Medio ambiente

El cernícalo primilla agranda su presencia en las tierras de la Región

La población alcanza las 403 parejas reproductoras y más de 1.200 pollos nacidos en 2022, cifras que no se veían desde que hay registros

Ejemplar de cernícalo primilla.  | L.O.

Ejemplar de cernícalo primilla. | L.O. / alberto sánchez

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

El cernícalo primilla vive su mejor momento en la Región de Murcia. Ave rapaz de la familia de los halcones, está catalogada en estas tierras como especie en peligro de extinción. Pese a ello, su población se ha multiplicado por nueve en los últimos 18 años. Es la cifra más alta alcanzada desde que se comenzaron a realizar los censos de la especie en 2005. Entonces el número de parejas registradas era de 46, mientras que el pasado año se localizaron 403. Las buenas noticias no se quedan sólo ahí, ya que en un año la Región ha ganado 63 parejas reproductoras y ha aumentado el número de colonias donde se han criado pollos, hasta alcanzar las 37, siete más que hace dos años.

Estas son las principales conclusiones del último censo de la población del cernícalo primilla en la Región elaborado por la Consejería de Medio Ambiente. Esta especie ha logrado distribuirse y consolidarse en ocho grandes áreas donde se concentra la reproducción de la especie: Caravaca, Jumilla, Yecla, Cagitán, Saladares del Guadalentín, Zarcilla de Ramos, paraje El Ardal localizado en el Altiplano Sur (en los municipios de Jumilla y Yecla) y Corvera (Murcia). La población de este cernícalo «se consolida en la Región de Murcia», señala el informe, distribuida por todo el territorio del Altiplano (alberga el 40% de las parejas), Noroeste y centro-sur.

Amenazas

La destrucción y desaparición de casas de campo o cortijos en entornos rurales aptos para nidificar, así como su restauración sin considerar su presencia y la necesidad de su protección, son las principales amenazas que sufre esta ave, «altamente vulnerable a la destrucción y desaparición de su hábitat». El censo concluye a su vez que los cambios de cultivos tradicionales de secano por otros arbóreos o de regadío, o el emplazamiento de grandes infraestructuras como plantas fotovoltaicas, conlleva a la desaparición de sus lugares de alimentación.

El año pasado se estimó el nacimiento de 1.209 pollos, con una tasa de éxito de tres nuevos cernícalos por pareja. Las campañas de anillamiento de ANSE y la asociación Caralluma, así como las de la Dirección General de Medio Natural, lograron identificar a 154 pollos y dos adultos. «Las anillas recuperadas en estos años nos indican que los pollos suelen volver a las mismas colonias de cría como adultos reproductores o a colonias cercanas en su tercer año de vida». La tasa de los pollos nacidos que vuelven como reproductores es del 5%. «Este bajo porcentaje está asociado a una alta mortandad juvenil que puede ocurrir en las zonas de dispersión post-nupcial».