Medio ambiente

Cerco administrativo y judicial contra la contaminación de las montañas rotas de la Región

La Consejería de Medio Ambiente realiza una inspección a la empresa Colina Cimar, que explota una cantera en Abanilla, y le da un mes para que instale las medidas a las que está obligada desde que recibió la autorización

VÍDEO | La cantera de Colina Cimar levanta una intensa polvareda en Abanilla

L.O.

Jose Antonio Sánchez

Jose Antonio Sánchez

Un informe de la Organización de Naciones Unidas afirma que nueve millones de personas mueren al año en el mundo por los efectos de la contaminación. Esto supone el exterminio, cada año, de toda la población que vive en la Región de Murcia multiplicada por seis. También asegura, con cifras de 2022, que una de cada seis muertes en el mundo está relacionada con enfermedades causadas por la contaminación, una cifra que triplica la suma de las muertes por sida, malaria y tuberculosis.

Hay muchas formas de contaminación, pero la que más perjudica es la contaminación atmosférica, que provoca la muerte de siete de los nueve millones de personas que fallecen al año. Tóxicos de la quema de combustibles fósiles que capitalizan el sector industrial y el transporte por carretera, el tráfico, las quemas agrícolas, factores exógenos como los episodios de polvo sahariano… o las que se producen por el incumplimiento de las medidas establecidas para el ejercicio de una actividad.

Este es el caso de la empresa Colina Cimar, que además de la investigación abierta por fiscalía provocada por las emisiones de polvo que afectan a la sierra de Quibas, Balonga y Peña Zafra, en Abanilla y Fortuna, ha recibido una inspección por parte de la Consejería de Medio Ambiente, a la que ha tenido acceso La Opinión.

El informe de Medio Ambiente concluye que esta mercantil no cumple con tres de las medidas preventivas o correctoras de la Autorización Ambiental Única (AAU) que obtuvo en febrero de 2022. En concreto, no ha implantado la cortina antipolvo en la cara habilitada para la descarga del producto en la tolva de la planta primaria. Tampoco son estancas las juntas de los puntos de carga y descarga del alimentador.

Por último, se extrae del informe tras la inspección, que la altura de algunos de los acopios de áridos que están al aire libre se encuentran por encima del muro de contención. La Comunidad finaliza la comunicación a esta empresa con una exigencia: en el plazo de un mes estas medidas tienen que estar implantadas.

Investigación de Fiscalía

El caso se volvió a poner bajo los focos después de la Fiscalía Superior de la Región comenzase su investigación por emisiones de polvo tras las denuncias de los vecinos y de los ecologistas por el incumplimiento de las medidas de control contra la contaminación. Además, pidieron el cierre cautelar de la producción.

Esta sociedad lleva explotando desde hace 15 años la cantera Santa Rita VI, en el paraje de Balonga y Las Pedrizas, y desde entonces ha recibido denuncias por distintos episodios contaminantes que además de afectar a la población tienen un impacto en la flora y la fauna de la zona. A lo que hay que añadir que esta cantera se sitúa a un kilómetro del Parque Regional Sierra de la Pila, con una zona de protección de aves ZEPA y un lugar de importancia comunitaria LIC para la recuperación de hábitats en la Unión Europea.

Establece la Consejería en su autorización que la mercantil «no podrá desarrollar actividad ni proceso alguno en la instalación que pueda generar emisiones sin que previamente los equipos de depuración se encuentren trabajando en condiciones óptimas de funcionamiento» y de no ser así, se tendrá que llevar a esos equipos a unas condiciones de «seguridad y parada, hasta que de nuevo se pueda garantizar el funcionamiento de estos equipos en condiciones óptimas».

Para finalizar, el permiso fija que esta autorización «podrá ser revocada en cualquier momento, previa audiencia del interesado, por incumplimiento de las condiciones establecidas en la misma o de los requisitos legales establecidos para el ejercicio de la actividad». La cuenta atrás de ese mes de plazo que han dado desde el Gobierno regional está en marcha para que Colina Cimar cumpla con las medidas a las que está obligada desde el primer momento o para que la Consejería de Medio Ambiente revoque el permiso de actividad.

Los afectados han puesto 20 denuncias contra la compañía en lo que va de 2024

Las denuncias contra la explotación minera de Colina Cimar se remontan al inicio de la actividad de esta empresa. Hay denuncias contra ellos desde principios de los 2000, pero no fue hasta 2019 cuando los vecinos se agruparon en la Plataforma de Afectados por la Explotación Minera-Peña Zafra, Balonga y Quibas (PAEM-PBQ). Desde entonces han realizado un centenar de quejas, comunicaciones y denuncias a diferentes estamentos para reclamar una solución real al problema que sufren y que resumen en una pésima calidad del aire que les priva de una vida normal porque no pueden ni abrir las ventanas de sus casas. 

Desde la plataforma avisan de que están trabajando cerca del ocaso para disimular el polvo que generan

«Provocan muchos problemas, pero el más grave son las polvaredas que no te permiten vivir, no te permiten salir a la calle y tienes que mantener las ventanas cerradas. Yo misma tengo actividades agrícolas y no puedes ni ir a tus fincas», relata Inmaculada Nicolás, presidenta de PAEM-PBQ. Pero ya no es solo ensuciar, porque esa cantidad de polvo en suspensión que proviene de la actividad minera es perjudicial para la salud con constantes irritaciones de nariz, mucosas y ojos en los vecinos, sin olvidar que «respirar partículas PM2,5 y PM10 provoca problemas cardiacos, dermatológicos o de sueño, además del principal que es el respiratorio». 

«En lo que llevamos de 2024 hemos puesto 20 denuncias porque no cumplen las directrices que tienen marcadas en la Autorización Ambiental Única. Tienen que tener unos mecanismos que o no los tienen o están rotos», reclama a la vez que reconoce que si la empresa estuviera cumpliendo los requerimientos, aunque seguirían haciendo daño, «sería mucho menor». Por último, avisa que ahora están cambiando horarios con un gran pico de trabajo «entre las 7 y las 9 de la mañana y por la noche, cuando no se ve el polvo, aunque lo respires». A lo que se suma el ruido: «Es insoportable y espantoso. Imagínate todas las máquinas trabajando al mismo tiempo. Te vuelve loco».