Pasando la Cadena

Nostalgia, 'morenos' y Alcaraz cum laude

NOSTALGIA, ‘MORENOS’  Y ALCARAZ CUM LAUDE

NOSTALGIA, ‘MORENOS’ Y ALCARAZ CUM LAUDE / José Luis Ortín

José Luis Ortín

En 1993, el eximio psiquiatra y excelente amigo Paco Martínez Pardo, que tristemente ya nos dejó, insistía en el Real Murcia, donde compartíamos directiva con un amplio grupo de entusiastas, en que teníamos que fichar a un futbolista negro.

Y lo argumentaba sin ningún tinte de racismo —no cabía en él nada despectivo ni prejuicioso hacia nadie ni grupo social alguno—no tanto con argumentos deportivos, que también, sino con criterios meramente sociales. En aquel tiempo teníamos el recuerdo de jugadores de color que habían levantado aficiones, siendo tan escasos como distinguidos en España. También en el Murcia, con el hondureño Figueroa como última figura. Desgraciadamente, no teníamos posibles para atender su solicitud. Era una época de penurias y sarcasmos, como una divertida pregunta que nos hizo desde su fino humor el entrañable Paco al poco de aterrizar en el club, enviado por al alcalde Pepe Méndez a la entonces Gestora. Sufríamos una atroz ruina deportiva, social y económica, y exclamó: ¿qué hace un psiquiatra en un club de fútbol? Le respondí con idéntica guasa: ahora mismo es tan oportuno como crucial, pues podemos perder la cabeza todos en esta aventura.

Pasados casi treinta años, recuerdo nostálgico a Paco cuando veo a nuestros grandes, sobre todo al Real Madrid, plagados de jugadores ‘morenos’. Los que peinamos menos que canas, también recordamos a la Francia campeona de todo con medio equipo de franceses de color, cuando ningún equipo francés hizo nunca nada relevante en Europa. Y concluíamos que los de otras razas le otorgaban un físico demoledor, no exento de calidad, como plus necesario para batir a selecciones poderosas de naciones con clubes no menos potentes: Alemania, Italia, Inglaterra o la propia España. El Real tiene más de medio equipo titular de ‘morenos’ y apenas un español. Y eso refleja en parte la deriva del fútbol moderno que atisba su presidente. Buscar valores jóvenes por todo el planeta, sobre todo en Brasil y Francia. Y no le va nada mal, con el reverso de que luego no pueden quejarse los madridistas de que apenas haya futbolistas merengues en el combinado nacional.

La llamada Fábrica es un buen negocio para el Madrid, pero desde Raúl y Casillas, más Guti y Nacho a medias, nadie ha triunfado en el primer equipo desde sus bases, salvo los repescados Carvajal y Lucas Vázquez.

Volviendo al inicio, lo que antes era una excepción ahora es norma. Y hasta en equipos tan raciales como el singular Athletic de Bilbao, o en los clubes centroeuropeos e incluso en los nórdicos, los oriundos genéticos africanos están ocupando cada vez más espacio. Así van los tiempos. Y eso no es menoscabo para el fútbol, sino todo lo contrario. Realidad que debemos achacar al inevitable mestizaje de Europa, que viene a refrendar, aunque por causas distintas, la exitosa y centenaria experiencia deportiva americana.

En el Madrid ya copan la mayoría, y en el Barça llevan camino, aunque disfrutan todavía de jóvenes talentos canteranos para disfrute del fútbol patrio. A la Selección tampoco le vendría mal savia nueva. Con el tiempo habrá.

Mientras, el Real es el equipo a batir en España y en Europa porque defiende triunfalmente sus magníficos laureles. Y el Barça ha vuelto al camino con la configuración de una plantilla importante. El duelo en la cumbre de la Liga promete pasión y buen juego.

En Europa la cosa está más peliaguda para ambos, con City y PSG por delante en las encuestas, incluso el Bayern, aunque no ande fino en la Bundesliga. De todas formas, el fútbol suele poner las cosas en su sitio, como advertíamos, y los primeros compases europeos han reseñado el buen nivel de nuestros clubes.

El dinero no otorga títulos, aunque ayude poderosamente, y los ‘morenos’ llegan para quedarse. Mi divertido Paco tenía razón, pero tampoco hay que pasarse; aún no se ven tantos negros o asimilados como blancos en nuestras calles. Desde el respeto y el espectáculo, deporte para todos.

El deporte mundial del momento tiene nombre propio juvenil: Carlitos Alcaraz. Y con tal disminutivo, el murciano luce su extraordinaria humildad y carácter para reinar en el tenis desde El Palmar de su alma, aunque ya ciudadano del mundo. Técnica, trabajo, renuncias y perseverancia, que se pueden aprender o incorporar a lo que viene de cuna. Y eso ni se da ni se quita, aunque pueda desaprovecharse. Cuántos casos hemos conocido, desgraciadamente.

Personalidad atractiva, empatía, inteligencia, ambición y estrategia. Cum laude en todo, Carlitos, ¡no cambies!