Conciertos

Máscaras y maquillaje en la última jornada del Rock Imperium Festival

El esperado concierto de Kiss sirvió de colofón a un último día en el que también se pudo ver a los finlandeses Lordi y a The Winery Dogs, la que quizá sea la formación más técnica del hard rock actual

Rafa Llorente

Ya es domingo. El Rock Imperium toca a su fin. Es el día del maquillaje y de las máscaras, pero antes de llegar a eso por los escenarios principales vimos a los italianos mitad hard, mitad alternativos Siska, algo intrascendentes, como los power metaleros Frozen Crown. En el escenario de las felices minorías amanecimos con la sinceridad rockera de los cartageneros Elure y recibimos la agradable sorpresa de los góticos murcianos Rainover que junto con los aguerridos vascos Rise To Fall fueron de lo mejor del día en el escenario Festivales Región de Murcia.

Los rumores que se oían desde el pasado viernes se cumplieron. Finalmente Nestor no actuaron en el Imperium. 91 Suite tuvieron la difícil tarea de sustituirlos. La audiencia andaba buscando sombra desesperadamente cuando Elegant Weapons salieron al sol del Cartagena Stage, rápidamente al frente del escenario se agolparon no pocos curiosos con ganas de ver de cerca a la banda del Judas, Richie Faulkner y el prestigioso cantante Ronnie Romero, y no defraudaron. 

El recinto del festival estaba repleto de fans de Kiss, el primero de ellos era Lordi y actuaba a media tarde con su grupo. El disfraz elevado a categoría superlativa tomó el escenario Estrella de Levante. Los ganadores de Eurovisión dieron el espectáculo y, por su puesto, interpretaron la canción con la que ganaron el certamen televisivo, Hard Rock Hallelujah.

En el escenario contiguo la oferta era muy diferente: The Winery Dogs puede que sean la formación de hard rock actual más técnica, algo inevitable considerando el pedigrí de dus componentes. Son solo tres, pero hacen mucho ruido, y lo hacen con mucha clase. Los nervios a flor de piel. Llegaba el momento. Cuatro hinchables de quince metros de alto representando las figuras de los componentes de Kiss flanqueaban el escenario. Se abrió el telón y del techo descendieron subidos en unas plataformas hexagonales. Con los primeros acordes de Detroit Rock City cundió el delirio, y no pararía. Fuegos artificiales, explosiones, sangre y vuelos sin motor de los enmascarados más famosos de la historia del Rock and Roll que habían puesto en marcha su divertidísimo circo.