Tenis

Un soberbio Carlos Alcaraz vuelve a conquistar Indian Wells

El de El Palmar domina el partido ante el ruso Medvedev desde el cuarto juego

Carlos Alcaraz levanta el trofeo ante la mirada de Daniil Medvedev. | RYAN SUN/AP

Carlos Alcaraz levanta el trofeo ante la mirada de Daniil Medvedev. | RYAN SUN/AP / Dioni García

Dioni García

Dioni García

Carlos Alcaraz remató una semana redonda en Indian Wells, el primer Masters 1.000 del año, conocido como el quinto Grand Slam, con un triunfo en la final ante Daniil Medvedev, ganando por segundo año consecutivo el título (7-6 y 6-1). En un partido con un arranque dubitativo del murciano, se comió al ruso, como hizo el curso pasado, para cumplir el doble reto en una semana muy exigente donde vivió de todo, desde un ataque de abejas hasta una remontada sublime, después de una larga interrupción por la lluvia, contra Jannik Sinner, el tenista más en forma del año, en una semifinal entre los jugadores llamados a tomar el relevo del ‘big 3’.

Alcaraz, al que algunos habían intentado ‘enterrar’ prematuramente, volvió a ser en California el jugador que maravilló en 2023 hasta que llegó el desplome tras ganar la final de Wimbledon a Novak Djokovic. Tuvo capacidad de resiliencia, superando todos los escollos que se encontró en el camino para volver a triunfan en Indian Wells, uno de esos santuarios del tenis mundial. Volvió a ser ‘Magic’ Alcaraz, el tenista capaz de sacarse la manga golpes imposibles que desesperaron a un Medvedev que solo dominó durante los tres primeros juegos. Después llegó el monólogo de un Alcaraz intratable, sublime, que se ha rescatado a sí mismo tras un inicio de temporada donde cayó en los cuartos de final del Abierto de Australia y de quedar apeado en las semifinales de Buenos Aires antes de caer lesionado en la primera ronda de Río de Janeiro.

Le costó entrar en el partido a un Carlos Alcaraz titubeante, que restaba demasiado lejos de la línea de fondo, una situación que leyó bien Daniil Medvedev para lograr una rotura de servicio en el segundo juego que confirmó en el tercero (0-3). Necesitaba coger revoluciones el murciano, pero también templar su juego tras cometer 13 errores no forzados en los primeros tres juegos. Pudo el de El Palmar recuperar terreno en el tercer juego, pero desaprovechó hasta tres bolas de ‘break’. El ruso ganó confianza. Intentó retrasar lo máximo posible la esperada reacción de un Alcaraz, demasiado acelerado hasta ese instante, que sumó a partir de ese momento tres juegos consecutivos para igualar un duelo que ya tenía otro ritmo (3-3).

El murciano empezó a sonreír y a sacar de su chistera alguno de sus golpes mágicos que levantaron al público de sus asientos. Comenzó a restar sobre la línea, sintiendo más la presión su oponente, que ya no estaba tan seguro. Incluso su saque, su principal arma, empezó a dar muestras de dudas. Cometió tres dobles faltas en apenas tres juegos con su saque. Alcaraz se lo creyó. Perdió otra bola de ‘break’ en el noveno juego, pero con su saque ya era tremendamente efectivo. Con el viento como invitado de nuevo en una pista de Indian Wells donde el tenista de Murcia acumulaba llegó ayer a las doce victorias consecutivas, el partido se convirtió en una lucha táctica, una guerra fría entre el dos y el cuatro del mundo, los mismos protagonistas de la final de hace un año.

Si en semifinales Alcaraz se liberó con ese triunfo ante Jannik Sinner con remontada incluida, y Medvedev tuvo que sufrir para derrotar a Tommy Paul, ambos querían rematar la faena. Y el primer capítulo, quizás el más importante, se resolvería en la muerte súbita, donde se impuso el pupilo de Ferrero, que celebró el punto con un grito de liberación después de una manga exigente de una hora y diez minutos de duración.

Aprovechar la inercia era la consigna. Y Alcaraz lo hizo. Comenzó el segundo set haciendo una rotura a un Medvedev descentrado (2-0) para situarse con un 3-0 en un santiamén. La resistencia del ruso se acabó en ese momento. En apenas media hora, liquidó la segunda manga y rompió el murciano una sequía de más de ocho meses sin llevarse un título a su casa de El Palmar. Pero Alcaraz ha vuelto y lo ha hecho a lo grande, demostrando que su clase es incuestionable pese a que se había puesto en cuestión en los últimos tiempos.