Vienen, destacan y se van. Así se podría resumir la relación del Real Murcia con los porteros en las últimas tres temporadas. Y es que, pese a ser la posición más específica, ellos tampoco se han podido salvar de los constantes fichajes del conjunto grana en los mercados veraniegos más recientes. De hecho, el desaguisado bajo los palos todavía es palpable al contar actualmente con tres jugadores en nómina (Tanis, Alejandro Santomé y Simón Ballester). Al igual que ocurrió con Diego Rivas o Biel Ribas, Ian Mackay ha sido el último portero que ha cuajado una excelente campaña salvando puntos importantes para cumplir con los objetivos, sin embargo, todo hace indicar que se repetirá el mismo desenlace.

El Real Murcia ha marcado unas líneas rojas en su presupuesto esta campaña que no va a rebasar y, a pesar de ofrecer la renovación a Mackay tras ser uno de los jugadores más importantes del curso recién finalizado, lo ha hecho a la baja. Por lo que parece muy complicado que el escocés pueda prolongar su compromiso en Nueva Condomina con una ficha sensiblemente más baja. Esto hace que el conjunto grana tenga que acudir al mercado en busca de un cancerbero por tercer verano consecutivo al no encontrar algo de estabilidad en su portería, ya que desde la temporada 2015-2016, con el murciano Fernando, el conjunto grana no inicia el curso en Segunda División B con el mismo portero.

Y eso que ha sido una de las posiciones más potentes del Real Murcia durante su estancia en la categoría de bronce tras el descenso administrativo de 2014. Pero, por una circunstancias o por otras, se ha visto obligado a tener que realizar cambios. Fernando alternó la titularidad con Iván Crespo durante el curso 2014-2015, con el Murcia encuadrado en el Grupo I de Segunda División B, y tras la marcha del cántabro al Lleida se asentó la siguiente temporada en el once con José Manuel Aira en el banquillo. No obstante, la eliminación frente al Toledo en la primera ronda de ascenso, tras la destitución de Aira a una jornada para finalizar la fase regular, acabó con el sueño grana de regresar al fútbol profesional. Fernando firmó por el UCAM, tras el ascenso del conjunto universitario a Segunda División, y a partir de ahí el Murcia no ha conseguido mantener a sus guardametas.

Ese verano llegaría a Nueva Condomina Diego Rivas, quien tras dejar buenas sensaciones en la primera vuelta, acabó perdiendo la titularidad con Simón Ballester tras la llegada del técnico Vicente Mir a mediados del curso 2016-2017 para acabar alcanzando el play off por el ascenso. Sin embargo, la llegada de Biel Ribas en verano cerró las puertas al murciano en su primer año con ficha sénior y se tuvo que marchar cedido al Lorca Deportiva. El pasado verano, con el consejo de Víctor Gálvez a los mandos, se optó por despedir a Biel Ribas pese a tener contrato en vigor y ser uno de los más destacados de curso. Aunque Mackay supo cubrir con garantías la portería en la temporada más convulsa del último lustro.

La solución puede estar en casa

Al contar el Real Murcia con tres porteros en nómina y ante las restricciones presupuestarias del club, la solución podría pasar por apostar por la juventud de Tanis o Santomé junto a la experiencia de Simón Ballester. El canterano cumpliría varias condiciones de las señas de identidad que Julio Algar quiere dotar a la plantilla y ya ha disputado un play off de ascenso con el conjunto grana en un curso que dejó buenas actuaciones cuando contó con regularidad. No obstante, en sus cesiones al Lorca Deportiva y recientemente en el FC Jumilla no encontró la forma de poder asentarse.