Cine de verano

El guardaespaldas (Mick Jackson, 1992)

El guardaespaldas (Mick Jackson, 1992)

El guardaespaldas (Mick Jackson, 1992)

Héctor Uroz

Es un pastiche con olor a tapicería nueva en la que se suceden, juntos, pero no revueltos, todos los géneros en boga de la época (thriller de psicópata + drama romántico con notas de comedia). Independientemente de la erosión implacable que las olas del tiempo hayan podido ejercer sobre ella, fue pionera en desarrollar una historia de amor interracial con total naturalidad, sin reparar en ningún momento en su excepcionalidad, y solo por ello merece un lugar en la historia de nuestra construcción cívica.

Mejor producida que dirigida, está todo el rato al borde del telefilm, con Whitney Houston demostrando que no era actriz, aunque su carisma y su voz (una de las mejores de todos los tiempos) valiese la entrada, bordando, con todo, el perfil de diva insoportable que esconde un ser humano que también hace caca. A Costner, que surfeaba en la cresta de la ola, le iba como anillo al dedo el papel de tipo duro íntegro, con el que seguía acumulando tantos suspiros como envidias de parte de la crítica y la industria. Aquí, como productor, recuperó del cajón un viejo libreto de Lawrence Kasdan, con el que había coincidido en Silverado (1985), el primer éxito del actor, repitiendo poco después en la excesiva Wyatt Earp (1994). A simple vista, podría parecer que estamos ante otra historia sobre chica que necesita chico para sentirse segura, pero, para tratarse de los noventa, resulta rompedora: la protagonista es negra, rica y poderosa y, en definitiva, el macho, aunque más racional y sabio, está supeditado a su mando. 

Pero si hay algo por lo que se recuerda a El guardaespaldas es por contar con un puñado de canciones irresistibles (más allá de la célebre versión de I Will Always Love You) que conforman la BSO más vendida de la historia.