Crónica

Warm Up (segunda jornada): nunca llueve a gusto de todos

La fuerte tromba de agua amarga la fiesta a los festivaleros, quienes no desistieron en sus ganas de fiesta y música

Temples apenas pudo tocar diez minutos tras la lluvia de este sábado en el Warm Up Festival

Temples apenas pudo tocar diez minutos tras la lluvia de este sábado en el Warm Up Festival / Warm Up Festival

J. Antonio Muñoz Devesa

Los abonos comprados desde el mes de septiembre. Se acerca por fin la fecha. Estás nervioso y se te ocurre la fatídica idea de consultar el tiempo que hará en el festival. Escribe en el buscador la localización, esperando que el refrán “en abril, aguas mil” sea un cuento de viejas. Y de repente… lluvia. Y es que el Warm Up no tiene suerte con la lluvia. Los asiduos al festival murciano recordarán la edición del 2019 en la que las inclemencias del tiempo amagaron con modificar el transcurso de la velada musical. 

A las seis de la tarde, cuando ni los más pesimistas esperaban la llegada de la lluvia, comenzaba uno de los pocos conciertos que tendrían lugar en la primera jornada del Warm Up. Miles de personas se agolpaban delante del escenario esperando la salida del grupo, Maestro Espada. El dúo formado por los hermanos Álex Juárez y Víctor Hernández acercaba a los asistentes su reinterpretación del folclore murciano con toques del folk anglosajón o electrónica

Algunos de los temas más coreados serían los titulados como Murciana, una canción tradicional instrumentada con sintetizadores o simples de percusión, o Estrellica, una composición que recoge la expresión sencilla de la huerta que tan bien recogió Díaz Cassou en su cancionero. La impresión es que el folclore murciano esta más vivo que nunca. Por tanto, estaremos atentos a estos chicos. Porque nos han ganado para la causa, si es que no lo habían hecho con anterioridad. Con este nuevo proyecto lo han radicalizada, pero manteniendo el equilibrio entre tradición y vanguardia.

Maestro Espada, durante su actuación.

Maestro Espada, durante su actuación. / Warm Up Festival

Una energía distinta y refrescante que también se pudo sentir en el concierto de Natalia Lacunza, artista que presentaba su notabilísimo debut, Tiene que ser para mí, y que convenció desde una sinceridad que llega a todo el público. Lacunza viene de Operación Triunfo, pero parece ser que siempre ha sido un verso suelto con más afinidad por el indie pop que por Chenoa. 

Si algo queda claro de poder asistir a la música en directo de Natalia Lacunza es que sabe cómo abrir un show para conquistar a los fans: la navarra entregaba desde el principio uno de sus grandes éxitos, Nuestro nombre, despertando los gritos de un público que coreó con ella cada una estrofa y estribillo de la canción.

Olivia y Gata negra fueron algunos de los temas elegidos por la artista para continuar con su repertorio. Estas dos canciones pertenecientes a sus inicios como cantante volvieron a entusiasmar a sus fans. Sin embargo, la pamplonica se había dejado lo mejor para el final y es que Lacunza cerró con los tres primeros singles del nuevo disco (Todo lamento, Muchas cosas y Cuestión de suerte). Los sonidos ochenteros se hicieron de rogar para terminar el concierto por todo lo alto, con una Natalia Lacunza que nos hizo recordar las mariposas del primer amor, el sentimiento de fortuna y las decepciones de la ruptura o el sentimiento de vacío que ha dejado en tu vida la otra persona.

Natalia Lacunza, durante su actuación.

Natalia Lacunza, durante su actuación. / Warm Up Festival

Toda una montaña rusa de emociones que, sin ninguna duda, ha terminado por conquistar a unos fans más que entregados y que desean un más que merecido éxito para una artista que, pese a llevar unos años en la industria musical, esta a punto de florecer por todo lo alto. 

Hasta ese momento, la jornada se estaba desarrollando sin grandes sobresaltos ni aglomeraciones, porque el público se estaba tomando con mucha calma la entrada al recinto de la Fica. Sin embargo, el cielo se fue ennegreciendo y el nerviosismo se fue apoderando del público allí presente. Toda la normalidad que había imperado hasta ese momento se truncó cuando la lluvia obligó a suspender el concierto de la banda británica Temples cuando apenas llevaban 10 minutos sobre el escenario patrocinado por Estrella de Levante. 

La actuación de Temples apenas duró unos diez minutos.

La actuación de Temples apenas duró unos diez minutos. / Warm Up Festival

Por tanto, nos quedamos sin los conciertos de Viva Suecia, Franz Ferdinand, Moderat y la despedida de Second de los escenarios, pero el suelo comenzaba a estar ya impracticable, la lluvia tenía momentos de bastante fuerza, las zonas cubiertas de carpa y barras eran demasiado pequeñas para proteger a la gente, que las saturaban y amenazaba con colapsarlas, y aunque muchos de los asistentes confiaban en la reanudación del festival. Finalmente, tras tres horas de deliberación, la organización del Warm Up decidió suspender la jornada. 

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La lluvia no consiguió acabar con las esperanzas de los desplazados hasta el recinto de la Fica, siendo muchos los que se resguardaron en sus aledaños. Una vez amaino el temporal, la música y las ganas de fiesta volvieron a resurgir, si cabe aún más, cuando apareció entre la multitud la banda madrileña-alicantina, Niña Polaca.

En absoluto acústico, la banda compuesta por Surma, Berto, Ana y Luis Kobe deleitó a los congregados con algunos de los temas de su último disco “Asumiré la muerte de Mufasa". 

Aperitivo, cerveza y buen rollo

Sin embargo, la agenda festivalera había arrancado con gran anterioridad pues por todos es conocida la apuesta del Warm Up por acercar el indie, el pop, el rock y la electrónica al centro de la ciudad de la Murcia como antaño haría el antiguo SOS 4.8. De este modo, la ciudad volvió a despertar ayer con un variado programa de actuaciones que tendría como escenarios la plaza de los Apóstoles, la avenida Libertad y la plaza Julián Romea, lugares donde los acordes no dejaron de sonar hasta la hora de la comida.  

En esta ocasión, las bandas invitadas fueron Lima Limón, Tigre y Diamante y Camellos en la plaza de los Apóstoles, Dani, Pipiolas y The Yellow Melodies en la plataforma instalada frente al Romea y Malvariche en la avenida murciana. Precisamente, la intención de este último escenario ha sido ofrecer propuestas a un público más infantil. Este fue, sin ninguna duda, también el más original y, por supuesto, el que acogió a los festivaleros más jóvenes. 

Arrancó la mañana el grupo murciano Lima Limón. Pop-Rock urbano para un público que iría aumentando a medida que avanzaba la jornada. Eso sí, siempre buscando la sombra. Tanto el escenario de la plaza de los Apóstoles como los dos restantes gozaban de una gran exposición al sol. La ronda de conciertos en el Romea daría comienzo con The Yellow Melodies, quienes mostraron a los asistentes su pop de inspiración británica. 

Desde Gijón vendría el cuarteto de punk, garage e indie rock conocidos como Tigre y Diamante, un grupo que no ha dejado de crecer sin dejar ser ni sonar a ellos mismos. Por último, sería la banda madrileña Camellos, la que pondría fin a las actuaciones en el entorno de la Catedral. En la plaza del Romea, haría lo propio la propuesta musical de Dani.  

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