han dormido los granas entre los cinco primeros cuando ya se han disputado 36 jornadas ligueras. Sin embargo, en la segunda vuelta están acumulando méritos para conseguirlo. Da igual las veces que se repita la palabra imposible, da igual las ocasiones que los aficionados bajen los brazos, da igual porque una semana después el Real Murcia vuelve a estar ahí, una semana después el Real Murcia vuelve a soñar con lo imposible.

Eso ocurrió ayer. Cuando parecía que la derrota contra el Castellón iba a ser definitiva, el domingo se abrió con un suceso extraño, una de esas cosas raras que decía Alfaro que podían suceder, y ese hecho inesperado fue la derrota del Ceuta en el campo del Alcoyano. No se jugaban nada los de Alcoy, pero conquistaron los tres puntos, y esos tres puntos ya fueron una vida extra para un Real Murcia que, contra el Antequera, demostró que quiere luchar hasta el final, que está dispuesto a regalarnos dos jornadas de transistores. Porque dos jornadas son las quedan para el final de la liga regular, y dos jornadas son las que tendrá el equipo grana para convertir lo imposible en posible, porque en esos 180 minutos tendrá que recortar tres puntos al Ceuta -no le vale con el empate al tener el goal average perdido- y confiar en que el Recreativo, ahora con un punto más que los murcianistas, se deje alguno por el camino.

No parece sencillo. Y el Real Murcia no encontrará muchos aliados. Posiblemente las matemáticas le den mínimas opciones. Posiblemente el ‘big data’ ni le tenga en cuenta. Pero, cuando has sentido la muerte cerca, como le ocurrió a los granas en enero, cuando todo parecía volar por los aires, ya solo te queda disfrutar de los retos que la vida te ponga delante y eso es lo que están haciendo los de Alfaro.

Porque nadie esperaba que el Ceuta pinchara en El Collao, donde el Alcoyano no se jugaba nada, pero el Ceuta perdió (3-1) y pocos esperaban que el Real Murcia ganara con facilidad en Antequera, y el Real Murcia ganó. De hecho, fue la victoria más cómoda de toda la temporada. Porque a los siete minutos ya ganaban los visitantes con un gol de penalti de Marc Baró, porque al descanso apenas había visto a Manu García y porque en la segunda parte, además del gol en propia puerta de Jeremy, Loren Burón estrelló un balón al palo y Amin también pudo marcar en un disparo acrobático.

Un gol de Lucas Pérez da el ascenso al Deportivo.

Un gol de Lucas Pérez da el ascenso al Deportivo. / Ángela Moreno

Fue una de esas victorias sin despeinarse. Una victoria que incluso pudo encarrilarse antes. Porque no habían transcurrido ni cinco minutos cuando el Antequera comenzó su festival de regalos. Se ganaron los malagueños un hueco en el corazoncito de los aficionados granas. Especialmente la defensa. Porque un error defensivo propiciaba una asistencia de Loren Burón a Amin, pero Amin, ayer titular en lugar de Carrillo, alargó la maldición de los delanteros granas, estrellando su disparo en un rival.

No falló Marc Baró en el minuto 7. Cogió el balón el lateral grana después de que el colegiado señalase penalti por una acción infantil de Lautaro. Otro regalo el del central local, que derribó a Amin cuando este ya le había ganado la carrera. Y un regalo se puede desaprovechar, pero dos no. De ahí que Baró batiese a un Gallego que acertó la dirección del lanzamiento, pero que nada pudo hacer ante el disparo perfecto del murcianista.

Si el Real Murcia se adelanta en el marcador las posibilidades de victoria son muchas. Pero ayer no necesitaron ni exprimirse en defensa. Es verdad que Rofino tuvo que salir al rescate en dos ocasiones y que Manu García también se dejó ver, pero poco más aportó un Antequera completamente desafinado cuando tocaba pisar área. Lo intentaron sobre todo con centros, pero pocas veces dispararon entre los tres palos.

Solo la nulidad ofensiva del Real Murcia dejaba abierto el marcador, porque el Real Murcia, ante un rival que parecía estar ya de vacaciones, apenas supo generar ocasiones en esa primera parte. De nuevo se le vieron las costuras. Porque Loren Burón no es suficiente para hacer todo el trabajo, porque Amin no mejoró a Carrillo y porque Dani Vega acumula ya varias semanas con la mente en otro sitio. Tampoco el centro del campo, pese al gran trabajo de Svidersky -ocupó el sitio del lesionado Isi Gómez-, desahoga lo suficiente para hacer brillar a los atacantes.

Salvados los minutos finales de la primera parte, donde más presionaron los locales, el resto ya fue coser y cantar. Incluso con un Real Murcia otra vez suspendiendo ofensivamente, las mejores ocasiones de la segunda parte fueron para los granas. Porque Loren Burón, el más activo, estrelló un balón al palo (63) y porque Amin también la tuvo en un remate acrobático que se marchó fuera. Ni uno ni otro lograron el gol de la tranquilidad, un gol que sí consiguió Jeremy, otro amigo para los murcianistas. Fue en el minuto 68 cuando el lateral del Antequera protagonizaba una de esas acciones típicas de los programas de zapping. Todo comenzaba con un pelotazo de Alberto González de área a área, uno de esos balones fáciles para los defensas, pero Jeremy hizo lo fácil difícil. Despejó hacia atrás con la mala suerte que despistó a Gallego y se metió el balón en su portería (69). Fue tan extraño todo que hasta los jugadores del Real Murcia se quedaron parados, sin saber si celebrar o no un gol que ya les dejaba camino abierto hacia la victoria.

Con el Antequera derrotado por fuego amigo, el Real Murcia ya no necesitó ni exprimirse en los últimos minutos. Sin prácticamente despeinarse, los granas aseguraban tres puntos que le dejan a dos del quinto y que reabren una bonita batalla cuando solo faltan dos jornadas para el final.

El Deportivo asciende a Segunda tras proclamarse campeón del Grupo I

El Deportivo de La Coruña logró ayer abandonar el infierno para volver al fútbol profesional. El conjunto deportivista, que descendió a Segunda B en 2020, certificó ayer su ascenso a Segunda División después de vencer al Barcelona B gracias a un gol de Lucas Pérez. Riazor, con más de 31.000 espectadores en las gradas, volvió a batir un récord de asistencia para celebrar un salto de categoría que se había resistido en las últimas temporadas. El Deportivo, con 74 puntos, se proclama campeón del Grupo I, obteniendo el premio del ascenso directo. Lo hace solo una semana después de que el Castellón se asegurara el primer puesto del Grupo II. Deportivistas y orelluts se enfrentarán en la gran final de Primera RFEF, que determinará el campeón absoluto de esta temporada 23-24.

Los otros dos ascensos se determinarán en el play off de ascenso que se disputará una vez que acabe la liga regular. Serán ocho equipos los que luchen por esos dos billetes al fútbol profesional.