Elecciones 9J

Un Día de la Región contraprogramado por Europa

Los comicios de la Unión han citado a más de un millón de murcianos que acuden a votar en su día grande, desde primera hora de la mañana, acompañados por un sol de verano

Lola López

Lola López

Murcia amanece hoy, 9 de junio, con casi tantos grados de máxima como candidaturas en las cabinas de los colegios electorales. La Región no será este año protagonista en su día, pero tiene aires de relevancia europea, como el resto de territorios del continente que esta semana han estado llamados a votar para escoger la formación del Parlamento de la Unión Europea

En el Pabellón del Infante Juan Manuel la mesa electoral se constituyó sin incidencias y empezó a funcionar desde las 9 de la mañana. La misma estampa se repitió en otros 576 puntos de la Región para recibir, potencialmente, a los más de un millón de votantes que están censados en el territorio. 

Es en este punto de la ciudad donde David y Guillermo acuden a votar cerca de las once y media de la mañana. El primero, estudiante de periodismo de 24 años, recibe las preguntas sobre su voto, que tenía claro al entrar al recinto, con ganas: “Soy un chaval joven, lo que me interesa es no ir a la guerra, no tengo madera de militar”. Por tanto, explica que ha votado al partido que más claro ha expresado su rechazo a la guerra porque no quiere “morir por intereses ajenos”. Ha acudido a la tan manidamente llamada ‘fiesta de la democracia’ con su madre y su hermano, pero no habrá celebración regional para él tras el voto: “Esta tarde libraba pero me han llamado para trabajar y necesito el dinero, así que…”.

Los hermanos GUillermo y David votando en las elecciones europeas

Los hermanos Guillermo y David votando en las elecciones europeas. / Israel Sánchez

A su lado, su hermano Guillermo, de 22 años y estudiante de Bellas Artes, mete en la urna la papeleta europea por primera vez, y confiesa que se ha decidido esta misma mañana, tras informarse a través de las noticias sobre el funcionamiento del Parlamento Europeo. “He pensado en qué intereses tengo como ciudadano del continente, no como español”, explica, esgrimiendo los mismos motivos que su familiar: “Me preocupan los conflictos armados por encima de la situación económica. Peso 55 kilos, imagínate si voy a la guerra: este cuerpo una bomba no aguanta”, bromea, haciendo gala de la habilidad juvenil para sacar el humor de la franqueza más cruda. Las mismas preocupaciones son las que han movilizado a votar a su novia y la madre de ella, cuenta.

“Todo muy bien, muy rápido, no hemos tenido que hacer cola”, celebra Toñi, tarjeta censal en mano, que tras votar se dirigirá a una comida familiar en otro municipio. Esa es la tónica general en todas las mesas, excepto en algunas localizaciones de Murcia en las que las cabinas no contaban con papeletas dentro, haciendo que el voto no fuera tan secreto como cabría esperar. ¿La solución? Jugar al despiste cogiendo varias papeletas o lucir el voto sin complejos, como ha hecho la anterior pareja de hermanos.

No es ninguna idea revolucionaria señalar la confusión que acompaña a los comicios europeos. Los “¿esto cómo va?”, “a ver… ¿qué papeleta era?” y las llamadas a los apoderados (“nene, ayúdame con esto”) que se escuchan en las mesas evidencian que, aunque este ha sido, posiblemente, el contexto de campaña electoral que mejor ha hecho ver al electorado la importancia real de su voto europeo, aún queda camino por andar.

“Saldrá lo que más nos convenga”, sentenciaba una señora al salir del Aulario General de La Merced. Las afirmaciones categóricas que trae la edad no le valen a Adrián, votante en ese mismo sitio que cuenta que, tras un desayuno de churros para celebrar el festivo y a pesar de que la suya ha sido una “votación desmotivada”, ha buscado al partido que mejores propuestas medioambientales llevara. “Si ya desde los países es difícil que se hagan cosas, si encima quitamos las peticiones que hace Europa, queda poca fe en el ecologismo”, cuenta. 

Mismos motivos esgrime Paula a la salida del colegio María Maroto. Entre suspiros e indecisión habla de medio ambiente y derechos sociales: “Me preocupa mucho la defensa de los derechos LGTB y de la mujer, y me aterra el avance de la ultraderecha en Europa”. Cuenta que el ambiente político se notaba en su edificio desde bien temprano: su vecino ha hecho sonar tres veces el himno de España antes del mediodía. 

En las europeas de 2014 (la anterior ocasión en la que no hubo ‘2x1 electoral’, dado que en 2019 coincidieron con las municipales) la participación se cifró en el 43%, mientras que 5 años más tarde subió casi 20 puntos. Desde esas últimas elecciones al Parlamento de la Unión, en la Región se suman ahora más de 82 mil nuevos votantes potenciales, jóvenes que en buena parte, como las voces leídas en estas líneas, tienen una conciencia mayor de su peso en el panorama político global. 

Entrados en la adultez en un clima de crispación, ideales polarizados, conflictos armados y urgencia climática, el electorado joven puede ser quien más tenga que decir hoy. En esta jornada en Murcia, hasta el cierre de los colegios a las 20.00 horas, habrá quien vota por tener algo que decir en el rumbo de la política internacional, por el cariz nacional que los partidos han querido dar a la campaña europea, y quien vota sin tener muy claro por qué, más que por considerar que hay que hacerlo: porque es un derecho que, como un músculo, hay que ejercitar para que no se atrofie. 

Cercando la medianoche (una vez que el resto de nuestros ‘eurovecinos’ hayan cerrado urnas) será cuando los murcianos sepan, ya desde el sillón de casa, si el ruido de la campaña ha tenido eco en las cifras de participación y en los resultados. Tras depositar el voto queda todo el día, con sus 30 grados de máxima, por delante para celebrar la murcianía: excursiones por el monte, marinera por el centro, publicaciones en redes sociales desde la playa con canciones de Arde Bogotá y Viva Suecia, visionado de Alcaraz en familia en la siesta. Todo se puede tener en este 9J contraprogramado por Europa.