De ecoturismo por el Mar Menor

Arbustos floridos para refrescar y adornar las calles del Mar Menor

Plantas aromáticas y arbustos autóctonos deberían embellecer las aceras de nuestras poblaciones y ciudades costeras.

Plantas aromáticas y arbustos autóctonos deberían embellecer las aceras de nuestras poblaciones y ciudades costeras. / FRANCISCO RUIZ SALMERÓN

Francisco Ruiz Salmerón

Propuesta 45:

La Costa Cálida, representada por los pueblos y ciudades en torno a Mar Mediterráneo y Mar Menor, ha de patentar una imagen atractiva alejada de la de grandes urbes. La Manga actualmente proyecta justo lo contrario: una gran vía atestada de tráfico 24 horas al día y 7 días a la semana. Si un turista viene atraído por la campaña con Carlitos y encuentra atascos, medusas, fangos, ovas, fiestas de barcos, carreras de motos … ¡no volverá nunca a venir!

Promover un destino no es sólo tener entornos únicos y bonitos como el Mar Menor, también hay que cuidarlos y rodearlos de belleza. Los valores mediterráneos eternos como el sol y la luz, la gastronomía de tierra y mar, la calidez humana, las tradiciones o la cultura mediterránea, los tenemos. Queda saber potenciarlos y mimarlos día a día.

Francia, el país más turístico del mundo, impulsa desde hace 60 años la iniciativa ‘Pueblos y ciudades floridos’ con 4.700 poblaciones participantes. El máximo galardón, en posesión de 278 villas, de Cuatro Flores representa la sostenibilidad y el compromiso de la ciudad con el medio ambiente. El objetivo es darle protagonismo a árboles, arbustos, plantas herbáceas y flores, acordes al clima y mejorando la calidad urbana.

Nuestras villas ribereñas marmenorenses y mangueñas podrían embellecer sus aceras plantando tomillo, romero, lavanda, eneldo, menta, hierbabuena, albahaca o laurel junto a los bordillos para ser pueblos diferentes; los carriles bicis proteger al ciclista con arbustos y árboles altos, la Gran Vía reverdecer sus laterales, realzar los grises paseos de Los Nietos y Los Urrutias con plantas autóctonas y ambientar las primeras líneas de costa de Los Alcázares, San Javier y San Pedro del Pinatar con parterres llenos de vida.

Pueblos ribereños del Mar Menor con todo el sabor del Mediterráneo.