Documental

Gala Hernández levanta el César: "Es que no me lo creo"

En su discurso, la murciana recordó la crisis que sufre el pueblo palestino y agradeció a sus "camaradas feministas"

Gala Hernández posa con su  estatuilla en la 49ª edición de  los premios César.

Gala Hernández posa con su estatuilla en la 49ª edición de los premios César. / Associated Press

Lola López

Lola López

«Es superbonito, es precioso y pone mi nombre, lo han grabado: ‘Gala Hernández’, con acento en la a», explicaba a EFE, cerca de la medianoche del viernes, una Gala Hernández que era un manojo de emoción y sorpresa. 

No es para menos: el hito de la cineasta murciana abre puertas y derriba fronteras en el audiovisual. 'La mecánica de los fluidos' (2023) le ha valido a Gala Hernández un destacado palmarés, pero con este pone su nombre en el más difícil todavía: el César a mejor Cortometraje documental. 

«Estoy muy contenta y muy agradecida por el premio, porque significa mucho para mí y para mi carrera», se sinceraba tras sujetar con sus manos un premio que se puede calificar, aunque las comparaciones sean odiosas (y más en la era de internet, un territorio que ella ansía investigar), de ‘Goya francés’. «Es sorprendente este premio –aseguró a la salida de la 49ª edición de los premios–, sobre todo porque la Academia francesa del cine haya premiado una peli como esta, que es superpolítica, superfeminista».

Estas palabras se entienden acompañadas de la sinopsis de su obra, un viaje de 39 minutos por la soledad de la era de internet, explorada a través de los ‘incel’ (un término que viene del concepto de celibato involuntario): una comunidad de hombres con una misoginia exacerbada que se refugian en foros en los que vomitan todo su odio hacia las mujeres, haciéndolas culpables de su aislamiento y retroalimentando entre ellos mismos su malestar y su ira con el mundo.

Durante su discurso, sin embargo, la tecnología le dio a Gala Hernández cariño: «He recibido como doscientos mensajes de amigos. Me siento muy privilegiada de tener esta red de personas increíbles que me apoyan y que me siguen y que me dan ánimos para seguir». Pero el móvil lo cogió, antes de nada, para llamar a sus padres, que seguían la retransmisión de la gala en una suerte de fiesta improvisada: «Sé que están contentísimos y orgullosísimos y ahora mismo les llamo, porque es lo que más me importa».

Y seguro que sus padres, Patricio Hernández (coordinador de Cultura en el Ayuntamiento de Cartagena) y Lola López Mondéjar (psicoanalista y escritora), también se sintieron orgullosos al escuchar el discurso claro y valiente con el que recibió el César sobre las tablas del mítico Teatro Olympia. Además de agradecer a sus amigos y familiares, a su equipo y Francia (país en el que ha desarrollado su carrera profesional desde que decidió estudiar Cine en la Universidad de París 8, en Saint-Denis), Gala Hernández afirmó que no estaría ahí sin sus «camaradas feministas».

Ya desde la alfombra roja mostró su solidaridad con el pueblo palestino a través del pin de la media sandía que lució en la solapa, símbolo que muchos artistas han adoptado para posicionarse y visibilizar el conflicto; pero aprovechó el altavoz que le daba el atril para pedir a Francia que no quede indiferente ante la situación de Palestina, advirtiendo de la amenaza que sufren valores como «la igualdad de oportunidades, el universalismo, la acogida, el apoyo al arte y la cultura y la defensa de los servicios públicos» si se reducen a una «retórica vacía» y un país no se compromete realmente con una situación de crisis como esa.

El discurso lo cerró con un «muchas gracias» que resonó en castellano en la noche grande del cine francés. 

Incómoda prueba de empatía

Este premio reafirma doblemente a Gala Hernández: como creadora y como investigadora. Lo que nació como una tesis se encumbra ahora como una nueva propuesta audiovisual que desafía los límites tanto de la categoría documental como de las herramientas narrativas del cine. 

'La mecánica de los fluidos' se encuadra en un lugar extraño en el que convergen el documental al uso, el videoensayo y la instalación de videoarte. A través de una sucesión de grabaciones de pantalla hiladas por una narración (en voz de la propia Gala Hernández), transmite en primera persona cómo es caer en la espiral cibernética. 

Todo comienza cuando la realizadora encuentra en Reddit la carta de suicido del creador, de sobrenombre AnarquistaAnatemático, de un foro de contenido ‘incel’. Publicada en 2018, con este mensaje de hastío con el mundo y el sistema termina el rastro de este joven y comienza la obsesión de Gala Hernández. 

La murciana propone un ejercicio de empatía que puede ser, a la vez, tan imposible e incómodo como valioso y refrescante. ¿De dónde nace el dolor de esta comunidad de hombres? ¿Qué lleva a que su descontento resulte en demonizar a las mujeres? ¿Se puede empatizar con ellos, aunque no se comparta? ¿Cómo influye internet, con los foros en los que se retroalimentan las mismas ideas y las aplicaciones que fomentan la cultura de los encuentros sexuales breves, en la soledad? 

Si bien la respuesta es, cuanto menos, compleja, a su meta llega sin esfuerzos: avivar la conversación. Apenas se suceden los créditos de 'La mecánica de los fluidos' (disponible, desde hace unas semanas, en Filmin), las ideas hierven en la mente del espectador con urgencia: hay que hablar de esto. Y en una época marcada por la «soledad interconectada» y los «espejos cóncavos» de internet, el mejor cine (y más si es documental) es el que despierta las ganas de hablar y la mirada crítica y compasiva.