Concierto

Fito Páez: exotismo argentino en La Mar de Músicas

Fito Páez protagonizó el domingo uno de los conciertos más esperados del festival

El rosarino subió al escenario del Auditorio Paco Martín a Andrés Calamaro, quien fue a su vez el protagonista del concierto de anoche en el Parque Torres

Fito Páez, al piano durante el concierto en Cartagena.

Fito Páez, al piano durante el concierto en Cartagena. / Ricardo Rubio / Europa Press

Jutxa Ródenas

Jutxa Ródenas

Intento encontrar la palabra precisa para describir lo que mis ojos están a punto de ver para así poder contarlo al respetable. Ardua tarea esta de criticar al que se atreve a mostrarse a pecho descubierto ante un auditorio que se cae por la emoción, vaya desde aquí mi inestimable respeto a los compañeros que me han abierto el camino. Veo ocho músicos en el escenario, esto promete. Si algo tengo claro en más de media vida trabajando junto a los grandes del rock, es que si la banda tiene metales, la cosa funciona. De pronto una voz en off intenta despistar a un público que ya venía entregado de casa, nada extraño si te adelantan los riff que empieza a sonar El amor tres años después, y, sin pensarlo, el trovador del rock argentino nos augura una noche mágica, por muchas cosas que van a pasar. 

Contemplo casi asustada que las dos filas de atrás no alcanzan a tener más de veinte años y no dejan de tararear, son chilenos a los que no les importa que Páez distorsione un pelín mientras interpreta La Verónica, hemos venido a jugar. El as escondido que apaga ese comienzo no es otro que la preciosa voz de Marina Vitale, más conocida como Emme, el lujo está servido esta noche. «No entiendo por qué jamás los volví a ver» , tararea el rosarino, así como yo tampoco entiendo que durante todo el concierto el público se haya de tragar una cámara móvil que parece formar parte del espectáculo, luego nos explicarían que se trata de un documental aún por filmar. Acontece 11 y 6, Tráfico por Katmandú y cuando llega Pétalo de sal ya todo es hermoso, el exotismo argentino sabe que se exhibe en plaza amiga, no hay rival. 

Por eso todos queremos pensar que para los que creemos en Páez el mundo es menos porquería. ¡Y cómo va a serlo si acaba de nombrar a Espineta! Sepan ustedes que se estableció el Día Mundial del Músico un 23 de enero, el día en que este respetado poeta nació. Y así es como se salva un país, amándose a través de las canciones. Los argentinos no están hechos para sufrir, saben que un hombre resurge y se hace más fuerte tras la decepción y Fito está más fuerte que nunca, fue salvado por el amor y lo transmite cada vez que se levanta de su Roland Rhodes MK 80, una es humilde pero sabe apreciar un buen piano de cola.

Comienzan los himnos, pocos son los que recordarán aquel mítico concierto en el Teatro Moderno de San Pedro del Pinatar dónde presentó su primer disco independiente con el sello Circo Beat, pero todos, absolutamente todos los asistentes a aquel concierto otoñal de 2003 jamás podrán olvidar la presentación que dedicó al excesivo y descomunal Charly García que, sin estar, estaba. Si no escuchaste a ese par interpretando juntos Naturaleza sangre no sabes lo que es saborear el locro, el dulce de leche, el matambre en un asado mientras se comparte un mate. 

Un vestido y un amor, que tampoco es baladí, comienza a sonar, el escenario del Auditorio Paco Martín todos sabemos que dispara magia, y cuando las luces tornan a parpadear más rápido de lo normal es capaz de transformarse en el mundo muggle, el underground de los ochenta acaba de estallar a ritmo de Medley, Fito es el maestro de ceremonias de una orquesta que obedece, se deja seducir y cautiva... Sigo convencida de que conozco a más de dos de esa banda, otro día contaré de qué. Es complicado bailar ese groove si en la letra se nombra al dictador, me vienen flashes a modo de fotogramas de la ópera prima dirigida por Juan Ignacio Sabatini, Matar a Pinochet, es complicado pensar en ello bajo una bola de espejos, pero estos argentinos son así y por eso los queremos: Cerati, Maradona y de nuevo Charly, ¡qué quilombo! Son patria y saben hacer funk (amor eterno al bajista). 

En el primer acorde de La rueda mágica sigo rezando mi oración particular a Charly por hacerlo todo a la tremenda y ser el encargado de ordenar a este músico que nos bendice con sus letras, la predicación mundial dónde deja claro que la música elaborada en la Plata es el ADN. De repente, sin anestesia y con solo una frase, se obra el milagro: suena La rueda mágica y es él, hace tres segundos que Páez nos contaba que sin su presencia nadie podía entender la música argentina, pero ni en el mejor de nuestros sueños podríamos ver en ese escenario al incombustible... ¡Andrés Calamaro! Dos cracks de más de sesenta acaban de parar las rotativas, los mujidos sordos de las gaviotas que revolotean el puerto de Cartagena acaban de desaparecer, la contención de respiración es indescriptible y yo soy feliz porque esta sea mi primera crónica. 

Me lo han puesto demasiado fácil: repertorio sobradamente preparado para triunfar en un festival como es La Mar de Musicas; que aunque parezca imposible, cada año se supera, caché absolutamente merecido para todo lo que nos están dando, en esa banda no tiene cabida ningún mediocre. Dar es dar, esta vez ni la humedad impide que la mitad del público levite, otros bailan, y los menos quedan impasibles, saben que la palabra ‘sublime’ saldrá en las crónicas. 

Desde La Chequerita a Rosario todo gira, el final está cerca y casi toca que suene Mariposa technicolor. Ha sido realmente emocionante y pienso que he de ser benévola en mi crítica. Mis amigos Nacho, Carolina, Sonia y Fod me han apoyado desde el primer segundo para continuar, esto va por ellos y por todos los que me dais la oportunidad al escribir de mi pasión que es la música, pero aquí no acaba el cuento. Cuando me disponía a recoger mi bloc dispuesta a marchar, he sentido el aliento de la pureza. Era la mismísima Susana Baca alentándome a seguir. Señoras, la exministra de Cultura de Perú, ganadora de tres Grammy Latinos y figura clave en el folclore latinoamericano por revivir la música afroperuana me ha abrazado y me ha dicho que ha sido un placer contemplar el concierto de hoy a mi lado, yo no puedo pedir más. Deseo que os guste. 

P. D.: Como buena groupie que fui, he asomado la patita por camerinos para dejar claro que a los músicos de hoy, en Cartagena se les quiere.