Entrevista

José Griñan, maestro belenista: "Las nuevas generaciones ya no quieren dedicarse a la artesanía"

Sus hijos continúan con el legado artesano de su padre y estos días representan a su sector y a la Comunidad con un belén en el Parlamento de Bruselas

José Griñán, en el Mercado de Artesanía de Murcia, ayer. Israel Sánchez

José Griñán, en el Mercado de Artesanía de Murcia, ayer. Israel Sánchez / laura sánchez

Laura Sánchez

Después de 53 años de experiencia, José Griñán lamenta que las nuevas generaciones no estén interesadas en la artesanía y que cada vez sea más difícil competir con las grandes empresas que fabrican Belenes ‘low cost’. La tradición, la calidad y el tiempo son los principales valores que en el taller de este artesano utilizan para realizar sus obras, algo que los grandes fabricantes de nacimientos de materiales más baratos no pueden ofrecer. Griñán y sus hermanos han conseguido llevar la tradición artesanal belenista hasta Bruselas y uno de sus grandes nacimientos se expone estos días en el Parlamento Europeo, una iniciativa que puede dar visibilidad a un oficio que, según lamenta, se está perdiendo.

¿Todos sus productos son cien por cien artesanos?

Las figuras del belén son totalmente artesanas.

¿Cómo ha conseguido llegar uno de sus belenes a Bruselas?

Fue una iniciativa de Isabel Benjumea, eurodiputada del PP en el Parlamento, yo tenía esa inquietud desde hacía ya varios años y ella fue quien trasladó esa idea al Parlamento. Bruselas nos dio el visto bueno y ya se puso en contacto a través de la Comunidad Autónoma el presidente López Miras y, seguidamente, nos avisaron de que el proyecto iba hacia adelante y empezamos a organizarlo todo.

¿Cuánto tiempo lleva crear un belén de estas características? ¿Y una sola figura?

Un belén de este tipo necesita un mes, mes y medio de trabajo. Una figura como por ejemplo la Virgen solemos tardar, entre que se hace, se seca, se cuece y se pinta, unos cuatro o cinco días

¿Cuándo se inició en el oficio de la artesanía?

Yo y mis dos hermanos, con los que comparto oficio, empezamos jugando con el barro en el taller de mi padre. Creo que fue a los 6 años cuando empezó mi pasión por este oficio hasta ahora, que tengo 53 años. Es algo que hemos vivido, que hemos mamado, como se dice aquí en la huerta, te crea un gusanillo y al final acabas cogiendo este oficio como estilo de vida.

¿Qué futuro le ve usted al sector de la artesanía?

El problema principal se encuentra en las nuevas generaciones, las cuales ya no quieren dedicarse a este oficio. Sería una pena, pero una pena muy grande que este oficio se perdiese. Nosotros somos la primera generación viniendo de mi padre, pero en otros talleres está pasando lo mismo. Se trata de un proceso muy lento, de muchos días para conseguir una pieza y que esta acabe en el comercio y, ¿qué pasa? La mano de obra es muy escasa y es complicado, como no se haga algo, veo el futuro muy negro en este negocio.

¿Qué precio pueden tener sus belenes?

Desde 40 euros puedes obtener el Nacimiento de un tamaño pequeño y, ya podemos llegar a cobrar hasta los 11.000 euros por un Nacimiento grande como el que exponemos en el Parlamento Europeo.

¿Han notado una caída en las ventas en estos últimos años?

Nosotros en concreto no, exceptuando los años de la pandemia, pero ahora mismo dentro de lo que cabe se está vendiendo.

¿Cómo se sienten al tener la oportunidad de representar a su Región y ensalzar su oficio?

Nos sentimos orgullosos de poder representar a nuestra comunidad, poder darle visibilidad a este oficio y por último el poder estar allí viviendo un momento histórico. La gran satisfacción que sientes después de ver tantas horas de trabajo expuesto en una institución de ese calibre, cómo te sientes como artesano viviendo un evento histórico.

¿Pudieron asistir a la inauguración?

No hemos podido asistir debido al nivel tan alto de trabajo, pero estábamos invitados y nos hubiera hecho muchísima ilusión haber podido estar. Por desgracia, estos meses del año son los que más carga de trabajo lleva el taller y nos ha sido totalmente imposible.

¿Por qué su padre acabó dedicándose a la artesanía?

Había un taller muy cerca de su casa, y él empezó a ir y a empaparse de este oficio como yo y mis hermanos jugando con el barro. Con los años acabó en un taller más grande (Manuel Ortigas), fue una empresa muy fuerte en el sector del belén y llegó a tener unos 200 trabajadores. De allí se fue a otro taller y acabó estudiando artes y oficios y comenzó a crear su propia firma, que actualmente es la que seguimos nosotros.

¿Dentro del belén, cuál es la figura a la que más cariño tiene?

Generalmente todas tienen su encanto pero para mí una de las figuras que más encanto y cariño consigue es el niño. Conseguir en el niño esa imagen dulce a la que la gente le llama la atención, es para mí una de las imágenes más bonitas.

¿De qué tipo es el belén de Bruselas?

Es hebreo y luego tiene una imagen en el pórtico de la Catedral de Murcia. Para este pórtico nos ayudó un gran profesional, José Fructuoso, el cual se encuentra retirado a día de hoy, pero tuvimos la suerte de que quisiera participar en nuestro proyecto.

¿Cuál es el país donde más le ha sorprendido vender un belén?

He vendido belenes en muchos países fuera de España pero el que más me llamó la atención fue Noruega, debido a que ellos no veneran las imágenes de los santos.

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