Vemos en escena a cinco hombres. «Son normales, están subidos en un escenario. Cada uno distinto y todos iguales. Se cuidan, se empujan y celebran juntos. Están lanzando cuchillos contra su propia sombra, mirando para sí, moviendo los focos para iluminar espacios distintos, mostrando su intimidad, y desnudándose para escuchar. Hombres que se cuestionan constantemente, pero que se regodean en su propia identidad? Son, al fin y al cabo, cinco hombres», especifica en su web el Teatro Circo de Murcia sobre Carlos Marcos, Fernando Santa-Olalla, Jorge Silvestre, Josu Monton y Miguel Frutos, protagonistas de Suspensión, un espectáculo circense de la compañía madrileña Nueveuno que esta tarde tomará, a partir de las 20.30 horas, su escenario.

«Suspensión es un espectáculo llamado a transmitir», explican desde la compañía. «Es una propuesta de circo contemporáneo -continúan sus responsables- en la que nos gustaría que el público se pueda ver identificado y emocionar». Y es que se trata de una pieza tremendamente simbólica, pues a pesar de tirar de clásicos del género como los malabares, las acrobacias o los lanzamientos de cichillos, cada pequeño número esconde un significado; un detalle que desde Nueveuno explican con el nombre de la función: «Es nuestra pelota lanzada al aire la que alcanza ese instante de suspensión, ese momento en el que todo puede pasar; el momento en que podemos ceder a la gravedad, o tomar decisiones distintas, el momento en que una pelota se queda flotando y con ello todos en el escenario contenemos el aliento», aclaran.

Dirigida por el propio Silvestre, al que han apoya a nivel de dramaturgia Laura Presa y Fernando Gallego (La Rueda Teatro Social) -además de Iris Muñoz y José Triguero con la coreografía y Carlos Marcos con el diseño de iluminación-, Suspensión es el resultado de dos años de trabajo de «un gran equipo». «Las coreografías de malabares han sido entrenadas y revisadas hasta el extremo, la música ha sido compuesta durante la creación, la escenografía evolucionada constantemente, la magia entrenada hasta la saciedad, las grabaciones de nuestros padres y hermanos y abuelas y novias rehechas hasta destilar la esencia de la propuesta. Un trabajo con nosotros mismos y con todo lo demás», señalan los miembros de Nueveuno.