No es un truco. Tampoco es trampa. Es simplemente lo que hay que hacer. Comenzar fuerte, sin mirar atrás y sin miedo a lo que te puedas encontrar más adelante. Todas las fichas sobre el tapete. En la mano un buen puñado de cartas con las que resultaría difícil perder. Rock Imperium nace con actitud ‘alfa’ y vocación de permanencia. Como apuesta, un cartel bien balanceado entre lo local y lo vanguardista, lo clásico y lo extremo y, entre medias, incluso lugar para el culto musical. Cuarenta y una bandas de distinta condición y pelaje componen una oferta heterogénea, una muestra diversa que ejemplifica la variedad de un género que, bien entendido, se extiende a través de difusas fronteras. Tres escenarios para disfrutar. Coge tu protector solar, que nos vamos de festival. Estos serán sus protagonistas:

Los imprescindibles

La asimetría del cartel hace que, a priori, el mayor número de pesos pesados aparezcan el sábado. ¿Por eso estás pensando en perderte la jornada del viernes? No deberías. Si lo hicieras podrías arrepentirte de no haber visto tu pelo alborotado por la presión sonora que brotará del escenario cuando Black Label Society (escenario Imperium, viernes, 21.10 horas) hagan acto de presencia. A los mandos de la nave, el que fuera guitarrista de Ozzy Osbourne, Zakk Wylde. Para cualquier fan del heavy rock, Zakk empuñando su guitarra de círculos concéntricos, ondeando al viento de lado a lado su rubia melena, mientras se sostenía sobre sus piernas arqueadas, es una de las imágenes más icónicas de la década de los noventa. El guaperas estilizado de aquellos años tardó poco en transformarse en el prototipo de motorista sobre una Harley Davidson con la bandera confederada cosida a su espalda. Black Label Society es contundencia y rock and roll. Lo que ocurre cuando un trabajador de una gasolinera, fan del rock sureño y de Led Zeppelin, pasa sus años mozos tocando la guitarra con el cantante de Black Sabbath, mientras en la radio suenan continuamente Metallica.

Europe

Nada más finalizar la descarga de Wylde y su clan, será el momento para cambiar las tornas y sustituir los instintos primitivos por la grandilocuencia de la ópera. De la opera-metal que Tobias Sammet imaginó como proyecto puntual paralelo a su banda de siempre (Edguy). Le puso por nombre Avantasia (escenario Estrella de Levante, viernes, 22.35 horas) y soñó con que debía de ser un contenedor musical de carácter coral y estética conceptual. No quería el célebre circo del rock and roll, sino su equivalente en modo ópera y en versión metal. Más de veinte años después, Avantasia es la prioridad. Hogar esporádico en el que se alojan las colaboraciones de incontables vocalistas, algunos de los cuales pisarán el escenario cartagenero. A pesar de las complejidades escénicas, se trata de un show acostumbrado a exhibirse en festivales de toda Europa, así que todo hace presagiar que el espectáculo está garantizado.

El problema –si es que lo hay– de haber alcanzado alguna vez un éxito rutilante es que habrá quien te recuerde solo por ello y, pasado el tiempo, piense que después de aquello se hizo la nada. Error. Europe (escenario Estrella de Levante, sábado, 19.05 horas) llevan vendidas más de quince millones de copias de su LP The final countdown, publicado en la primavera de 1986, pero el que piense que sus mejores años pertenecen al pasado, está muy desencaminado. Es evidente, aquellas cifras son ya inalcanzables, sin embargo la formación sueca ha exhibido un extraordinario estado de forma desde que volvieran a la actividad, con su alineación clásica, en 2003. Si a alguien se le pasó por la cabeza que aquella reunión se trataría de algo eventual y transitorio, se equivocó. Diecinueve años después Europe siguen aquí. Con un carácter mucho más dimensionado que en sus días de rotundo éxito, lo que les ha garantizado una continuidad basada en editar solventes trabajos, y en girar y girar por todo el mundo, probando en directo la magnífica banda de hard rock que son. La banda que en realidad siempre quisieron ser, antes de que la industria discográfica los engatusara. Herederos directos, ya sin cortapisas, de las influencias reales de estos músicos criados escuchando canciones de Led Zeppelin, Black Sabbath, Thin Lizzy o Deep Purple. Europe y su cara más madura. La que probablemente siempre quisieron haber mostrado.

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Las imágenes del primer día del Rock Imperium: ambiente, recogida de pulseras y primeras actuaciones Iván Urquízar

Eran buenos tiempos para el rock. La era en la que dominaban la MTV bandas como Whitesnake (escenario Imperium, sábado, 20.30 horas). Los gurús de la industria musical John Kalodner y David Geffen lo vieron claro. La ‘Serpiente Blanca’ era una banda que, a pesar de su veteranía, gozaba de un enorme potencial para el público americano, un mercado esquivo para las huestes del David Coverdale; ese granito molesto en el ego del vocalista británico. Así pues, Coverdale se dejó hacer. A sus treinta y seis años, se puso en manos de peluqueros y estilistas, y a su música, que es lo que nos interesa, la insufló de nuevos bríos, con potentes y radiantes producciones propias del otro lado del Atlántico. Atrás quedaba el hard rock tintado de blues. Pero todo pasa, y las modas mucho más. Cuando el globo se deshinchó, el ex de Deep Purple quiso retomar levemente el sabor clásico de sus orígenes, con discos que ha intentado colocar en la encrucijada de ambos mundos. Él sabe que a su primera época pertenecen también muchas de las mejores canciones del repertorio de Whitesnake y, por eso, afortunadamente nunca renunció a ellas. Se fundaron en 1978, ahora toca decir adiós. Su actuación en el Rock Imperium forma parte de la que se anuncia como gira de despedida de una de las bandas de hard más clásicas de la historia.

