La Croem descarta "el riesgo de recesión" aunque el crecimiento pueda frenarse

La Croem descarta que la Región pueda estar «en riesgo de  recesión a corto plazo», aunque alerta de que el crecimiento empieza a frenarse. En el Boletín de Coyuntura correspondiente al tercer trimestre de 2023 señala que «en la economía regional se sigue percibiendo una inesperada resiliencia», dado que se espera terminar el año con un crecimiento del 2%, que «resultaría coherente con la consistencia mostrada por el mercado laboral en los últimos meses».

Las previsiones de la patronal para el próximo año apuntan que «con la información actualmente disponible en 2024 se asistiría a una suavización del crecimiento, hacia un rango más próximo al 1,5%, debido al impacto de las subidas de tipos de interés, al debilitamiento de la economía europea y a la incertidumbre derivada de las tensiones geopolíticas».

 Destaca que, aunque «las exportaciones de la Región sobrepasaron los 10.500 millones de euros hasta septiembre, una cantidad un 4,4% inferior a la de 2022», este descenso obedece a la bajada de los productos energéticos. Sin este componente, las exportaciones experimentarían un aumento del 2,3%.

"La economía regional ha mantenido un comportamiento sólido"

«A corto plazo no se vislumbra en la Región riesgo de recesión, al contrario de lo que ocurre en algunas grandes potencias europeas, al tiempo que algunos factores podrían propiciar sorpresas positivas, como la demostrada resiliencia regional, la leve relajación de las tensiones inflacionistas o el repunte en el ritmo de creación de empleo observado en los últimos meses».

El informe de la Croem recuerda que «durante este año la economía regional ha mantenido un comportamiento sólido, con una tasa de crecimiento todavía elevada, si bien, al igual que en el caso nacional, comienzan a evidenciarse signos de una moderación en el ritmo de crecimiento».

La falta de agua y las olas de calor, cuyo efecto se suma a «la presencia de fenómenos meteorológicos extremos, han condicionado sobremanera la campaña agrícola estival, que ha sido en general negativa».

La industria es el sector que muestra un comportamiento negativo y «acumula el peor dato de todas las comunidades en lo que va de año», con una caída del 10% (-1,0% nacional), lastrada principalmente por las caídas en el sector energético y la incertidumbre derivada del anuncio de cierre de la planta química de Sabic». Las principales caídas se dan en cuero y calzado  (-26,0%), energía (-23,8%), madera y corcho (-21,5%), bebidas (-20,1%), maquinaria y equipo (-14,3%), química y farmacéutica (-11,9%) y ropa (-10,5%).

La construcción mantiene la actividad en la obra pública, que sumó 100 millones entre julio y septiembre, hasta alcanzar los 754,8 en los nueve primeros meses del año. Estas cifras superan en un 1,4% las de 2022, «favorecidas por el avance de licitaciones asociadas a la Alta Velocidad entre Murcia y Lorca». Sin embargo, la edificación empieza a «mostrar signos de agotamiento», con retrocesos en las viviendas terminadas (-14,0%) y en la compraventa (-3,6%).

El sector servicios mantiene un crecimiento superior al nacional en lo que va de año, con un aumento un 4,9% anual hasta septiembre (3,1% en España), que se ralentiza a partir de julio, aunque la temporada turística ha sido satisfactoria en visitantes y pernoctaciones.