Entrevista | Ariel Rot Guitarrista y compositor

"Ahora se ensaya un mes y se sale a tocar. En los Rodríguez era mucho más que eso; una religión, una disciplina"

Ariel Rot sigue celebrando el 25º aniversario de su tercer disco en solitario, “Hablando solo” (1997), con reedición y una nueva gira en la que reúne a la banda original -Tito Dávila (teclados), Ricardo Marín (guitarra), Jacob Reguillón (bajo) y Pablo Serrano (batería)- que le acompañó en los conciertos de presentación en 1998.

Ariel Rot estará el lunes en el Teatro Circo de Murcia.

Ariel Rot estará el lunes en el Teatro Circo de Murcia. / L.O.

Tras una exitosa carrera con Tequila y Los Rodríguez y haber publicado dos álbumes en solitario, Ariel grabó “Hablando solo” en Du Manoir (Francia) con The Attractions, el grupo que acompañaba a Elvis Costello. Fue un disco fundamental en su historia, y le hizo crecer musicalmente. En su concierto de Murcia le acompañarán Huracán y Dana (Miguel Bañón e Inma Alcázar), una pareja perfecta que dignifica la música de raíces. Juntos, al pie de La Sagra, grabaron “Sirius” (2023), una pequeña joya repleta de canciones bonitas inspiradas en la naturaleza y la luz, que transmite pasión, emoción, poder y algo de drama. Con Ariel Rot hablamos de rock.

EL CONCIERTO

Ariel Rot + Huracán y Dana

Fecha: Lunes, 1 de abril, a las 21.00 horas

Lugar: Teatro Circo Murcia

Precio: 25 euros

¿Cómo te vino lo de reeditar “Hablando solo”?

Fue producto del azar, como la mayoría de las cosas en mi vida. Estaba mirando viejos vídeos -siempre íbamos con una cámara registrándolo todo-, y se lo mandé a uno de mis compañeros de banda, y me dijo: “Hace 25 años de esto”. Yo pensé: “¡Guau, 25 años! Es una cifra mágica, deberíamos juntarnos”. Afortunadamente, los 4 miembros de la banda y yo teníamos un par de meses disponibles, lo cual no era habitual, y nos propusimos este reencuentro. Hacía 20 años que no tocábamos juntos, después de haber pasado 5 años conviviendo, viajando y haciendo conciertos. Así surgió. No tiene mucho más misterio.

¿Qué has descubierto al revisar el disco?

Que había canciones que nunca había dejado de tocar, canciones importantes que, aunque a lo mejor en el momento hasta desconfié de ellas, al final me he dado cuenta de que son canciones de gran factura y han sobrevivido al paso del tiempo, y se han convertido en clásicos de mi repertorio.

¿De dónde salió la idea de grabarlo con The Attractions, la banda de Elvis Costello? Otro lujo fue la producción de Joe Blaney, con quien ya habías trabajado en Los Rodríguez.

La grabación fue muy lujosa. Yo venía de Los Rodríguez, tenía una buena jerarquía en ese momento en la compañía discográfica, así que fui a un disco donde poder cumplir con todos mis caprichos, mis sueños. Hubo que darle varias vueltas, Blaney ya nos conocía, ya habíamos hecho bastantes trabajos con Los Rodríguez, había mucha confianza, y creo que siempre fue la persona que tuve en mente para iniciar esta carrera, este disco en particular, que es también el comienzo de una carrera. Era un momento delicado, un cambio trascendental en mi vida. Por un lado me junté con una persona cercana y muy sólida para que me diese la confianza que necesitaba en ese momento, y por otro lado arriesgué: obviamente yo era fan de los Attractions, pero no sabía cómo podía funcionar la dinámica en el estudio. Fue una propuesta de Alfonso de DRO; le dije “por supuesto” con cierta intranquilidad. Finalmente nos adaptamos, tuvieron una actitud maravillosa; ellos llevaban mucho tiempo sin encontrarse, sin grabar juntos, porque con Elvis ya se habían medio dispersado. Fue el reencuentro de ellos, y también su último disco, pero no por mi culpa, ¿eh?.

