Misterio

Seis impactantes casos reales de fenómenos paranormales en la Región de Murcia

El libro Pon atención, están ahí, del investigador murciano Antonio Pérez, relata la indagación realizada por él y su equipo para esclarecer varios sucesos sobrenaturales; te resumimos algunos de ellos

Retrato ecuestre de Juan de Guevara

Retrato ecuestre de Juan de Guevara / Pilar Wals

Alba Marqués

Alba Marqués

El último libro del investigador murciano de lo paranormal Antonio Pérez, entrevistado recientemente por La Opinión, recoge casos reales en los que se han producido fenómenos paranormales en distintos lugares de la Región de Murcia.

En Pon atención, están ahí se muestra al detalle, con imágenes exclusivas, extractos de entrevistas y psicofonías, todo el proceso de indagación para tratar de esclarecer sucesos en los que aparentemente hay algo inexplicable, así como los resultados del mismo.

Algunos más sonados, como el del preventorio de tuberculosos de Sierra Espuña o el Palacio Guevara de Lorca, y otros más desconocidos como el de un poltergeist en Zarandona. A continuación, te contamos un resumen de seis de estos casos sobrenaturales más llamativos.

La maldición del camping de Bolnuevo

Una anécdota se repite entre varios transeúntes que han caminado por la orilla de una playa de Mazarrón que pertenecía al camping de Bolnuevo antes de producirse la inundación de 1989 que lo arrasó por completo.

Durante el otoño/invierno, época de muy poca gente en la playa, varias personas cuentan que han sufrido algún percance mientras caminaban por la costa (un tropezón, caída, torcedura de tobillo...) y, de repente, se les acerca una mujer que se identifica como enfermera y les ofrece auxilio.

La mujer examina las heridas, da consejos sobre cómo sanarlas y desaparece, sin más. Lo curioso es que las personas que cuentan esta historia siempre describen a la enfermera de una manera muy similar.

Esta historia resulta aún más escalofriante si tenemos en cuenta que en 1989 una fuerte riada arrastró todo lo que encontró a su paso. Las indagaciones que se narran en Presta atención, están ahí muestran que, aunque la versión oficial habla de dos víctimas, nunca quedó claro el número de fallecidos que dejó la catástrofe y que hay varios enigmas en torno a la tragedia. El agua destrozó los archivos del camping, por lo que nunca se pudo saber cuántos ocupantes había.

Solo aparecieron dos cuerpos tras la catástrofe, pero las voces captadas en las psicofonías de los investigadores reclaman la búsqueda de los cuerpos y que se haga justicia.

Los rumores hablan de que la zona ahora es un camping fantasma, donde almas deambulan sin rumbo por el recinto, intentando resolver sus cuentas pendientes.

Poltergeist en Zarandona

En 1999, una familia residente en Zarandona se puso en contacto con Antonio Pérez para pedir ayuda: multitud de extraños fenómenos que estaban sucediendo en su casa les hacían la vida imposible desde hacía siete años, cuando murió el padre de la dueña de la casa. El fallecimiento del hombre parecía el detonante de la fenomenología paranormal. Padre e hija no habían tenido relación porque él ejercía malos tratos sobre ella y ahora la mujer creía que él intentaba ponerse en contacto con ella para redimirse de sus malas acciones.

Una especie de esqueleto con una guadaña en la mano, un hombre con capucha y túnica negra sobre el televisor, un gran estruendo que se escuchó en la cocina porque un plato se había roto solo son algunos de los extraños sucesos que los moradores experimentaron en la casa y los tenían asustados. Además, notaban que alguien les tocaba y en una ocasión un peluche se proyectó sobre una de las habitantes de la vivienda.

Tras las pesquisas realizadas por Antonio y su equipo, relatadas extensamente en su novela, las psicofonías arrojaron la presencia de una voz que decía palabras como "papá" o "no temáis". Asimismo, en las zonas en las que habían sucedido los fenómenos, efectivamente existían alteraciones energéticas considerables con respecto al resto de la casa.

Así, determinaron que lo sucedido no parecía resultado de un delirio colectivo, sino de brotes de poltergeist a raíz de una presencia que parecía querer comunicarse con la familia.

La "Tía Quica" de La Algaida

La "Tía Quica" de La Algaida / Fotografía de "Alrededor del Mundo" en 1900

La misteriosa muerte de La Quica, la iluminada de La Algaida

Hace ya 75 años de la misteriosa muerte de Francisca Guillén Ortega, conocida como La Quica, quien, utilizando solo el poder de su palabra, logró una fenómeno social de gran magnitud en su localidad, La Algaida (barrio de Archena), y fuera de ella, ya que su predicación llegó a traspasar fronteras.

A principios del siglo XX, cuando tenía 14 años, La Quica, a la que definen como "muy poquica cosa", "analfabeta" y "muy poco religiosa", afirmó que se le había aparecido la Virgen en la Torre Junco, delante de las antiguas escuelas del barrio archenero. Aunque al principio su familia no la creyó, notaron que había sufrido un cambio drástico de personalidad. Comenzó a acudir a misa y no paraba de rezar el rosario. Además, hizo un círculo con piedras donde había tenido lugar la aparición y allí predicaba durante horas. Según decían sus seguidores, era la Virgen quien hablaba por su boca.

