LA CONTRACRÓNICA

El nuevo Barça, nueve meses después

El proyecto de Xavi se convirtió en el primer equipo de la historia de la Champions en pelear una eliminatoria con dos menores de edad

Fermín y Cancelo celebran el 2-0 marcado por el Barça al Nápoles en Montjuïc, obra del portugués.

Fermín y Cancelo celebran el 2-0 marcado por el Barça al Nápoles en Montjuïc, obra del portugués. / JORDI COTRINA

Joan Domènech

Fermín López fue la primera sensación de la temporada con el golazo que marcó ante el Real Madrid en la gira de Estados Unidos. Nacía un nuevo Barça, entonces de futuro y prestaciones desconocidas. Un chaval onubense de El Campillo que llenaba la convocatoria después de haber sido cedido al Linares se exhibía con todo su desparpajo con un gol por la escuadra y una asistencia a Ferran Torres.

João Cancelo fue el último fichaje del mercado, llegado con su paisano João Félix, para completar la plantilla. Un regalo, a coste cero, deseado por Xavi desde enero (recuerden el desencuentro con el City por quién abortó la cesión invernal) y que ha aportado cuatro goles que ha paliado la sequía del equipo.

Pau Cubarsí, con la cabeza levantada, busca un compañero pese a la presión de Politano.

Pau Cubarsí, con la cabeza levantada, busca un compañero pese a la presión de Politano. / JORDI COTRINA

Nadie falló a la desesperada noche ante el Nápoles. Acudió más gente que nadie (50.301 espectadores), más que para ver al Madrid (50.112).

Símbolos del nuevo Barça que se gestaba, entonces con un porvenir desconocido y prestaciones imprevisibles, confeccionado desde la precariedad y las gangas del mercado, pero que verá la luz europea nueve meses después. Un low cost ejemplar, propio de un club menor que no ha acomplejado a la hinchada, conmovida por el esfuerzo de sus muchachos pese a las limitaciones. Nadie falló a la desesperada noche frente al Nápoles. Acudió más gente que nadie (50.301 espectadores), hasta batir el récord de asistencia frente al Madrid (50.112).

Los jugadores del Barça celebran el 3-1 al Nápoles en Montjuïc marcado por Lewandowski.

Los jugadores del Barça celebran el 3-1 al Nápoles en Montjuïc marcado por Lewandowski. / Jordi Cotrina

Cubarsí, en su debut en la Champions, anuló a Osimhen y fue valorado como el mejor jugador del partido.

La suerte de la temporada de este nuevo Barça, capaz de marcar dos goles en 20 minutos en una eliminatoria de Champions desde el 2009 y ante el Bayern, quedó en manos del primer equipo de la historia que alineaba dos menores de edad en su formación inicial.

No eran dos acompañantes, sino dos futbolistas relevantes de ahí que fueran titulares en posiciones muy sensibles, delicadas, de aquellas que tienen un foco colgante. Pau Cubarsí (17 años) debutaba en la Champions. Defendió como un lobo el primer ataque del Nápoles, nacido en el saque de centro, y ganó el duelo al ogro Osimhen y antes del cuarto de hora dio un pase vertical hacia Fermín que no ha dado un defensa del Barça en cinco años. Recibió el trofeo al mejor jugador del partido.

Lamine Yamal se escapó todas las veces de Mário Rui, hasta que el portugués entendió que sólo podría anularle vía intimidación o con la astucia del experto; es decir, a trompadas o con triquiñuelas. No llegaba a tiempo de pillarle pero frenó su ímpetu arrancándole una tarjeta.

Lamine Yamal inicia una jugada de ataque en el Barça-Nápoles de Montjuïc.

Lamine Yamal inicia una jugada de ataque en el Barça-Nápoles de Montjuïc. / JORDI COTRINA

Dos oportunidades más

Lamine Yamal tenía la última oportunidad de sellar un récord si batía a Meret. Le convertía en el goleador más joven de la historia, superando a Ansu Fati. No lo logró, pero entre todos ganaron tiempo con otra eliminatoria y dos nuevas oportunidades para el niño.

El nuevo Barça acabó apoyándose en aquellos que también fundaron algo nuevo un día. Sergi Roberto y Romeu se juntaron con los otros viejos de la plantilla para que aquello que se gestaba en julio viva nueve meses después en Europa.