Tras anunciar durante su primera edición a un cabeza de cartel de la talla de Deep Purple y tentar a la comunidad metalera con un suculento adelanto en el aparecían como grandes destacados los alemanes Helloween, el Rock Imperium Festival se presentó oficialmente esta mañana en Cartagena con un bombazo de dimensiones épicas. Porque si una banda legendaria como Scorpions lideraron la convocatoria con la que el festival debutó el pasado verano, en esta ocasión hablamos de «una de las bandas de rock más grandes de todos los tiempos»; quizá, también, de una de las formaciones más icónicas de las últimas décadas (lo cual es mucho decir). Nos referimos, por supuesto, a Kiss, el cuarteto neoyorquino capitaneado por el cantante y guitarrista Paul Stanley y el carismático bajista Genne Simmons, responsable de himnos como I was made for lovin’ you, Rock and roll all nite, Lick it up, Strutter..., y de una estética superreconocible que ha trascendido las barreras del rock y de la música en general.

Ver el logo de Kiss en lo más alto del cartel es aliciente más que suficiente para tentar (y casi convencer) a gran parte de los aficionados al rock y al metal de la Región y alrededores, pero es que, además, el que acogerá el Parque de El Batel entre el 23 y el 25 de junio del próximo año no solo será el único concierto que la banda ofrezca en nuestro país en 2023, sino que será el último que la formación protagonice en España después de cincuenta años de trayectoria. Porque los norteamericano se encuentran inmersos actualmente en el One Last Kiss: End Of The Road World Tour, la gira con la que dirán adiós definitivamente a la legión de fans que mantienen a lo largo y ancho del globo (conocida como la ‘Kiss Army’).

Y es que en 2018, el cuarteto estadounidense -que completan el guitarrista Tommy Thayer y el baterista Eric Singer- anunció su disolución tras una actuación en el programa America’s Got Talent; una despedida pospuesta inicialmente hasta el verano de 2021, cuando tenían previsto poner en casa, en Nueva York, el punto final a un mastodóntico tour de año y medio en reconocimiento a sus seguidores. Pero llegó la pandemia, la genda de la banda se vio interrumpida y, una vez se ha recuperado la normalidad, estos viejos rockeros han encontrado en este parón una buena excusa para estirar su dilatada trayectoria y añadir un buen puñado de bolos adicionales a la gira, alguno de ellos en Europa.

De hecho, fue hace apenas un par de semanas cuando confirmaron su regreso al viejo continente con el anuncio de cinco recitales en Alemania para el próximo mes de junio, lo que dio esperanzas a la Kiss Army española de que sus ídolos pisaran por última vez territorio peninsular antes de colgar las guitarras. Pues bien, Madness Live! ha conseguido traerles de nuevo, no solo a España, sino a Cartagena, al Rock Imperium, donde, como es obvio, repasarán lo mejor de su imponente trayectoria, con más de cien millones de discos vendidos en todo el mundo. «Con Kiss damos un salto exponencial -señaló la alcaldesa Noelia Arroyo, cuyo Ayuntamiento es coorganizador del festival-. Este concierto va a ser un hito en la historia de la música de nuestra ciudad», añadió la primera edil, que definió a esta como «una banda que es fantasía, colorido, pirotecnia, éxito, triunfo. En sus conciertos destaca la espectacularidad de sus montajes, y nosotros -continuó- vamos a trabajar duro junto a la producción del Rock Imperium para que el último concierto de Kiss sea inolvidable».

Más (power) metal

Pero Kiss no estarán solos en Cartagena. Además de Deep Purple y Heellowen, el cartel de esta segunda edición reunirá a cerca de medio de centenar de bandas más. Una docena de ellas ya habían sido anunciadas en aquel primer gran adelanto liderado por ‘la calabaza’, secundada por algunos grupos a tener muy en cuenta como los suecos H.E.A.T. y Soen, los británicos Angel Witch y Tygers of Pan Tang y los fineses Steve ‘n’ Seagulls, un popular grupo de versiones bluegrass de canciones de rock y metal. En aquella ronda también se confirmó la presencia de Leo Jiménez -el que fuera vocalista de Saratoga y Stravaganzza- y de otras bandas españolas como Ciclón, Jolly Joker y Rise to Fall, además de los regionales The Black Tree, Elure y Skull Mania. A ellas hay que sumar ahora a otras cinco bandas murcianas (Rainover, Iron Curtain, Headon, Angel Negro y Alae Noctis) y siete más del resto del territorio nacional, a saber los propios Saratoga, Crisix, Lepoka, Death & Legacy, Bloodhunter, Redshark y Salduie.

Aunque sobre todo -y al margen de Kiss-, en este último adelanto destaca especialmente el regreso de Europe, una de las bandas más destacadas de la pasada edición, que hicieron vibrar al público del parque de El Batel con un sólido repertorio de hard rock coronado por su gran hit, The final countdown. Y también dos bandas que son referencia absoluta del power metal europeo: los alemanes Blind Guardian y los fineses Stratovarius. Ambas formaciones se suman a Helloween y a otras bandas del género -con gran presencia en el cartel- como los italianos Secret Sphere y los suecos Metalite y Evergrey.

También de Suecia llegan dos grandes bandas de hard rock como The Night Flight Orchestra y Nestor, género en el se podría incluir a la británica Chez Kane, a los serbios The Big Deal e, incluso, a Venus 5, un proyecto apodado por algunos críticos como ‘las Spice Girl del heavy metal’ formado por una italiana, una eslovena, una serbia, una sueca y una albanesa. Pero, muy especialmente, a otros tres de los grandes nombres de este nuevo rock imperium: los finlandeses Lordi, ganadores del Festival de Eurovisión en 2006, y los norteamericano Skid Row y The Winery Dogs, supergrupo formado por Mike Portnoy, Billy Sheehan y Richie Kotzen.

Completan el cartel bandas como los norteamericanos Spirit Adrift, Suffocation y Misery Index; los italianos Siska (banda de Mattia Sisca, guitarrista de Blaze Bayley); los noruegos Fixation y Nordjevel; los holandeses Cryptosis; los belgas Aborted, los griegos Rotting Christ, y los alemanes Der Weg Einer Freiheit, para un total de cincuenta y una bandas a repartir entre los tres días reservados para la celebración del Rock Imperium. El Ayuntamiento de Cartagena ya ha anunciado que el recinto «gozará de una sustancial ampliación» de cara a esta nueva edición, cuyos abonos están ya a la venta por 180 euros más gastos.