Cuando el Real Murcia comenzó la temporada 2020-2021, el equipo grana no presentaba novedades en el banquillo. Adrián Hernández, que el curso anterior solo había logrado acabar en el octavo puesto a ocho puntos del play off, seguía al frente de un equipo que elevaba sus aspiraciones. Tornel y sus consejeros dejaban claro que quedar entre los tres primeros era una obligación. Pero cuando el balón echó a rodar ante el Sevilla Atlético las miradas y las dudas no estaban en el banquillo. Las miradas y las dudas estaban en futbolistas como Miguel Muñoz, Antonio Navas, Youness, Júnior, Daniel Sandoval, Segura..., fichajes poco contrastados para una temporada tan corta y a la vez tan importante como la actual.

Dieciocho jornadas marcarían el futuro del Real Murcia. Pasadas once jornadas, los granas solo han logrado dormir durante una semana en los tres primeros puestos. Las restantes han estado fuera de la zona que el consejo de administración marcó como objetivo. El pasado sábado, después de caer frente al Betis B en un partido para olvidar, los murcianistas cayeron al quinto puesto.

Se empeña Adrián Hernández en un sistema que ni permite ver un juego vistoso ni hace que lleguen los buenos resultados, y así, semana tras semana, el Real Murcia es incapaz de ganar dos partidos seguidos.

Con solo siete jornadas por delante, el club grana ha decidido saltarse todos los principios que venía defendiendo para tirar la casa por la ventana en este mercado invernal. A los fichajes de Champagne y Gurdiel, que ya llevan dos partidos con el equipo, se han ido sumando los de Verza, Molinero, Carrillo, Ripoll y Marcos Mendes. Quitando a los últimos nombres de la lista, el resto suman minutos y experiencia en sus piernas para que llegar a los tres primeros puestos sea más fácil. Ayer mismo, el propio Adrián Hernández, hablaba de «salto cualitativo», llegando a afirmar que estos futbolistas marcan diferencias incluso en «el primer rondo».

Aunque en otros mercados Adrián Hernández siempre ha preferido jugadores jóvenes, rechazando incluso a veteranos que había en la plantilla -señaló a Curto y Armando nada más llegar al banquillo, y este verano ni contaba con el centrocampista murciano ni tampoco con Chumbi-, el técnico del Real Murcia se felicita ahora por lo bien que se ha movido el club en esta ventana invernal.

Este mismo domingo, la alineación ante el Sevilla Atlético podría ser irreconocible respecto a las de las últimas semanas. Ya tienen los aficionados los fichajes contrastados que pedían. Gurdiel y Champagne fueron los primeros en confirmar que hacía falta cambios en algunos puestos que no daban el nivel. Pero ahora, con hasta siete refuerzos, la presión ya no estará en el césped, donde todos conocemos las trayectorias de Verza y Molinero, o la calidad de Jesús Carrillo. Ahora, y a diferencia de los últimos meses, las miradas, si la regularidad en los resultados no empieza a aparecer a las primeras de cambio, se desviarán a Adrián Hernández.

«Etapa y objetivos diferentes»

El técnico, además, ya no tendrá la excusa de la juventud de sus jugadores. Tampoco podrá acusarles ya de ser pardillos cada vez que las victorias no lleguen. Ayer mismo, en rueda de prensa, sorprendió al indicar que «a partir de hoy empieza una etapa diferente con objetivos diferentes», olvidando que desde el principio de temporada la obligación es la misma, quedar entre los tres primeros clasificados.

Desde este mismo domingo, cuando el Real Murcia visite al Sevilla Atlético, las exigencias hacia al preparador murciano se elevarán al 100%. Ese modelo de juego que no ha funcionado en el año y medio que lleva en Nueva Condomina estará bajo la lupa más que nunca. También la irregularidad sin fin en el terreno de juego y cada uno de los movimientos que realice. Incluso si el equipo empieza a pagar la falta de gol por la ausencia de Chumbi, y es que el entrenador grana no solo no ha hecho nada para convencer al aguileño de que cumpliera su contrato sino que se ha sentido liberado por la salida del ‘9’, que ya se ha estrenado como goleador en el Marbella.