Grigory Sokolov, el mejor pianista vivo, regresa al Villegas

Grigory Sokolov, para muchos el mejor pianista vivo, regresa este martes al Auditorio Regional Víctor Villegas de Murcia. El maestro ruso, que en 2022 obtuvo la nacionalidad española, interpretará a partir de las 20.00 horas un programa compuesto por obras de Bach (Cuatro duetos, BWV 802-805 y Partita II in do menor, BWV 826), Chopin (4 Mazurcas op. 30 y 3 Mazurcas op. 50) y Schumann (Escenas del bosque, Op. 8), en el que será uno de los más grandes recitales de la temporada en este espacio. Las entradas, en taquilla y en auditoriomurcia.org.

Y es que Sokolov es, por supuesto, una de las figuras más destacas de música clásica actual, un pianista que es un referente mundial y cuyas interpretaciones sobresalen por su belleza expresiva, intensidad y honestidad. Así lo reconoce la crítica y el público, incluido el murciano. Porque será la sexta vez que el ruso actúe en el Auditorio Regional. Su primer concierto se celebró en la sala Miguel Ángel Clares, en 1997, y tras este primer recital, que todavía hoy es recordado por los melómanos que pudieron disfrutarlo, el reputado músico volvió a la capital del Segura en 2004, 2018, 2020 y 2022.

Una figura única

Grigory Sokolov nació en Leningrado (actual San Petersburgo) en 1950. Comenzó a tocar el piano con cinco años, y dos años después inicia sus estudios con Liya Zelikhman en la Escuela Especial Central del Conservatorio de su ciudad, donde recibió lecciones de Moisey Khalfin y dio su recital de debut en 1962. Su talento no tardó en ser reconocido y, cuatro años después, se convirtió en el músico más joven en recibir la Medalla de Oro en el International Tchaikovsky Concurso de Piano en Moscú. 

Durante la década de los setenta, Grigory Sokolov realizó grandes giras de conciertos por Estados Unidos y Japón. Sus grabaciones en vivo de la época soviética adquirieron un estatus casi mítico en occidente, evidencia de un artista único, nutrido por el rico suelo de la tradición rusa de piano, y, tras el colapso de la Unión Soviética, Sokolov comenzó a aparecer en las principales salas de conciertos y festivales de Europa.

Actuó extensamente como concertista solista con orquestas del más alto nivel, trabajando, entre otras formaciones, con la Filarmónica de Nueva York, la Royal Concertgebouw Orchestra de Ámsterdam, la Philharmonia de Londres, la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks y la Filarmónica de Munich, antes de decidirse a focalizarse exclusivamente en dar solo recitales.

Los críticos llaman la atención regularmente sobre su extraña habilidad para articular voces individuales dentro de una compleja textura polifónica y proyectar líneas melódicas sin interrupciones. El arte carismático de Grigory Sokolov tiene el poder de cultivar la concentración necesaria para que el público contemple incluso las composiciones más familiares desde nuevas perspectivas.