Salud

Los fisioterapeutas quieren acabar con la etiqueta de pseudoterapia en la osteopatía

Exigen una regulación sanitaria para que solo los profesionales con carrera y con una formación acreditada la puedan emplear en pacientes

Lamentan que cinco años después el Gobierno sigue sin pronunciarse sobre si sale o no del catálogo de pseudociencias

Un fisioterapeuta atiende a un paciente sobre una camilla.

Un fisioterapeuta atiende a un paciente sobre una camilla. / L.O.

Adrián González

Adrián González

Guardada en el cajón sin todavía ser evaluada para sacarla o no del listado de las pseudoterapias. Los ministerios de Sanidad y Ciencia publicaban hace unos días sus informes para actualizar su catálogo de pseudoterapias, aquellas prácticas y técnicas que se presentan como terapias o tratamientos médicos, pero que carecen de base científica sólida para respaldar su eficacia.

Este listado se inició en el año 2019. En él ya se recogían decenas de técnicas aceptadas como pseudoterapia mientras que otras tantas se quedaban pendientes de su evaluación para decidir si eran o no pseudociencias. Cinco años después siguen en duda algunas como la osteopatía. Los fisioterapeutas siguen reclamando que se saque de ese listado y que, en todo caso, sea declarada pseudoterapia siempre y cuando la lleve a cabo alguien ajeno a la profesión sanitaria y sin una formación reglada y adecuada.

En concreto, la osteopatía es un enfoque médico que se centra en el tratamiento de trastornos musculoesqueléticos y otras afecciones mediante técnicas manuales, como el masaje, la manipulación y el estiramiento. Los osteópatas creen en la interrelación entre la estructura del cuerpo y su funcionamiento, y buscan restaurar el equilibrio y la salud a través de la manipulación de los tejidos y las articulaciones. 

Diversos estudios han respaldado su eficacia en ciertos casos, pero en los últimos años sigue siendo objeto de debate en la comunidad sanitaria, especialmente en términos de evidencia científica sólida para respaldar sus afirmaciones. 

Desde el Colegio Oficial de Fisioterapeutas de la Región de Murcia (CoFiRM) son claros: «Si no la ejerce un fisioterapeuta acreditado, se debe considerar pseudoterapia y, además, intrusismo laboral». Así lo defiende en declaraciones a La Opinión Ángeles Fernández, decana del CoFiRM. «Nosotros podemos denunciar aquellos casos en los que se pone en práctica la osteopatía por parte de una persona que no tiene el título de fisioterapeuta ni está colegiada y ha hecho un curso no homologado ni oficial aunque sea para aprender. Estas prácticas forman parte de nuestra campaña contra el intrusismo», reitera.

"Si no la ejerce un fisio acreditado, es pseudoterapia y, además, intrusismo laboral", dice el Colegio

Respecto a que la Administración no haya avanzado nada en un lustro para acreditar su práctica válida, Ángeles Fernández lamenta que es un «problemón» que se lleva arrastrando desde entonces: «Estamos igual. Hemos tenido compañeros que eran osteópatas y que se han tenido que sacar el grado para poder ejercer la osteopatía. Al final, es un procedimiento más de la fisioterapia, al igual que lo pueden ser los ejercicios terapéuticos o los de suelo pélvico, por ejemplo», señala. 

Un pronunciamiento crucial

El Consejo General de Fisioterapia celebraba en diciembre de 2022 que el Tribunal Supremo ratificase que la osteopatía es un procedimiento propio de la fisioterapia y que solo puede ser ejercida por profesionales sanitarios. «En su momento, tuvimos incluso una denuncia contra el antiguo INEM (actual SEPE) porque hacía cursos de masaje. Todo lo que vamos viendo a nivel regional o nacional que puede incurrir en un caso de intrusismo lo perseguimos». 

El Colegio también cuenta con un canal de denuncias propio en el que son los propios colegiados los que, si se enteran de que hay un centro que no cumple con las normas administrativas o sanitarias, pueden aportar datos y fotos. A partir de ahí, nuestro abogado se pone en contacto con el ayuntamiento en el que esté ese centro para comprobar si todo está en regla», expone la decana.

Pero, en muchos casos, si se ha demostrado que no hay una ilegalidad, añade Fernández, la multa contempla cantidades irrisorias: «La ley está mal. Hablamos de unos 200 o 300 euros. Una ridiculez, por lo que a ese dueño o propietario del negocio, quizás, le merezca la pena pagar la multa y seguir ejerciendo de forma fraudulenta». 

Asimismo Noelia Martínez, fisioterapeuta y delegada de Satse Murcia, aboga por que sea el propio Ministerio el que regule la formación de osteopatía con unos requisitos iguales para todo el mundo y que se imparta solo a los profesionales que tengan el título de Fisioterapia. En su caso, explica, hizo seis años para acreditar su formación en osteopatía mientras que hay otras escuelas y centros que imparten cursos de apenas un par de semanas. 

El problema, dice, es que esta formación «no está regulada», ya que «hay escuelas que solamente admiten fisioterapeutas, pero hay otras en las que una persona puede salir directamente del instituto, sin tener formación sanitaria, para acceder a esa supuesta formación en osteopatía».