El título, “Hablando solo”, viene de un tema inédito de Los Rodríguez. ¿Ya estabas preparando tu salida? ¿Cómo recuerdas ese salto desde un segundo plano en Tequila y Los Rodríguez a ser solista?

Yo ya había tenido una experiencia previa a la que había ido sin preparación, y había sido un poco complicado para mí. De hecho, grabé dos discos después de Tequila, pero nunca sabía tocarlos, quedaron ahí como simplemente una experiencia curiosa, pero valoro mucho esos dos discos previos. “Hablando solo” es una canción que compuse al principio con los Rodríguez. Iba a entrar en “Sin documentos”, pero en esa época teníamos un límite de tiempo, todos componíamos, y la sacrifiqué. Luego salió en una recopilación. No hablaba de proyecto en solitario, sino de ese ejercicio que hacemos todos, a veces demasiado, de hablar con nosotros mismos.

"Siento que soy guitarrista de cuna, y la guitarra siempre ha sido un dejarme llevar"

¿Te reivindicabas como compositor?

La intención no era reivindicarme, era tomarme un poco más en serio esa labor que había hecho yo de una manera un poco vaga, porque siempre tenía ayuda, componíamos con Alejo… Andrés componía mucho, con lo cual mi cupo de canciones era muy fácil cumplirlo en cada disco, y ahora se me presentaba el oficio de hacer canciones y ser autosuficiente. Sentía que era capaz, porque tenía unas buenas composiciones en mi haber: “La milonga del marinero y el capitán”, “Me estás atrapando otra vez”…. Es cierto que había perdido un poco el pulso a la composición, y en ese momento la retomé, y en el disco me sorprende la cantidad de temas que se convirtieron en emblemáticos de mi repertorio.

Tequila se reunieron. ¿Es más difícil que se reúnan Los Rodríguez?

Mucho más, no hace falta que entre en detalles. Es más complicado, pasó mucho tiempo, nosotros los de ahora ya no somos los de antes, como dice aquel poema, así que sería complicado volver a tener esa precisión, estar tan engrasados. No es fácil tocar como tocaban Los Rodríguez. Había detrás muchísimo trabajo. Las reuniones ahora se hacen, se preparan, se ensaya un mes y se sale a tocar. En los Rodríguez era mucho más que eso; una religión, una disciplina, ir todos los días y pasar varias horas tocando, y por eso sonábamos como sonábamos.

De todos los roles que has desempeñado (guitarrista, cantante, productor, compositor, presentador), ¿el de guitarrista te sienta mejor?

Es mi lugar natural. Siento que soy guitarrista de cuna, y la guitarra siempre ha sido un juego para mí, un dejarme llevar, un poco volar. Los otros implican un poco más trabajo, pero tienen también esa satisfacción de que es nuevo, un desafío, y que me lo tengo que currar. Así que sí, efectivamente, mi rol natural es el de la guitarra.

¿La cuestión más difícil de encajar ha sido la voz? ¿Uno se escucha igual a pesar de los años?

Afortunadamente, uno se va escuchando mejor, conociendo mejor ese instrumento misterioso que es la voz, que si uno no le presta atención (lo que a mí me pasaba), se encuentra con el gran misterio. Uno lo va descubriendo, domando, domesticando tal vez, y va encontrando su voz: hay que buscar el sonido, no viene de fábrica. Hay que encontrarlo. Fue una de las tareas y de los desafíos más importantes de “Hablando solo”.

Y ahora que miras atrás con este disco, ¿crees que ha cambiado mucho el mundo de la música?

¡Muchísimo! Este disco se grabó con cinta, sin ordenador, sin plugin, al viejo estilo, ‘old school’, artesanal, preparando el disco mucho antes de entrar a grabarlo, y luego tocando muchas veces hasta que encontrábamos finalmente cada uno el arreglo adecuado. Hoy en día se trabaja de otra manera, se empieza con una pequeña idea y se la va construyendo. Nosotros lo que hacíamos era construir y luego llegar preparados al estudio para darlo todo.

