Topo son leyenda viva del rock patrio. Nacidos como una escisión de Asfalto en 1978, sus fundadores (José Luis Jiménez y Lele Laina) ya tenían recorrido desde finales de los sesenta en otras formaciones. Cuarenta años después siguen luchando contra molinos, navegando entre olas de metal y grabando discos (Prohibido mirar atrás y Cierta noche en Madrid son los dos últimos). En total, cuentan con más de veinte referencias entre Asfalto y Topo, y son autores de más de un centenar de canciones, muchas de ellas ganadoras (Días de escuela, Ser urbano, Rocinante, Capitán Trueno, Mis amigos dónde estarán...).

De hecho, la pandemia retrasó la grabación del octavo disco de Topo en estudio, del que a principios de año adelantaron Pinta en espadas. En cualquier caso, Topo se han echado ya de nuevo a la carretera y hoy llegan a Murcia, a Garaje Beat Club, donde se presentan cargados de energía. Una buena oportunidad para compartir charla con José Luis Jiménez.

 

Cuarenta años de trayectoria. Topo es uno de los grupos más veteranos de la escena. ¿Cómo habéis conseguido aguantar tantos años al pie del cañón?

También nosotros nos lo preguntamos, pero la respuesta es sencilla:cuando has nacido para hacer esto, tan solo es cuestión de seguir un día más, de subirte a un escenario a tocar y seguir creando cosas que te gusten.

¿Qué queda en José Luis y Lele actualmente de aquellos jóvenes que daban sus primeros pasos como músicos? ¿Qué se ha perdido y ganado en el camino?

Hace muchos años que empezamos a tocar, y todo lo aprendimos escuchando: Lele en Los Zurdos y yo en Los Tickets. Entonces lo único que hacíamos era música de baile con los temas de moda, pero poco a poco fuimos creando canciones con el propósito de grabar un disco. Éramos una mezcla de música, letras, ilusión e ingenuidad, y todo eso nos ha traído hasta aquí. Ha pasado muchísimo tiempo, pero todo lo que teníamos lo seguimos teniendo (incluso la ingenuidad).

¿Qué propició que Lele y José Luis dejarais Asfalto y formarais Topo?

El primer disco de Asfalto lo grabamos Fernando, Pancho, Lele y yo. Luego fue un trío, sin Lele; luego, un cuarteto con Armando, y al final me quedé solo y llamé a Julio y a Enrique, que me caían estupendamente, y tocamos todo ese verano con otro guitarrista que no nos pegaba nada. Tuvimos la suerte de que él anunció su renuncia, y rápidamente yo avisé a Lele. Esto pasaba en enero del ‘75, y entonces formamos este nuevo Asfalto que fue el que nos dio tantos buenos momentos de creación, y sobre todo el contacto con el público (de tantísimas actuaciones que hicimos). Al final conseguimos el gran premio de grabar un disco. Desgraciadamente no nos satisfizo a ninguno..., no por los temas, que nos encantaban, sino por el resultado de la grabación. Esperábamos más de ella, pero se hizo todo en cuarenta horas, y la mezcla nos pareció mala. Total, que empezaron a surgir pegas entre nosotros, y poco a poco nos fuimos distanciando. Por un lado, Julio y Enrique, por otro, Lele y yo. Al final nos deshicimos el 1 de junio de 1978. Ellos se quedaron con el nombre y nosotros con parte del equipo del grupo. Por esa fecha, y paradójicamente, el disco de Asfalto llegó a los primeros puestos, y Topo empezaba su carrera con Terry y Víctor.

Qué grande podía haber sido Chapa Discos, y qué poco afortunada parece que fue la gestión que hizo de sus grupos. ¿Cómo vivisteis aquello?

Pues sí, Chapa fue un mítico sello en el que quedó plasmado todo el ambiente que entonces vivía el país a través de la música de tantos buenos grupos como había. Todo surgió por una conversación que tuvimos en nuestra furgo después de que cancelaran un festival en Campo de Criptana (Los Molinos del Quijote) por la lluvia, y allí, Vicente Romero (El Mariscal), que actuaba también, nos oyó quejarnos de que no había manera de grabar un disco. Nos cogió por banda, y él fue a Zafiro y les convenció para crear un nuevo sello de Rock: había nacido Chapa. Fue grande unos años, y luego se fue al garete. ¿Tal vez por la new wave llamada ‘movida’?

Vallecas 1996 es un tema que pone los pelos de punta. ¿Es como una especie de 1984 de George Orwell?

Yo tenía una idea dándome vueltas a la cabeza después de leer 1984... Quería hacer un tema relacionado, y así fue. Teníamos una armonía que nos gustaba, la encajamos y funcionó muy bien. Para mí el futuro era 1996, y quedaban 18 años. Hoy ya es un futuro pasado, pero sigue teniendo vigencia, y gusta muchísimo a la gente.

