El Real Murcia se hace querer

El Real Murcia anda en plan reconquista. El Real Murcia, sabedor de sus continuos errores durante muchos meses, ha aprovechado el cambio de año para recapacitar, para darse cuenta que solo le quedaba cambiar si quería volver a conseguir el cariño de los aficionados, si quería que sus seguidores volvieran a confiar en ellos. Como esos infieles a los que pillan con las manos en la masa, al Real Murcia no le quedaba otra que pedir perdón y demostrar que no iba a volver a pecar. Y, de momento, lo está consiguiendo. Lo confirmó ayer con una victoria importantísima en El Collao, una victoria que es como un golpe sobre la mesa, un triunfo que debe ser el comienzo de esa remontada en la que cada vez más murcianistas quieren creer.

Pero el Real Murcia no solo ganó al Alcoyano en El Collao, el Real Murcia también dejó buenos momentos, sobre todo en la primera parte, y el Real Murcia demostró lo bien que le ha sentado el mercado invernal, un mercado invernal que ya empieza a dar puntos. Porque los tres goles que dieron la victoria a los murcianistas los anotaron jugadores recién llegados. Abría el marcador el eslovaco Martin Svidersky (minuto 5), una de las novedades en el once; encarriló el triunfo Loren Burón en el tiempo extra antes del descanso y sacó a los granas del fuego en el que ellos mismos se habían metido el marroquí Amin (84). Tres fichajes, tres goles, y eran goles lo que más le faltaban a un Real Murcia donde por fin empieza a rentabilizar a sus jugadores de segunda línea.

Y es que en esa segunda línea aparece la fórmula mágica del nuevo Real Murcia, una segunda línea que ha ganado varias capas después de que Alfaro se diese cuenta de lo que todo el mundo veía menos él, después de que Alfaro apostase por el trivote. Ayer volvía a jugar con tres. No estaba Tomás Pina, lesionado pese a que el club había jugado toda la semana al despiste, pero sí estaba Sabit, otro de los refuerzos invernales que está llamado a ser muy pero que muy importante. Por delante, Isi Gómez era acompañado por Svidersky, mientras que Loren Burón y Dani Vega mantenían su protagonismo por banda. Era condenado al banquillo Pedro León, mientras que Carrillo no tiene competencia, de momento, en la delantera.

Pero para sorpresa, la de la portería. Una sorpresa obligada, y es que Manu García no podía jugar por lesión. Gianni ocupaba su lugar en un partido en el que acababa la buena racha de los granas sin encajar, aunque poca o ninguna culpa tuvo el segundo meta de los murcianistas.

Con todo de cara

No pudo tener mejor inicio de partido el Real Murcia. Al minuto uno ya había sacado su primer córner, a los cinco minutos ya había puesto el 0-1 en el marcador. Aprovechando una gran asistencia de Marc Baró, Svidersky se estrenaba a lo grande. Impulsó ese gol a los murcianistas, que intentaron seguir golpeando en unos minutos de locura.

Lo vio tan negro Vicente Parras, entrenador local, que a los 34 minutos ya había hecho dos cambios, dos cambios que sentaron bien al Alcoyano, que por lo menos mantuvo el pulso pese a ir por detrás en el marcador, sin embargo, el siguiente puñetazo lo volvería a dar el Real Murcia. Fue en el tiempo extra antes del descanso. Aprovechaban los granas la inspiración de Dani Vega, recuperado para la causa en las últimas jornadas, y también las grietas en la defensa de los alicantinos. Más solo que la una estaba Isi Gómez que remataba ante un Valens que reaccionó pero no del todo. El rechace del meta local fue empujado a gol por un Loren Burón que quiere salir en todas las fotos.

Y se agradece que el Real Murcia tenga ahora a jugadores implicados, que quieran salir en la foto, que no renuncien a ningún balón, porque eso les ayudó a completar una primera parte notable, en la que no solo se dominaba el marcador, también se veía buenos detalles.

Pero lo que podía ser un primer tiempo perfecto se empeñó con un golazo de Imanol que llegó cuando el reloj ya marcaba el minuto 49.

Paso atrás que pudo costar caro

Todo lo bueno que había hecho el Real Murcia en la primera parte cerca estuvo de tirarlo por tierra en el segundo tiempo. Se olvidó el Real Murcia de atacar, se olvidó de que tiene jugadores para contragolpear, se olvidó de lo letal que había sido en la primera parte... No se sabe si por la necesidad de ganar, no se sabe si Alfaro dio esa orden, no se sabe por qué pero de repente el Real Murcia fue echándose atrás y cediendo metros. Es verdad, que el Alcoyano no daba sensación de ser peligroso, pero también es verdad que el partido, pese a la ventaja grana en el marcador, estaba siendo muy igualado.

Con el balón más tiempo en el aire que en el césped, con el partido sufriendo parones cada dos por tres, jugándose a un ritmo lentísimo... todo parecía indicar que el Real Murcia tenía el partido donde le interesaba, pero era todo lo contrario. Lo único que hacía el Real Murcia era dar pasos hacia el fuego, y al final cerca estuvo de quemarse. Porque, con otro golazo, en esta ocasión de Agüero, el Alcoyano iba a poner el 2-2 en el marcador cuando faltaban diez minutos para el final.

Muchos pensaron en esos momentos que el Real Murcia volvía a las andadas, que no había en qué confiar, que al final siempre era lo mismo, pero, a diferencia de lo que ocurría en la primera vuelta, el Real Murcia reaccionó rapidísimo tras el golpe. El propio Real Murcia se confirmó que se había equivocado durante toda la segunda parte, que el camino no era defender, que el camino era atacar. Y es que, fue ponerse a atacar, y llegar de nuevo el gol. No lo consiguió Sabit, que se chocó con Valens, pero sí lo hizo Amin, que ponía el 2-3 cuando no llevaba ni diez minutos en el campo.

El marcador ya no se movió. Con un Real Murcia encerrado, con Alfaro sacando todos los defensas que tenía a su alrededor -acabaron con seis defensas en el campo-, la victoria se vino a Nueva Condomina.