Cine de verano

Cuatro bodas y un funeral

Cuatro bodas y un funeral (Mike Newell, 1994)

Cuatro bodas y un funeral (Mike Newell, 1994)

Héctor Uroz

La película, que empieza con la expresión «¡joder!» repetida catorce veces, es uno de los grandes hitos del humor british, y está entre las más exitosas comedias románticas de todos los tiempos. Resulta realmente graciosa (hay hasta un gag de Rowan Atkinson), tiene encanto, clase, sarcasmo y algo de mala leche, pero, a pesar de su argumento, que parte del clásico ‘chico conoce chica’, ni siquiera es especialmente reaccionaria.

Aunque se trata de una obra coral en la que le acabas cogiendo cariño a todo el plantel, si Cuatro bodas y un funeral nos conquistó en su momento fue, sobre todo, por el irresistible, torpe y tímido con alergia al compromiso personaje principal, que lanzó al estrellato a un treintañero Hugh Grant. Pese a arrastrar una digna carrera, con este rol encontraría la horma de su zapato. Su carisma le hizo brillar y lo lanzó al estrellato mundial de forma tan fulminante como el éxito de la versión que hizo Wet Wet Wet de la canción Love Is All Around. Andie MacDowell nos encandilaba, otra vez, con su irresistible sonrisa, y estaba perfecta como la sofisticada y experimentadísima Carrie. No obstante, quédate con quien le guste más Kristin Scott Thomas.

Mike Newell, con incursión en la saga de Harry Potter incluida, ha tenido una carrera, aun irregular, muy interesante (con Donnie Brasco a la cabeza). Pero el verdadero artífice de toda esta magia (responsable del estupendo guion), que no ha dejado de dar lecciones magistrales en estas lides desde entonces, es Richard Curtis (cocreador de Mr. Bean). Y lo ha hecho tanto en la escritura (Nothing Hill, Yesterday) como en la silla de director (Love actually, Una cuestión de tiempo).