Arte

Los caminantes perplejos de Ángel Haro llegan a Segovia

El artista valenciano afincado desde hace décadas en Murcia expone en la ciudad del acueducto, hasta el 7 de julio, 'Le Film. Andante perplejo', una muestra en la que hace un recorrido por el mundo interpretando la realidad a través de la ficción 

Pedro Medina (i) y Ángel Haro (d) en el Palacio Quintanar.

Pedro Medina (i) y Ángel Haro (d) en el Palacio Quintanar. / Joaquín Clares

Lola López

Lola López

«La única forma de conocer el mundo es hacerse preguntas». La idea es de la Guía de los Perplejos de Maimónides, pero quien la pronuncia es Ángel Haro (Valencia, 1958), artista plástico afincado en Murcia desde hace décadas y cuyo arte se ve (y se escucha), desde el viernes, en el Palacio Quintanar de Segovia

Ni la elección de la frase ni el lugar son baladí. Respecto a la primera, Haro explica que el leitmotiv de esta nueva exposición, Le Film. Andante perplejo, es «la perplejidad», la idea de hacer un interrogatorio sobre la vida: «Es como un caminante que se va encontrando cosas que lo interpelan y con las que tiene que reflexionar sobre qué pasa alrededor de él». 

Respecto a la segunda, esta exposición es un ‘site specific’, es decir, una muestra creada desde el principio con el espacio expositivo en mente. En este caso, ese palacio renacentista del siglo XVI, una casa señorial segoviana construida en torno a un patio central que, hace años, ganó una nueva identidad como centro cultural.

La obra, pues, está condicionada por el espacio: «No puedes hacer como en una galería normal y corriente, este sitio es Patrimonio de la Humanidad, así que hay salas muy difíciles. Hay que diseñar las piezas para que funcionen con las restricciones de cada sala»

Detalle de una de las piezas que conforman la exposición.

Detalle de una de las piezas que conforman la exposición. / Joaquín Clares

Un reto, como todos, «complicado pero muy satisfactorio cuando se consigue», cuenta el artista, que ha tenido que «tirar de recursos» para resolver el puzle de exponer en un lugar con salas en las que colgar un cuadro de las paredes o el techo, al estar reconocido protegido por la Unesco, no es una opción.

De ahí que Le Film. Andante perplejo sea un recorrido por una serie de piezas o «experiencias visuales» que a priori no tienen vínculo entre sí pero que «se dan cita en la última pieza», un vídeo de 19 minutos con música de Raúl Frutos (Crudo Pimento). 

El Palacio Quintanar ha condicionado las obras al tratarse de un lugar que es Patrimonio de la Humanidad

«Es como si el espectador de una película estuviera viendo en cada sala los objetos y el material con el que se ha realizado –cuenta el creador sobre la narración de esta muestra–. Cada pieza es autónoma, pero a la vez forma parte de una secuencia que se descubre al final». En esas escenas hay escultura, creación con luces y sombras, pintura y una parte audiovisual «importante»

Esta riqueza en el lenguaje creativo no viene de otro sitio que no sea la trayectoria de Ángel Haro: «Yo empecé como pintor, pero también tengo siempre presente una parte de escultura, por mi formación en el taller familiar y mis estudios de ingeniería. Como trabajé en cine, ahí se introduce la escenografía y la realización audiovisual», enumera, para matizar que no se trata de una «demostración de habilidad», sino que trabaja cada pieza desde la materia que más le interesa a su significado

El vínculo entre las piezas no es formal sino narrativo, cobrando sentido con la última: un corto de 19 minutos

«Yo elijo la técnica en función de lo que quiero contar: no es tanto demostrar que sé hacerlo, sino elegir la solución más eficaz» para hacer viajar al público (lo que, insiste, más interesa conseguir) sin atarse a la vinculación formal de las obras. 

Y el viaje por el que pasea el espectador en este palacete de Segovia gira en torno a la contraposición entre verdad y ficción, explica, citando a Humberto Eco: «Solo la ficción nos proporciona una verdad irrefutable».

«Lo que quiere decir es que hoy, en los tiempos de las ‘fake news’ y de la información manipulada, estamos ya alerta y sabemos que todo está manipulado. La verdad –reflexiona el creador, que para esta muestra ha escogido a Pedro Medina para acompañarle como comisario–, por tanto, no nos ayuda a descifrar la realidad. Solo nos queda una herramienta: la ficción. Para entender la realidad que nos circunda, compleja, fragmentada, superpuesta, con miles de estímulos y miles de intereses, lo único que podemos hacer es descifrarla desde la ficción», concluye.

Al ser un ‘site specific’, explica Haro, no está asegurado un futuro en el que Le Film. Andante perplejo salga de Segovia («una ciudad preciosa y con muchísimos visitantes», puntualiza) y encuentre un espacio en la Región que permita readaptarla, pero hasta el 7 de julio habitará las salas de ese especialísimo Palacio Quintanar proponiendo a los espectadores convertirse en caminantes cualesquiera. Eso sí, siempre sorprendidos ante los estímulos del mundo, experimentando pasmo y sorpresa, porque «toda pregunta nace de una perplejidad»