No jugó bien el Real Murcia ante el Marchamalo, pero consiguió los tres puntos. No ha mejorado este sábado su imagen el cuadro grana en Granada, pero de nuevo suma un punto que celebrarán los más optimistas y que considerarán insuficiente los más pesimistas. No es el 0-0 que acabó reflejando el marcador lo que más debe preocupar en este inicio liguero en Segunda RFEF, es la imagen ofrecida por los de Simón en estos 180 minutos ya completados lo que más dudas deja. Se puede hablar de que la plantilla murcianista es completamente nueva -este sábado no había en el césped ningún jugador del año pasado-, pero también se puede hablar de un conjunto sin identidad de juego, desaparecido en el centro del campo y sin alternativas para llegar al área pese a la presencia de futbolistas como Julio Gracia y Fran García, que ante el filial rojiblanco no tuvieron un buen día. Y con Garnet, que intentó tirar de los suyos en el inicio de la segunda parte, no fue suficiente. Ni un tiro entre los tres palos tuvieron los visitantes contra un rival joven y que aunque dominó algunos momentos del partido y buscó constantemente el área a través de los centros laterales, apenas inquietó a Serna y su defensa. Al final un punto que vale para continuar sumando en este inicio, pero que deberá refrendarse dentro de una semana con una mejor cara en Nueva Condomina.

Cuando el colegiado señaló el inicio del partido y el Real Murcia solo necesitó unos segundos para completar su primer acercamiento al área defendida por Sarr, el primer tiempo pintaba muy diferente a lo que realmente fue. La primera llegada de los murcianistas y el córner a favor que se sacó a continuación fue un espejismo. Y eso que hasta el minuto 15, los de Mario Simón consiguieron tener controlados a los jóvenes y chisposos jugadores del Recreativo Granada. No acababan los visitantes de acumular llegadas, pero tampoco sufrían. Con una presión alta, los nazarís estaban bien sujetos, a la espera de entrarán en acción futbolistas como Julio Gracia, de nuevo muy desaparecido; Fran García y Dani García. Sin ellos, el Murcia se quedaba sin posibilidad de salida y la batalla de Andrés Carrasco, que intentó colaborar en la elaboración del juego, no servía de nada.

Con el reloj avanzando, la situación no mejoró. Todo lo contrario. A partir del cuarto de hora, la presión grana bajó en intensidad y el Recreativo Granada se convirtió en el único dueño del balón. Los robos de Garnet, la novedad en el once titular tras volver de jugar con su selección, no eran suficientes, y como ocurriera frente al Marchamalo, el centro del campo murcianista no tenía ninguna consistencia. Sin posibilidad de poner orden y dar criterio al juego, los de Simón se conformaron con no dejar avanzar a un filial muy cómodo sobre el campo.

La suerte para el Real Murcia es que aunque el Recreativo Granada iba avanzando metros, Miguel Serna apenas tuvo que intervenir. Solo cuando el tiempo ya llegaba al 45, se vieron dos aproximaciones, una por cada bando. Dani García lo intentó desde lejos, aunque muy desviado. Por su parte, Plomer buscó la escuadra de la meta murcianista, pero no fue capaz de ajustar lo suficiente para meter miedo.

No entendió el Real Murcia el partido en la primera parte y parecía seguir en la misma línea cuando empezó el segundo periodo. Solo Garnet quiso tirar de los suyos. Se impuso en el centro del campo e intentó guiar a los suyos, pero no encontró colaboración. Perdidos por las bandas, donde Fran García no apareció nunca, y con un Julio Gracia fuera de cobertura, el paso al frente del guineano no daba para que los murcianistas encontraran el camino al área de Sarr, al que nadie probó. Ni un centro, ni un balón filtrado, ni casi tiros desde lejos. La defensa nazarí vivió el partido más cómodo que podía esperar. 

Muy alejado el Real Murcia de la imagen que está obligado a dar en esta categoría, donde debe dominar y no ser dominado, Simón intentó reactivar a los suyos con las salidas de Juanfer, Boris y Javi Saura. Pero tampoco cambió nada en el juego. Si pudo cambiar el partido un balón robado por Garnet en el centro del campo. Julio Gracia, posiblemente precipitándose, cedió a Dani García, y el atacante lanzó por encima de la meta de Sarr.

Fue la mejor ocasión del Real Murcia ante un Recreativo Granada que con la entrada de Bryan Zaragoza intentó hacer daño, pero las armas de los locales eran de juguete. Apenas inquietaron a los murcianistas. Sus continuos centros al área eran rechazados por los de Simón, que protegían a un Serna que solo tuvo que intervenir para adelantarse a un Plomer que ya se relamía en el minuto 47.

Vuelve el Real Murcia de Granada con un punto, suficiente para sumar dos jornadas sin perder. Pero lo peor fue la imagen. Al igual que ocurrió frente al Marchamalo, los granas, que han tenido un inicio ante rivales frágiles, se han mostrado como un equipo débil en el centro del campo, donde le cuesta llevar la iniciativa. Tampoco encuentran los murcianistas el fútbol combinativo que les facilite el camino al área.