Premio Mandarache

El Mehdati: "La literatura es un juego, es experimentar"

La joven autora canaria visita Cartagena esta semana como finalista del popular certamen con su primera novela, ‘Supersaurio’

Meryem El Mehdati.

Meryem El Mehdati. / L. O.

EFE

La escritora canaria Meryem El Mehdati cree que «la literatura es un juego, es experimentar». Por eso es partidaria de desterrar esa idea de que es algo «demasiado prestigioso» y en lo que solo pueden entrar los clásicos, y apuesta por abordar la lectura desde los propios gustos e intereses, adecuados a cada contexto y cada edad. Lo hace a pocos días de viajar a Cartagena para participar este jueves en un encuentro con los jóvenes lectores de su primera novela, Supersaurio (Blackie Books, 2022), una de las tres obras finalistas de los Premios Mandarache.

Su libro compite en esta edición con la obra de teatro Música para Hitler, de Yolanda García Serrano y Juan Carlos Rubio, y con la novela gráfica La guerra de los mundos, de Santiago García y Javier Olivares, y serán precisamente estos lectores -casi 4.600 chicos y chicas de entre 15 y 30 años- los que decidan cuál se lleva el gato al agua a finales de abril. Se trata de un formato internacionalmente elogiado y que El Mehdati no ha dudado también en alabar desde la óptica del fomento de la lectura, ya que considera que se trata de un programa que puede encender en sus participantes «la chispa de la curiosidad» por el universo literario.

En ese sentido, la autora canaria lamenta la poca «adaptación al contexto y circunstancias actuales» de los currículos docentes en cuanto a las recomendaciones que se hace a los adolescentes para iniciarse en la lectura: «Si a un chico de 16 años se le recomienda Dostoievski, más que motivarlo, parece que se estuviera pretendiendo matar su curiosidad», advierte. «Respeto muchísimo a los profesores y sus criterios, son mis personas favoritas, pero me parece curioso que, con los años, no se haya adaptado nada el listado de lecturas recomendadas. No abogo por que a los adolescentes se les inicie a leer autoayuda, pero sí por adecuar las propuestas a sus inquietudes», señala.

Del mismo modo, ha animado a los jóvenes a los que les gusta escribir a «desmitificar» la literatura, practicar y hacer sus propias creaciones. Ella misma comenzó a escribir con solo 13 años y lo hizo a través del fan fiction, historias o versiones alternativas que se escriben sobre productos audiovisuales u obras literarias ya hechas, como El señor de los anillos, Harry Potter, Expediente X y Crepúsculo, entre otras. El Mehdati estuvo vinculada a aquella experiencia de tomar prestados personajes o universos para crear sus propias historias durante una década, y ha destacado que ese tipo de creación literaria ha sido la puerta a una carrera profesional para muchas mujeres, ya que ellas son una amplísima mayoría en este tipo de blogs y webs.

En cuanto a Supersaurio, dice que se trata de una obra «en un 99 por ciento ficticia» en la que la única coincidencia entre escritora y protagonista son el nombre y la edad. La Meryem-personaje trata de abrirse paso en un mundo de trabajos precarios que la autora no ha tenido que sufrir pero que conoce a fondo a través de la experiencia de numerosos amigos. Traductora de formación, asegura que la inmensa mayoría de sus compañeros no acabaron ejerciendo la profesión, sino encadenando contratos como becarios en todo tipo de labores, y eso es lo que ha reflejado en esta novela: «Es la broma de la meritocracia», lamenta.

En ese sentido, considera que «pasar 30 años en una misma empresa ya no es posible, ya no existe ese modelo de entrar a trabajar con 17 años y salir jubilada», y eso ha generado una «brecha» en las aspiraciones de las generaciones más jóvenes y un cambio de mentalidad casi obligado. «La brecha empieza ahí, en esa mentira de: ‘Esfuérzate que vas a conseguir tus sueños’. ¿Es que la gente que comienza a trabajar ahora no se está esforzando? Lo hacen, pero encadenan contratos basura, no pueden vivir con su sueldo, son unas circunstancias que obligan a la inconformidad», reflexiona.