Contaminación

Denuncian quemas agrícolas en horario escolar en la Región

La asociación Stop Quemas reclama al Gobierno fomentar la trituración de podas

Densa capa de humo negro vinculada a las quemas agrícolas, en Mazarrón.

Densa capa de humo negro vinculada a las quemas agrícolas, en Mazarrón. / Stop Quemas

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

La asociación Stop Quemas Murcia ha denunciado que la nueva normativa regional que regula las quemas agrícolas en la Comunidad cae en una contradicción al prohibir la incineración de restos de podas en horario escolar, pero a su vez establece un horario de quemas que va desde 8.00 horas hasta las 18.00 horas en el caso del mes de mayo. La nueva regulación, en vigor desde hace unas semanas, impide quemar restos vegetales a menos de 400 metros de los núcleos urbanos, pero la asociación remarca que, pese a la distancia establecida, el humo acaba alcanzando a los centros educativos.

La norma «es un cúmulo de contrasentidos y contradicciones que difícilmente se puede entender y mucho menos llevar a la práctica», señalan desde Stop Quemas, «nos condena a respirar el humo de dichas quemas 365 días al año porque a dicha distancia sigue siendo irrespirable el humo».

Frente al nuevo reglamento de quemas en la Región, la asociación exige al Gobierno regional que tome las medidas necesarias para ayudar a los agricultores «mediante recogida de restos de poda y trituración», así como llevar a cabo «acciones concienciación y educación a este colectivo en prácticas saludables, ya que van a ser los primeros en notar los beneficios».

Infecciones respiratorias

Piden, además, que se deje de «manipular a la población con decretos que insultan la inteligencia de la mayoría de la población», ya que suponen «un atentado contra la salud que pone en riesgo» a las personas.

«Tanto la Consejería de Salud como la de Medio Ambiente deberían conocer de primera mano los problemas de salud que acarrean los humos, vengan de donde vengan, y, sin embargo, no se han opuesto» a la recién aprobada regulación, impulsada por la Consejería de Agricultura, que debía adaptar la normativa regional a la legislación estatal.

La asociación recuerda que estas prácticas en el campo puede causar múltiples problemas: «infartos cerebrales y de miocardio, cánceres de todo tipo, demencias, infertilidad, infecciones respiratorias de vías altas y bajas en niños y adultos, entre otros».