Para el repertorio de la gira, ¿tirarás también de grandes éxitos?

Sí, por supuesto, la gira no es conceptual, exclusivamente de “Hablando solo”. En la gira ya hemos incorporado algunos éxitos, pero también otras canciones que creo que tienen que estar siempre en mi repertorio, de discos posteriores, como “Geishas en Madrid”, “El mundo de ayer” y, por supuesto, algún homenaje a Tequila y los temas que yo siento míos de los Rodríguez. Así que no tocaremos el disco desde el principio hasta el final; iremos alternando canciones.

"Los grupos tienen que durar lo que tienen que durar. No es bueno estirarlos por el motivo que sea"

“Soy de grupos de vida corta” comentaste alguna vez. ¿Te gustaría que te duraran más?

Los grupos tienen que durar lo que tienen que durar. No es bueno estirarlos por el motivo que sea, por esa red de seguridad que te puede dar… Cuando las cosas se deterioran y empiezan a ser tensas en la convivencia y en el trabajo, es un buen momento para pensar en otro proyecto. Los Rodríguez fue sobre todo toda la última época; se aceleró el deterioro de repente, pasamos de ser un grupo que nos lo pasábamos increíblemente bien, que disfrutábamos siempre arriba del escenario (eso siguió pasando, afortunadamente, hasta el final)… La tensión se hizo muy grande dentro de la banda, a pesar de que musicalmente seguíamos teniendo muchas cosas que decir, y podríamos haber hecho cosas juntos que no sabemos cómo hubiesen sido, pero habría sido interesante. El factor humano estaba fallando, y no hay respuesta para eso.

Se ha hablado tanto… ¿Que te viene primero a la cabeza de Tequila y Los Rodríguez?

Tequila éramos unos críos. No solo estábamos descubriendo un mundo, lo estábamos creando. No existían los sistemas de producción de ahora. Nos llevamos todo lo bueno, pero también todo lo malo de ser pioneros, lo vivimos intensamente, y ahora lo recuerdo como quien recuerda su primera novia. Los Rodríguez fue en su primera etapa el grupo soñado: musicalmente impecable, creativo, siempre en proceso de creación, de composición. Sentíamos que teníamos algo muy grande, nos costó, y eso también nos dañó en cierto modo, Antes de poder estar arriba ya estábamos un poco tocados. No éramos niños, pero esa especie de arrebato creativo y de vivir como una banda de r’n’r, vivir juntos, salir juntos, compartir varias cosas… nos marcó a todos. El final fue un poco traumático, pero hemos superado las diferencias, y los que todavía estamos, por suerte, nos hemos recuperado, hemos recuperado la amistad, y seguimos en contacto.

Con lo que estás viendo en “Un país para escucharlo”, te brotan ideas para un nuevo disco?

Es una experiencia maravillosa, pero muy densa, no da tiempo para mucho más que cumplir con mi deber, que es viajar, entrevistar, tocar, incluso escribir muchas de las voces que se escuchan en off durante el programa. Así que no, yo soy más de componer cuando la actividad cesa, cuando el salvapantallas se pone en marcha porque llevas un tiempo sin hacer nada, y llevo mucho tiempo sin hacer nada, la verdad, hay muchas cosas que te distraen, pero siempre hay ideas. Las ideas es fácil darlas y tenerlas, lo difícil es hacerlas.

El programa se ha desplazado del prime time unas horas. ¿La música tiene difícil cabida en televisión?

Se la castiga bastante en la televisión, o se le ignora. No porque lo haga yo, o porque sea un programa que a mí me guste. Creo que es necesario cualquier programa que viaje por el país y vaya descubriendo y enseñando… desde cualquier lugar: musical, gastronómico, paisajístico, de las costumbres culturales… Una cadena pública debería tener programas que muestren los rincones, la música que no sale en las cadenas comerciales ni en los programas de concurso. Es nuestro patrimonio, y me parece inexplicable que no se defienda de una manera más respetuosa.