Fútbol

Luis Carrión, en situación límite en el FC Cartagena

El entrenador del conjunto albinegro pasa por su peor racha antes de enfrentarse a tres grandes en las próximas cuatro jornadas

Luis Carrión, en el partido ante el Ibiza. | FC CARTAGENA

Luis Carrión, en el partido ante el Ibiza. | FC CARTAGENA / Alfonso AsensioM.Torregrosa

Alfonso Asensio / M.Torregrosa

En medio del peor momento de Luis Carrión como entrenador del Fútbol Club Cartagena, el equipo entendió el partido de Ibiza como un punto de inflexión para salir del pozo en el que se encontraba. El escenario era ideal, ya que el rival era el equipo en peor forma de la categoría y colista destacado con cuatro derrotas consecutivas en las últimas cuatro jornadas. Más favorable se puso con los dos goles en media hora del cuadro albinegro, pero ni teniéndolo todo a su favor fue capaz el Cartagena de darle la vuelta a su dramática situación. Volvió a fallar estrepitosamente el cuadro cartagenerista y recibió un duro golpe psicológico que pone a Luis Carrión en el ojo del huracán y al equipo al borde de la histeria.

Son siete los partidos sin conocer la victoria y sin sumar los tres puntos. La enfermedad del Cartagena se ha hecho crónica y no parece tener una cura sencilla, ya que los síntomas afectan a la propia identidad futbolística del equipo. Se ha perdido la impecable salida desde atrás, la combinación creativa en el medio y la chispa que generaba peligro por las bandas. Sin sus señas, el Cartagena se pierde en la nada y el máximo responsable es el entrenador.

La obsesión de Luis Carrión durante la pasada semana fue el trabajo con balón para «potenciar situaciones más amplias que generen ventajas con la pelota y aporten confianza» según afirmó en la previa. Sin embargo, ese mismo fue el principal problema del grupo en Can Misses. No supo tener el balón el Cartagena, se trabó en circulación y no llegó a campo contrario en situaciones de ventaja más allá de algún momento puntual de la primera mitad. «Queríamos atraer a sus extremos en salida de balón para encontrar espacios detrás con De Blasis, Martos, Ureña, Pepe y Miguelón. Más o menos ha salido bien, pero en la segunda parte hemos tenido menos pausa con balón y no hemos llegado con ventaja a campo rival», explicó tras el partido.

La intención del entrenador albinegro es buena, pero la pérdida de confianza de los jugadores en la idea es tal que el juego se distancia cada vez más de la idea original. Si algo caracterizaba al Cartagena durante su mejor momento de la temporada era su fútbol ofensivo, algo que ha quedado seriamente dañado tras la racha de seis partidos sin marcar e incluso después de un partido en el que logró romper el maleficio con dos goles, ya que el ataque albinegro no convenció en absoluto: solo tres tiros a portería en todo el partido y dos ocasiones de gol que, por suerte, terminaron dentro.

Tampoco se cumplió en esa faceta ofensiva lo que pidió el entrenador dos días antes: «Cuando las cosas no van bien hay que atacar más y ser más valientes». Lo intentó con el cambio de sistema: tres centrales, Miguelón y Martos como carrileros y movilidad arriba sin delantero centro fijo. Funcionó al principio del partido, generó peligro y obligó al Ibiza a estar pendiente de sus bandas en defensa. Sin embargo, cuando los carrileros -recién llegados y sin apenas entrenamientos- perdieron fuelle, la sorpresa se acabó y el ataque se estancó, dejando al equipo con demasiados efectivos atrás sin físico para atacar. Terminó siendo peor el remedio que la enfermedad.

En una compleja situación deportiva, el técnico catalán insiste en el trabajo, en la capacidad de su equipo para revertir la racha y no cesa en su búsqueda de soluciones, sin embargo, nada le funciona. El calendario próximo, frente al Levante, Eibar, Oviedo y Alavés, no acompaña y la continuidad de Carrión se puede ver en entredicho si nada cambia.

Vuelven los bombos hasta final de temporada

Aficionados del FC Cartagena animando a su equipo en el Cartagonova

Aficionados del FC Cartagena animando a su equipo en el Cartagonova / LaLiga

El Fútbol Club Cartagena anunció ayer, a través de un comunicado oficial, el regreso de los elementos de animación a las gradas del Cartagonova además de la reubicación de la peña ‘Curva Vickers’ a su situación de la pasada temporada, en Lateral Alto colindando con el Fondo Sur Alto. Los bombos, pitos, pancartas o banderas de grandes dimensiones estaban vetadas del estadio desde el pasado 2 de noviembre tras una prohibición expresa de la Policía Nacional que hacía efectiva la normativa de la Oficina Nacional del Deporte -OND-, vigente desde el inicio del curso.

Esta prohibición se produjo a raíz de unos incidentes entre aficionados del FC Cartagena y del Granada en el partido de la primera vuelta disputado en el Cartagonova, en el que también resultaron expulsados de la peña ‘Curva Vickers’ cuatro miembros, además de ser retirado su carnet de abonado del club.

Ahora, en medio de la nefasta racha de resultados del equipo y con motivo de la visita del Levante, el club albinegro asegura haber realizado una gestión «en colaboración con la OND, la Federación de Peñas del FC Cartagena y LaLiga» para permitir la entrada al estadio con elementos de animación.

Aunque hace una semana era el propio Paco Belmonte el que aseguraba que el club debía atenerse a la prohibición de LaLiga porque «no tiene una zona de grada de animación» definida y defendía los pasos necesarios para crearla de cara a la próxima temporada tales como la habilitación de «cantina propia, entrada propia, zona para el almacenamiento de artilugios» y otro tipo de infraestructura, nada de eso parece tener vigencia una semana después con la readmisión de los elementos que habían tenido cabida hasta la imposición de dicha prohibición. A su vez, el club pide la asistencia de todos los aficionados el próximo domingo para ganar el partido ante el Levante.