Su popularidad creció y llegó a distintos puntos de España, ya que La Quica realizó una serie de milagros, entre ellos conseguir que del cielo cayeran pequeños pedazos de oro, apariciones de cruces que se dibujaban "solas" en la tierra, de extraños símbolos como estrellas en piedras, estrepitosos estruendos que se sucedían, etc. También hizo predicciones que luego se cumplían y sanaba dolencias con sus propias manos.

Murió en 1932, cuando encontraron su cuerpo sin vida en una acequia mayor. Según la versión oficial, La Quica se suicidó tirándose al agua. No obstante, lo que Antonio Pérez refleja es que parece que se silenció la verdadera causa de su muerte y al respecto hay varias hipótesis, como que alguien la mató y la tiró al agua, ya que quienes vieron su cadáver aseguran que no estaba hinchado como sucede en el caso de los fallecidos por ahogamiento.

Una espiritista de la época aseguró que en La Quica convivían dos espíritus, uno bueno y otro malo, y fue el malo el que le arrebató la vida.

Monasterio de San Ginés de La Jara

Monasterio de San Ginés de la Jara / L.O.

Apariciones fantasmales en el monasterio de San Ginés de la Jara

El monasterio de Sam Ginés de la Jara, en Cartagena, siempre ha desprendido un gran magnetismo, unas especiales vibraciones y una indudable atracción casi mágica. Hay quienes hablan de que allí se escuchan voces, que bajo el suelo hay pasadizos secretos, túneles para huir de los ataques de los piratas, estancias secretas que fueron usadas por la Inquisición y hasta tesoros aún no descubiertos. 

Allí, cuentan que las pariciones fantasmales son "muy comunes"; varios testigos dicen haber visto a un fraile que deambula a sus anchas.

Antonio y su equipo captaron una psicofonía en la que se escuchaba claramente "deténganse". En sus grabaciones hay una potente carga psicofómica: se escuchan varias voces, algunas de las cuales hablan castellano antiguo.

Pérez narra que en las psicofonías escucharon frases como "vengo a buscaros", "marchome" o "cerdo". Durante los años que estuvieron investigando en el monasterio, tuvieron varios "encontronazos" con lo paranormal. Escuchaban y veían presencias, efímeras, moverse por las estancias.

Algo habita el preventorio de tuberculosos de Sierra Espuña

Antonio Pérez y su equipo fueron quienes pusieron en el mapa nacional del misterio al ya famoso sanatorio de Sierra Espuña. Iniciaron su investigación en 2002 y la continuaron hasta 2006 tras recibir noticias de que en ese edificio del siglo XX sucedían un sinfín de fenómenos paranormales.

Tal y como recoge extensamente el murciano en su libro Presta atención, están ahí, hay varios testimonios de personas que han visto o sentido algo sobrenatural en el inmueble. Un boy scout dijo ver "una especie de neblina con morfología de mujer", mientras que quien fuera conserje hasta 1999 asegura que "por las noches, se escuchaban correteos y murmullos", entre otras cosas, y un militar que, asustado, disparó contra lo que él percibió como "un ser etéreo".

También diversos testigos cuentan haber visto a una demacrada y envejecida señora, vestida de blanco, asomándose por las ventanas, a la que Antonio Pérez y sus compañeros consiguieron fotografiar (la imagen aparece en el libro).

Además, Pérez recopiló grabaciones de vídeo en las que aparecen puertas que se abren y cierran solas, así como psicofonías "desgarradoras y dramáticas" en las que se escucha, entre otras palabras, "hijo puta", "márchense" o "tísica".

Se trata de un lugar propicio para la proliferación de fenómenos extraños que mucha gente se atreve a visitar para vivir una experienci terrorífica.

Una de las dependencias del Palacio de Guevara.

Una de las dependencias del Palacio de Guevara. / L.O.

El fantasma del palacio de Guevara

Cuenta la leyenda (y testigos) que el fantasma de don Juan de Guevara se pasea cada noche por la casa que él mismo mandó construir en el siglo XVII en Lorca.

El testimonio del conserje del palacio cuenta los fenómenos extraños que él ha vivido, como un teléfono que suena solo sin estar conectado a la corriente o una presencia en un espejo, en el que cada vez que se mira siente que hay alguien detrás de él o asomándose por el mismo.

Los resultados psicofónicos del equipo de Antonio Pérez muestran una voz que dice "Conchita", como se llamaba la última propietaria el inmueble. También se escuchan voces que dicen "Culpable...cerda...", "Cobarde" o "Cállate". También psicofonías de niños que dicen "Tengo miedo".

Además, las cámaras de vigilancia muestran grabaciones en las que se puede observar una neblina grisácea con forma humana, un supuesto fantasma que siguió al investigador durante su recorrido por el palacio. Asimismo, cámaras fotográficas captaron imágenes en las que se aprecian presencias extrañas.

Con todo ello, el investigador murciano asegura no dudar de que en el edificio reinan los fenómenos fantasmales. De hecho, el caso llegó a Cuarto Milenio.