Entrevista |

Pablo Alborán: "Por lo general soy muy cuadriculado y exigente, y a veces me olvido de disfrutar"

Dice que 'La cuarta hoja', su sexto disco, es el más anárquico, el que ha roto con su tendencia de ser "muy cuadriculado". Y está feliz con el resultado. Lo presenta esta noche en la Plaza de Toros de Murcia

Pablo Alborán.

Pablo Alborán. / EMILIO NARANJO

Cristina Martínez

Pablo Alborán suena feliz. La última vez que hablamos estábamos en plena pandemia y costaba ser positivo, pero ahora, con La cuarta hoja (2022) –disco que presenta esta noche en la Plaza de Toros de Murcia– da rienda suelta al optimismo. Además, dice que es la primera vez que está realmente satisfecho con todo.

Se le nota feliz.

Sí, la verdad es que estoy disfrutón. Estoy valorando todas las cosas buenas que me pasan sin excusa y sin perder el tiempo. Y eso que, curiosamente, este es un disco muy anárquico; sobre todo por la forma de hacerlo y en comparación con mi naturaleza. En trabajos anteriores fuimos paso a paso, pero de este saqué canciones hace un año, luego esperamos, después incluimos otros... Fue todo un proceso sin prejuicios y en el que me dejé llevar bastante. Volver a la vida. Tal cual.

¿Qué es lo que tiene este disco de diferente para que se sienta tan convencido?

Pues quizá es precisamente eso, que no he pensado demasiado ni he estigmatizado todo lo que hacía, ni por género musical, ni por la letra, ni por la temática ni por la forma en que lo estaba haciendo. Eso me ha relajado. Es verdad que hay mucho trabajo detrás del disco, muchas horas de estudio, pero he vuelto a hacer música por necesidad, con ganas de contar cosas y de celebrar que estamos vivos. También habla de amor en muchas canciones, pero de un amor un poco más adulto.

En él ha contado con las colaboraciones de María Becerra en Amigos, de Carín León en Viaje a ningún lado, de Ana Mena en Ave de paso, Leo Rizzi en 4U y de Aitana y Álvaro de Luna en Llueve sobre mojado. ¿Por qué esta necesidad de grabar discos con colaboraciones?

Se hace mucho, es verdad. Yo es la primera vez que tengo un disco con tantas colaboraciones, pero fueron surgiendo todas de manera muy natural; no había premeditación. Con Leo Rizzi escribimos juntos la canción. Con Carín León llevaba un año intentando contactar y no había manera. De repente, doy un concierto en Barcelona y sube una story a Instagram. La vi, le escribí y me contestó. Volvió al concierto del día siguiente y le dije que tenía un tema que quería que hiciera conmigo. Todo ha ido surgiendo un poco así. Vivimos un momento también en el que estamos todo el día poniendo etiquetas, juzgando, pero sí que es un disco donde colaboro con gente que no tiene nada que ver con lo que yo hago y sin embargo las canciones tienen un sello muy mío con ellos y ellos tienen un sello muy suyo conmigo. Me demuestra que hay que seguir probando y experimentando, y no voy a dejar de disfrutar de hacer estas cosas. Una semana antes de entregar el disco estaba terminando la producción, porque la he hecho yo, compartido con tres productores, y además desde casa.

Parece que ha sido como un salto al vacío...

Sí, pero si uno se divierte con lo que está haciendo no tiene que pensar en por qué lo está haciendo. Esa es un poco la filosofía de todo esto. Como soy muy cuadriculado y muy exigente, a veces me olvido de disfrutar. Por suerte, creo que con los años voy hacia todo lo contrario.

Sus canciones siempre son fruto de la emoción, de su momento. ¿Este disco es optimista porque atraviesa un momento dulce?

Sí, creo que es de los mejores momentos que he tenido. Y voy a intentar alargarlo todo lo que pueda. No quiere decir que otros discos no tuvieran alegría, pero sí que es verdad que este disco es profundo, pero no es intenso, pesado. Cuando hablo de amor es de otra manera y desde otros lugares.

¿Grabar un disco hoy sigue siendo un milagro? O, mejor dicho: vender música. ¿Por eso hay varios formatos en este CD, con QR, audio directo, tarjetas, vinilo, posavasos, temas extras…?

Bueno, yo desde que empecé a los 21 ya entré en esa era de que los discos tenían sus formatos y su venta en Navidad con distintos regalos. Siempre he luchado con la discográfica para que los discos tuvieran buenos contenidos. Entiendo que es parte de esto. Vender un disco en formato físico está siendo muy difícil. Cada año baja la venta, pero no quiero dejar de intentarlo. Lo importante es estar en todos los formatos. Vivimos un momento en que todo va muy rápido, que se refleja en la rapidez con que se consume la música y el arte, y lo difícil es seguir inspirándose en este momento.

El disco salió, efectivamente, en diciembre, y en la actualidad se encuentra de gira, presentándolo en directo. ¿El contacto con el público es su gasolina?

Total. Siempre ha sido la vitamina. Pero también el poder hacer las maquetas con mis músicos o ir probando mezclas para rectificar y poder equivocarte. Ese tiempo es algo que no había tenido jamás. También tuve la oportunidad de presentar algunas canciones en mis conciertos. El traje, que es como una rumba, la canté antes de estar siquiera registrada [Risas].

Por cierto, veinte nominaciones ya a los Grammy Latinos, pero... no hay manera.

Sí..., se está enquistando. No sé, va a sonar como de ‘bienqueda’, pero yo sigo estando agradecido por el hecho de que me nominen. Sí me lo dan, genial, y si no, que me sigan nominando. A ver, a mí me haría mucha ilusión, sobre todo por el equipo que va conmigo, pero ya no sé a qué santos rezar.

Hace un tiempo anunció en El Hormiguero que se está preparando para ser actor. Explíquese.

Estoy estudiando desde hace un año. Es muy fácil decir que quiero ser actor, pero no es tan automático. Estoy formándome. En el cine hay mucha música y en la música hay mucho cine. Me ayuda también a inspirarme. Pero respeto mucho la profesión. Tengo mucho pudor con respeto al intrusismo. Jamás haré algo sin prepararme de verdad y sin darle la importancia que tienen las cosas. Y rodearme de gente que me ayude de verdad a decirme: «Tronco, no vales».

¿Por qué en este momento?

Mi representante me llama un día y me dice que si nos ponemos a trabajar en este tema. En ese momento yo estaba abierto a estudiar otra vez, dedicando ocho horas al piano, y porque me gusta la marcha. De pronto vi que estudiando volvía a casa con la mente abierta, con ideas y me vi con ganas de seguir aprendiendo. Igual sale algo o no.

¿Y qué elegiría, teatro, cine o series?

Pues no lo sé. Espero que el día que haga algo me ayude a salir de la imagen que la gente tiene de mí, de esa imagen que nos ponemos de todos los artistas. Me gustaría hacer algo muy diferente de lo que la gente espera.

Tendrá que hacer de malo...

Sí, de psicópata.

Al final a ver si va a ser como Amenábar, que va a hacer cine y también ponerle música.

Pues mira, ojalá. Una peli sin música cambia mucho y en la música al final te montas una peli en la cabeza. Hacer bandas sonoras para cine también es uno de mis sueños. Lo hice con el tema de Palmeras en la nieve y le dieron un Goya. Me gustaría seguir haciéndolo.

FICHA

Fecha: Hoy, 21.30 horas.

Lugar: Plaza de Toros, Murcia.

Precio: 33/37 euros.

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