Las crisis son buenos tiempos para cambiar las cosas. ¿Creéis que ahora se dan las condiciones para intentar cambiar la sociedad en que vivimos?

Nosotros siempre intentamos el cambio: las cosas que no van bien y podrían ir mejor, los mensajes nocivos, la era Trump paralela a la era Hitler, el cambio climático, la globalización, China, pandemias… Nosotros siempre tiramos por la igualdad, pero, claro, nuestra voz se queda pequeña frente a todos estos retos que el mundo tiene. Sólo el sentido común nos salvará.

Marea negra supuso el reencuentro con vuestro público de siempre. ¿Qué significado tiene para Topo?

Marea negra fue un bonito episodio con Miguel Ríos, un gran amigo. La idea de su producción surgió tocando juntos en Torrejón de Ardoz, en la fiesta anual de 1981 de ‘Las bases yankees fuera’. Nos llevó a su casa y estuvimos escuchando música, y nos pidió que compusiéramos algo para su nuevo álbum, Extraños en el escaparate. Así lo hicimos: A tumba abierta y Hola y adiós. Fue el principio de una buena amistad que nos llevó a que nos produjera nuestro nuevo disco, Marea negra, del que quedamos muy satisfechos. Luego en directo lo hicimos sonar como no habíamos sonado nunca.

¿Creéis que parte del encanto de Topo ha sido el saber contactar de forma directa con el público a través de sus letras, y hacer que éstas tengan la misma vigencia en 1978 que en 2021?

Pues no lo sabemos. Pero parece que los temas que tratan los textos son vigentes en 1978 o en 2021 (El Periódico, Los chicos están mal, Marea negra…). Desde luego, a mí que soy el que escribo, me preocupa la actualidad y su problemática, y parece que los mismos problemas se repiten...

¿Qué es lo que tenéis Topo? ¿Qué es lo que tiene el rock and roll?

Lo que tenemos Topo es facilidad para crear, sobre todo Lele y yo: juntos somos una máquina de ideas. En cuanto al rock and roll, son dos palabras mágicas que aglutinan una gran cantidad de estilos, formas, ritmos, melodías, imágenes, actitudes, modas, no modas, pasado, futuro, etc. En definitiva, es la música de nuestro tiempo y del próximo tiempo también.

¿Qué diferencia hay entre grabar un disco en los ochenta y grabarlo en la actualidad?

En los ochenta se buscaba siempre un gran estudio, con una mesa Neeve y un sistema Islake, mínimo 24 pistas, con cintas de carrete Ampex 2 y un técnico maravilloso, a ser posible inglés, que sacara un sonido mágico a los instrumentos y las voces, y los resultados solían ser «la bomba». Pero todo eso fue a menos, y poco a poco fuimos bajando el listón a estudios de amigos con producciones baratas en las que el oído, el gusto y el instinto aportaban más que los aparatos. Y así hasta que llegó Protools y un mundo nuevo se abrió en los estudios de grabación. Ya podías producir incluso en tu propia casa, sin límite de pistas o tiempo. Pero no nos engañemos, no hay nada como las grabaciones en un estudio de los años ochenta en 24 pistas con un buen técnico y el grupo sonando.

La pandemia retrasó la grabación de vuestro disco y a principios de año adelantasteis Pinta en espadas. ¿Hacia dónde va Topo ahora?

La pandemia lo ha jodido todo, pero no ha podido con Topo. Hemos creado una nueva producción con temas nuevos que nos ha costado mucho tiempo y esfuerzo terminar, pero aquí está. Sin embargo, es difícil mirar hacia el futuro, y sólo el día a día y en cierto modo reinventarse y seguir tocando en directo te ofrece respuestas. Son tiempos extraños y así hay que tomarlos. Oíd el disco, por favor, y seguramente tendréis respuestas.

¿Lamentáis la falta de oportunidades en la televisión?

¿La televisión? ¿Qué televisión? ¡Ah! Ese sitio donde sólo ponen anuncios...

¿Qué supone para vosotros el feedback con el público?

«El feedback del público», qué bonita frase... Los antiguos lo llamaron jazz hace más de cien años, y es la mayor emoción que un músico puede sentir en un escenario. Eso, unido a una buena canción, puede resultar espectacular. Para eso vivimos y hemos llegado hasta aquí.

¿Qué temas no faltan nunca en un directo de Topo?

Sobre todos los temas ganadores y más conocidos que puedan mover mejor el ambiente en el público. Hay tantos temas que la lista de canciones nunca es la misma.

¿Qué esperar de este próximo concierto?

Un concierto de Topo nunca es igual a otro, así que allí nos veremos.

Fecha: Hoy, 22.00 horas.

Lugar: Garaje Beat Club, Murcia.

Precio: 12/15 euros.