Fútbol

Nuevo gatillazo del Real Murcia (2-0)

Los granas suman su décima derrota de la temporada al caer ante un Linares que vuelve a poner en el foco los grandes defectos de un conjunto murcianista nulo en ataque y muy débil en defensa

Nuevo paso atrás en el intento de remontar hacia el play off

Ángela Moreno

Ángela Moreno

El Real Murcia gana porque todos los equipos ganan alguna vez. No se conoce un equipo que pierda siempre. A veces, aunque sea por casualidad, los puntos caen de tu lado. No hay que darle más vueltas. No hay que seguir alargando un cuento con final feliz en el que no cree nadie. Y nadie puede creer, porque para creer en remotadas y en grandes gestas hay que valer, hay que poner toda la carne en el asador, hay que jugar al 120%. Y todas esas cosas no las conoce el Real Murcia. Se ha vuelto a confirmar este domingo en Linares. Se ha vuelto a confirmar en un partido en el que todas las cuentas de la lechera han saltado por los aires antes de los diez minutos. Porque a los siete minutos el Real Murcia, obligado a ganar para meter presión al Recreativo de Huelva, ya iba por detrás en el marcador. Porque a los cuarenta y cinco minutos, además de seguir el 1-0, los de Alfaro no habían sido capaces de tirar un disparo entre los tres palos. Porque a la vuelta del vestuario solo el colegiado, aunlando un gol a los locales, evitó que se empinara la cosa. Pero si no cayó el 2-0 en el 48, lo hizo en el 61, cuando Manolo Molina remataba a placer una falta lanzada por Fran Varela.


Fue dura la derrota ante un equipo de la zona baja de la tabla, un equipo que lucha por salir del descenso, pero también fue dura por la imagen dejada por un Real Murcia que solo juega a lo que le dejan los rivales. Un Real Murcia que cuando tuvo el balón, porque el Linares se echó atrás tranquilo con el 1-0 que aparecía en el marcador, volvió a carecer de verticalidad y creatividad. Solo tiene un recurso el cuadro grana para llegar al área rival. Solo los centros laterales se convierten en una opción ofensiva. Y el par de centros que metieron ni encontraron rematador. Solo con un disparo alto de Alberto González puso en aprietos el cuadro grana a Samu Casado en la primera parte. Todo lo contrario que el Linares, que llegó poco, pero pudo hasta golear a los granas. Su buen inicio, enseñando los dientes, tuvo premio en el minuto 7. Rafa Llorente batía a Manu García para pintar la cara a un cuadro grana que acumula más decepciones que alegrías.

Aficionados granas en Linarejos

Aficionados granas en Linarejos / Prensa Real Murcia

Cambiaron las tornas con el gol, pero no por el compromiso del Real Murcia. Si ganaron protagonismo los granas, fue por el paso atrás dado por el conjunto local, un conjunto local que supo leer a la perfección el partido, un conjunto local que dio metros a los granas, sabedor de la debilidad de los granas a la hora de pensar. Sin nadie capaz de inventar, solo queda buscar las bandas. Ahí estaban Loren Burón, esta vez por la izquierda, y Álex Rubio, el elegido para sustituir a Dani Vega. Además, tanto Coto como Marc Baró llegaban arriba con facilidad. Pero esa facilidad acaba a la hora de encontrar a los delanteros, o al delantero, porque Carrillo volvió a ser la única referencia en el área. Con centros sin ningún peligro, solo Pedro León intentó encender la luz, pero su balón a Carrillo tampoco acabó en peligro.

Ni un tiro a puerta

Era difícil confiar en el Real Murcia cuando llegó el descanso, pero más difícil fue hacerlo cuando comenzó la segunda parte. Porque, pese a lo ocurrido en los primeros minutos del partido, nadie en el bando grana parecía haber aprendido la lección. De hecho, en el 48, Berlanga batía a Manu García, aunque el gol no subió al marcador al considerar el colegiado que había un rival en fuera de juego posicional. Se escapó el Real Murcia, pero no duró mucho la esperanza. En el 61 ese 2-0 se hacía realidad. Fue en una falta lanzada por Fran Varela que dejó señalado y mucho el trabajo defensivo de los granas. Porque Manolo Molina entró completamente solo para rematar un balón que destrozaba al cuadro murcianista.

Y pudo ser peor, porque cuando el Real Murcia inicia el despelote, ya no hay quien le frene. Lo demostró Berlanga, que no se conformó con desnudar a Sabit, sino que también hizo lo propio con Alberto González para casi colarse en la cocina. Desde el borde del área se sacaba un disparo que se estrelló en el segundo palo. No estaba siendo goleado el Real Murcia como en Madrid ante el Castilla, pero poco faltaba. Sin embargo, que nadie crea que en el cuerpo técnico andaban preocupados, y si lo andaban no lo demostraron. Y es que, solo después del 2-0, Pablo Alfaro reaccionó. Fue en el 64 cuando se produjeron los primeros cambios en un Real Murcia desenchufado arriba y desastroso atrás, un Real Murcia anulado completamente en el centro del campo, donde Sabit desahoga menos que una pared, a lo mejor por eso no jugaba en el Lugo, a lo mejor por eso llegó en el mercado de invierno.

Alfaro, como siempre, llega tarde

Con todo ya perdido, Alfaro, en la grada al estar sancionado, dio orden de los primeros cambios. Si alguien esperaba ver a dos jugadores en punta en busca del milagro, se equivocó de lleno. Saltaba al campo Amin a la misma vez que Carrillo tomaba la puerta de salida. Por su parte, Tomás Pina ocupaba el sitio de Álex Rubio. Más que a intentar reaccionar, Alfaro parece que buscaba no salir goleado de otro partido a domicilio.

Había poco que hacer, con un Linares tranquilo con el marcador a favor, y con un Real Murcia arrastrándose por el terreno de juego. Solo en los minutos finales, el Real Murcia tuvo el gol, pero el disparo de Loren Burón fue sacado por Varela casi bajo palos.

Al final, nueva derrota del Real Murcia, la décima en lo que va de temporada. Una derrota que confirma una vez más que los granas están condenados a ser un equipo de media tabla. Y es que hablar de play off a estas alturas de temporada es ya un cuento chino.