Carmen Mola regresa mañana a las librerías españolas con Las madres (Alfaguara, 2022), una nueva entrega –la cuarta– de la saga protagonizada por la inspectora Elena Blanco, a la que conocimos en La novia gitana (2018) y seguimos en La red púrpura (2019) y La nena (2020). En esta ocasión, la responsable de la Brigada de Análisis de Casos –creada para resolver los crímenes más complicados y abyectos que– volverá a llevar la voz cantante en una trama en la que la habitual «exploración del mal» que hacen Antonio Mercero, Jorge Díaz y el lorquino Agustín Martínez se dirige hacia las mafias de los vientres de alquiler y la corrupción policial.

Tras ganar hace un año el Premio Planeta con La bestia (2022), momento en el que todo el mundo descubrió quiénes estaban detrás del nombre de ‘Carmen Mola’, Mercero, Díaz y Martínez vuelven ahora a la editorial Alfaguara –donde «al menos» publicarán otra entrega más de esta saga, aseguran– con este thriller donde el «pudor» brilla por su ausencia, según reconoce este trío de autores durante una entrevista promocional. «Escribimos así porque de lo contrario la historia no sería creíble para la trama, ni para nosotros», explica Mercero acerca del hecho de que sus novelas, como la mayor parte del género noir, estén cargadas de violencia. Aunque, matiza, son conscientes de que hay algunas escenas que tienen que «desechar». No obstante, «todas nuestras novelas –agrega Martínez– tienen una violencia extrema porque no queremos ser mojigatos. Lo contrario sería como si en una novela romántica evitáramos el enamoramiento».

Así, con esta premisa básica del más puro noir, los tres sumergen al lector en una realidad en la que «exploran el mal» que hay detrás de las mafias de los vientres de alquiler, con un arranque tan potente como el de la aparición de un hombre asesinado y con el cadáver de un bebé dentro de su vientre. «El género negro pone el foco en los conflictos de la moral, y lo que hemos hecho nosotros es hacer ese viaje con los personajes. Pero no queríamos hacer una novela que sentara cátedra sobre la maternidad subrrogada; es un tema que quizá no tengamos tan cerca en España... Precisamente por eso, lo que nosotros hacemos con Las madres es acercar esta realidad», afirma el lorquino, también guionista (como sus compañeros). Unas palabras, estas, que su compañero Jorge Díaz suscribe y que refuerzan la intención con la que se ha escrito esta novela: «Para que inicie el debate de los vientres de alquiler».

Así, el lector se sumergirá en caso truculento de la mano de la inspectora Blanco, de su compañero Zárate e incluso de una de las víctimas, Violeta. Pero, también, junto a una policía infiltrada en una de estas mafias, Reyes, un personaje que permite a sus autores tocar otro tema delicado como es la corrupción policial. Se trata, pues, de un ingrediente más para este nuevo ejercicio de buena literatura, de esa que engancha al lector y no le deja ni un momento de descanso; más o menos como le ha sucedido a sus autores desde que ganaran el Planeta y su identidad quedara al descubierto. «Empezamos con Las madres en pleno confinamiento, pero la aparcamos y nos pusimos a escribir La bestia, así que hemos compaginado la escritura de la dos novelas», explica Martínez, al tiempo que Díaz adelanta que la próxima novela que publicarán como ‘Carmen Mola’ con Planeta será un «thriller histórico».

Por cierto, mientras que el murciano y sus secuaces se encuentran en Madrid promocionando el lanzamiento de esta nueva referencia, este domingo se estrenó en Atresplayer la serie basada en la primera entrega de su trama, La novia gitana, dirigida por Paco Cabezas y donde Nerea Barros da vida a Elena Blanco; una adaptación con la que, aseguran, están «satisfechos». En cualquier caso, toda su atención está centrada ahora mismo en Las madres, que, por otro lado, no dudan en que enganchará como lo hicieron los anteriores libros, con los que han vendido más de 600.000 ejemplares. Porque, si algo es esta serie –y las obras de Carmen Mola– es «entretenimiento» a raudales.