Scorpions

Ese tipo de gira, me refiero a las giras de despedida, es algo familiar para Scorpions (escenario Estrella de Levante, sábado, 22.05 horas). Parecía que aquel tour que llegó a España en 2014 sería el último de los teutones, pero finalmente ellos siguen aquí. Y yo que me alegro. Hay a quien le sentó mal aquello, pero ¿quién quiere prescindir de uno de los grupos más longevos, consistentes y brillantes de la historia del rock duro europeo? Mejor así. No se quedaron para vivir de las rentas, sino para ofrecer discos como su recién estrenado Rock believer (2022), en el que demuestran que sus bríos están intactos y su capacidad para escribir buenas canciones, también. Temas para sumarse a sus infaltables y dar lustre a actuaciones en directo repletas de profesionalidad marca de la casa. Habrá baladas, claro. Pero también energía.

Los recomendados

Será la tercera vez que Leprous (escenario Imperium, viernes, 00.45 horas) nos visiten. Los que ya lo han probado saben que lo suyo es una bomba escénica. Una demoledora seducción hipnótica que surge durante sus shows, y que esperemos puedan trasladar al amplio entorno de un festival. Metal de vanguardia. Ora melodía, ora contundencia y siempre sofisticación. Se trata de la exploración de nuevos horizontes, algo que Pain Of Salvation (escenario Estrella de Levante, sábado, 01.05 horas) comenzaron a hacer hace ya tres décadas. Les colgaron el cartel de ‘metal progresivo’ al poco de nacer, y estaba justificado. Pero el talentoso y carismático Daniel Gildenlöw no se puede estar quieto, así que arrastró a los suyos hacia la cruzada de lo impredecible, empapándose de música de los setenta, para presentarse de una manera más orgánica, porque emotivos siempre lo fueron. Visceralidad y técnica en el mismo paquete. Simplemente una de las bandas más interesantes que existen.

Otros que viven impregnados de esencias setenteras, aunque ellos las hacen su principal leitmotiv, son los islandeses The Vintage Caravan (escenario Heretic, viernes, 18.35 horas), el trío venido de ‘la Europa vacía’. Se formaron en 2006, tan sólo contaban con doce años de edad, pero el talento no admite plazos. Cuando apenas habían llegado a la mayoría de edad firmaron su primer contrato discográfico. Eran tan jóvenes que sus padres tenían que acompañarlos para que pudieran entrar a los clubes nocturnos donde los habían contratado para tocar, y a los que, dada su corta edad, tenían prohibido el acceso. El tiempo ha pasado, pero ellos siguen siendo jóvenes y ahora, además, sobradamente experimentados. No son los hijos, sino los nietos musicales de Black Sabbath, Jethro Tull, Deep Purple, Hawkwind o Jimi Hendrix, o sea, retro hard rock de escarceos psicodélicos y tintes progresivos. No inventan nada, pero conviene no perdérselos.

Lacuna Coil

Cool Metal

No es que su propuesta sea necesariamente rompedora. Pero hay formaciones, que por su estética y dirección, se alejan de lo estrictamente convencional y, aunque en algunos casos sean veteranas, aportan modernidad y material de refresco. Los lombardos Lacuna Coil (escenario Estrella de Levante, viernes, 17.50 horas), por ejemplo, se iniciaron como representantes del metal gótico de los noventa, pero su transición premeditada los ha reconvertido en combo de metal moderno, contundente y cada vez más oscuro, llevado por la dupla vocal estilo Bella vs. Bestia compuesta por Cristina Scabbia y Andrea Ferro, aunque es ella la que principalmente aglutina el alma y el carisma. No lejos de allí, desde Suiza nos visitarán Silver Dust (escenario Heretic, sábado, 17.20 horas). Su biografía cuenta la curiosidad de que tras el nombre artístico de su cantante, Lord Campbell, se esconde (o no tanto) Christian ‘Kiki’ Crétin, un ex portero profesional de hockey sobre hielo. Anécdotas aparte, lo suyo es puro teatro. Rock histriónico multi-estilo.

Aunque para teatro, y del más bizarro, el de los suecos Avatar (escenario Imperium, viernes, 18.55 horas). Maquillados como grotescos y diabólicos payasos, son todo un espectáculo. Es como si Marilyn Manson hubiera estado de vacaciones por Escandinavia leyendo relatos de Shakespeare y soñando con tocar en un grupo de death metal. Y precisamente así, con filosofía death, iniciaron su carrera Amorphis (escenario Estrella de Levante, viernes, 20.00 horas), y no es que la hayan dejado, pero sus esencias primitivas han ido afinándose. La llegada del cantante Tomi Joutsen les trajo lo mejor de los dos mundos. Él es brujo perfecto para contar leyendas y poesías sobre mitos nórdicos en tono death, con guiños folk y momentos accesibles.