Cuando el martes empezaron a intuirse las primeras notas de la noche, la emoción comenzó a palparse en la Catedral del Cante. Era La Saeta de Antonio Machado en una voz inconfundible: la de India Martínez. Cantando al Cristo de los gitanos la artista cordobesa entraba, de negro y con brillo, en un escenario que siempre había querido pisar: comenzaba lo que fue su «noche soñada», un concierto en el que dejó claro por qué su nombre figura actualmente entre los más respetados por el siempre difícil mundo del flamenco. El festival se adentra hoy en el ecuador de sus eliminatorias: a partir de las 22 horas, y, como es habitual, desde el antiguo mercado público de La Unión, tendrá lugar la segunda semifinal de cante, guitarra, baile y instrumentista.