Cartagena Folk

Eliseo Parra: "Después de tantos años dando botes por los escenarios, me toca ya una vida más tranquila"

El vallisoletano recibirá mañana el Premio Cartagena Folk durante la jornada central de la decimocuarta edición del festival. Insiste en que no tocará, en que se ha retirado, pero dice que tendrá que agradecer el galardón "de alguna manera"

Eliseo Parra

Eliseo Parra

La decimocuarta edición del Cartagena Folk comienza hoy y se extenderá hasta el domingo, con entrada gratuita en el Parque de La Rambla, junto al Estadio Cartagonova. Entre los invitados hay una amplia selección de bandas y artistas: destacan el grupo de música celta Deira (primer grupo no escocés ganador, en 2022, del premio The Battle of the Folk Bands); los palentinos Atlantic Folk Trío, todo un referente en la música castellana actual, y El Nido, grupo emergente de gran proyección en el panorama folk nacional, y también artistas locales como Juan José Robles.

Aunque el gran protagonista será Eliseo Parra, por mucho que haya abandonado los escenarios recientemente. El vallisoletano recibirá el Premio Cartagena Folk 2024 por su labor como investigador, divulgador, músico y experto en danzas tradicionales peninsulares, así como por su trabajo de recuperación y puesta en valor de las músicas españolas.

Este folclorista con cinco décadas de carrera, que en 2018 recibió el Premio Europeo de Folclore ‘Agapito Marazuela’, renunció dos veces a representar a España en Eurovisión. Vivió la eclosión musical catalana en torno a la Sala Zeleste, fue lugarteniente de Gato Pérez, acompañó por medio mundo a María del Mar Bonet y ha estado hace poco presentando en directo su trabajo de despedida, Diacrónico (2022). Nada ortodoxo, ha tocado todos los palos de la música, y artistas de toda generación y pelaje (Rozalén, Rodrigo Cuevas, Vetusta Morla…) reconocen su magisterio. Hablamos con él.

El Cartagena Folk, que el año pasado homenajeó a Carlos Núñez, reconocerá este sábado su «incansable labor». ¿Cómo lo recibe?

Un premio siempre significa una valoración de tu trabajo, y eso no le disgusta a nadie.

En 2018 recibió el Premio Europeo de Folclore ‘Agapito Marazuela’. ¿Qué ha significado para usted Marazuela?

Un antes y un después en mi carrera, antes y después de conocerle.

Tras medio siglo, dice que se retira. Leí que no tenía intención ni de comunicarlo. ¿Por qué se va?

Después de tantos años dando botes por los escenarios, pienso que ya me toca una vida más tranquila. Además, tenía claro que no quería salir al escenario con las facultades mermadas, y he querido despedirme en plena forma.

¿Cuándo le atrapó el folclore?

Después de pasar por el rock, el jazz y la salsa, me di cuenta de que eran músicas ajenas a mí. Busqué ser auténtico y encontré que, en nuestra herencia musical, estaba casi todo por hacer a la hora de adaptarla a los nuevos tiempos, y me redescubrí a mí mismo.

¿Cómo recuerda aquellos años de veranos hippies en Ibiza?

Veranos de juventud, aprendizaje y disfrute. A Ibiza, en los primeros setenta, llegaba la vanguardia musical del mundo, por ser una isla en la que veraneaban europeos, norteamericanos y hasta australianos; los Bee Gees tenían una casa allí, y en alguna fiesta llegamos a cantar juntos.

En su haber quedan muchas cosas, también renunciar dos veces a Eurovisión. ¿Preservar la independencia y el criterio propio tiene estos costes?

No fue un inconveniente para mí. Si no estoy convencido de lo que me proponen, no lo hago. El tiempo me dio la razón.

¿Cuál es su mejor recuerdo en la música?

Casi todos. La música tiene eso. Hace disfrutar al que la hace y al que la escucha. Cuanto más disfruta el músico, más disfruta el oyente.

Diacrónico, su trabajo de despedida de los escenarios, recoge canciones recuperadas de las últimas décadas además de nuevas composiciones: seis temas tradicionales y otros de varios autores, en castellano, catalán, euskera y gallego. ¿De ahí el título? ¿Fue complicado prepararlo? ¿Cuál fue su fórmula magistral todos estos años?

De ahí lo del título, sí. Mi ‘fórmula’ a la hora de recrear los temas tradicionales se basa en el respeto a una música que han cantado muchas generaciones: respetar la melodía y el ritmo. Después la vas arropando con arreglos como si fuera un vestido, hasta que la canción misma te dice: «Este me pongo».

Parece que el folclore, lo tradicional, ha pasado de considerarse rancio a estar de moda. ¿Qué está cambiando? ¿Nos acercamos al folklore desde un punto de vista más desprejuiciado?

Cierto es que parece que, poco a poco, se va considerando un género como otro cualquiera, y me alegro. La causa es que hoy en día hay mucha juventud que lo ha descubierto y a la que le han enganchado las nuevas versiones. Por otro lado, el nivel de los intérpretes ha subido mucho, y eso hace desaparecer muchos prejuicios.

¿Existe una España musical? La tradición gallega, andaluza, catalana, castellana…, ¿comparte un tronco común?

Cuando me adentré en el mundo tradicional, me sorprendió la riqueza y variedad de este país. No se si habrá otro igual, en tamaño y riqueza, en tradiciones. Las diferencias son muy notables, entre Galicia y Murcia, Cataluña y Andalucía, Castilla y Baleares…, ¡y sin hablar del flamenco! Así que, aunque se compartan algunas melodías, en cada sitio se le da un aire diferente, y esto significa más riqueza. Por tanto, sí, por supuesto que existe una España musical, pero muy variada.

«Castilla miserable, ayer dominadora, envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora», escribió Machado. ¿Sigue así o ha empeorado?

No. Agapito Marazuela fue de los primeros que demostró que Castilla la Vieja, como se denominaba en tiempos de Machado, es tan rica musicalmente como cualquier otra Comunidad. También en cuanto a recreación.

¿Cómo será su despedida aquí?

Realmente, voy a recoger el premio, no voy a tocar, pero habrá que ser agradecido de alguna manera...

¿Qué mantiene la ilusión de un músico cuando ya ha logrado casi todo?

La música, la literatura, la poesía, la pintura… Son oficios que se pueden seguir haciendo muy mayor, mientras haya facultades. Yo estoy grabando otro disco.