Entre Letras

De plagios y frustraciones

Francisco Javier Díez de Revenga

Es interesante penetrar en el mundo editorial desde la perspectiva crítica de una novelista consagrada que se ha atrevido, como hace Clara Sánchez en su última novela, a ajustar algunas cuentas en este ámbito sin duda alguna complejo y envuelto en toda clase de intrigas, envidias y engaños. La novela de Clara Sánchez, recién publicada por Planeta, se titula Los pecados de Marisa Salas, que es la protagonista sin duda del relato, aunque un antagonista, Luis Isla, se reparte los espacios del texto con ella, ya que la autora se ha decidido por compartir y trasmitir la omnisciencia narrativa siempre a través de las voces de estos dos personajes, a los que ha cedido, capítulo a capítulo, con irregular alternativa, la voz, para dar al lector buena cuenta de lo que está ocurriendo.

Incluso, desde el punto de vista estructural, además de este válido y solvente recurso, ha distribuido la novela en cuatro partes, que no hacen sino marcar el paso del tiempo y los avances que van sucediéndose en la vida de los personajes a lo largo de los años, que transcurren desde el momento en que se está produciendo el éxito editorial del joven Luis Isla hasta un final, inesperado, años después, cuando las aguas han vuelto a su cauce más o menos.

Las diversas aventuras argumentales de las dos principales criaturas literarias de esta novela, junto a otros muchos sucesos acaecidos a otros personajes circundantes, no hacen sino mostrar al lector la complejidad de un mundo de intrigas editoriales, de engaños y de frustraciones, que la novelista, muy avezada y de raza, sabe muy bien situar en un decurso narrativo que avanza sobre el tiempo.

Quien, como Clara Sánchez, sabe muy bien manejar los materiales narrativos, estructurar las vicisitudes argumentales, y enfrentar las intrigas requeridas por un mundo evidentemente corrupto, como lo es el mundo de las grandes editoriales, las de los libros más vendidos, las de los éxitos de escaparate y firma promocional, no le cuesta mucho elaborar una gran novela, que consigue mantener el interés desde la primera hasta la última página, porque sospechas, amenazas veladas, emboscadas, y, sobre todo los imprescindibles procesos analépticos, con regresos al pasado tan fructíferos, convierten el relato en un amenísimo retablo de las maravillas, muy poblado y más que nutrido de interesantes criaturas literarias surgidas de un mundo justamente literario. Se trata del ya citado mundo editorial de los éxitos y de los caudalosos beneficios económicos, hiperbolizados por Clara Sánchez con la nítida intención de mostrar en desmesura lo que sin duda debe ser, y ella lo conoce muy bien, ese mundo financiero de las empresas editoras millonarias.

Por eso se ha hablado antes de ajuste de cuentas. No es el momento de recordar la falsa frase del gran Flaubert, «Mme. Bovary c’est moi». Pero toda la novela viva, todo poemario actual, cualquier drama contemporáneo, están, no hay que dudarlo, prendidos a un autobiografismo que los estudiosos se han empeñado, en los últimos años, en mostrar y demostrar. Sería muy fácil descifrarlo en esta novela de Clara Sánchez. Ella lo sabrá bien. Pero lo cierto es que su relato atrapa al lector, porque hipérboles y exageraciones aparte, atrapa sin duda por su evidente realismo. Y su buen estilo, su magnífico idioma, su lenguaje claro y preciso, su capacidad, ya demostrada en sus anteriores novelas, por decir las cosas muy bien y con una espléndida naturalidad, hacen todo lo demás para que podamos apreciar su novela en el nutrido ámbito de su obra anterior, que ya mostraba el listón muy alto.

Los pecados de Marisa Salas no empañan en absoluto esa brillante trayectoria, sino que la confirman, aunque sean pecados y gordos, que en definitiva, si confesamos a la protagonista, tampoco son tan grandes, aunque, como advertirá el lector, de víctima comprendida y compartida, pronto veremos a Marisa convertirse en una pirata más en un mundo de implacables corsarios como parece ser que es el mundo editorial. Y es de suponer que de todo eso, de las intrigas, las frustraciones, las envidias y los plagios, mucho más nos podrá contar Clara Sánchez más adelante.

Bienvenida sea por tanto esta nueva novela de la reciente académica y disfrute el lector de los manejos y misterios de un mundo que no es tan ajeno y que tantos lectores desconocen lógicamente. Clara Sánchez además se ha convertido así en una buena guía en este proceloso universo y a partir de ahora, cada vez que leamos una novela de gran éxito, siempre acabaremos preguntándonos: ¿pero realmente quién ha escrito esta novela? Si así lo hacemos, es porque su novela es buena y está bien escrita.

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