Los nuevos mapas de riadas o de flujo preferente entran en una nueva fase tras terminar el plazo de información pública, donde han pesentado alegaciones 34 organismos, colectivos o administraciones. Entre ellos está la Consejería de Fomento, que señala que la Confederación Hidrográfica del Segura ha empleado un modelo de circulación de caudales «ficticio» que «no consigue representar de forma fiable la realidad del fenómeno natural de las inundaciones».

La Consejería cree que se han utilizado «equivocadamente» modelos analíticos que fueron diseñados para cuencas pequeñas con frecuencias de precipitación sustancialmente «menos extremos» que el Mediterráneo. «Su traslado a la cartografía se ha efectuado sin ningún tipo de calibración empírica o comprobación práctica en campo, y han sido empleados para cuencas muchísimo más grandes de las prescritas, amplificando exponencialmente sus errores. Los resultados arrojados, por tanto, solo pueden calificarse de absurdos».

El consejero José Ramón Díez de Revenga ha ido desmenuzando en los últimos días qué edificios de ciudades como Murcia o Cartagena no se podrían levantar hoy de estar en vigor los mapas que plantea la Confederación:

  • Palacio Consistorial de Cartagena (Ayuntamiento)
  • Estación de tren del   barrio del Carmen.
  • Edificio de la Empresa Municipal de Aguas y Saneamiento de Murcia (Emuasa) en la plaza Circular.
  • Hospital Morales Meseguer
  • Cuartel de Artillería de Murcia
  • Jardín de Floridablanca

A modo de ejemplo, la Consejería de Fomento señala en su alegaciones otros casos curiosos de ciudades que se verían afectadas por otros condicionantes climáticos o geográficos: "A nadie se le ocurriría prohibir que se pueda vivir en Nápoles porque se encuentra a las faldas del Vesubio, en San Francisco porque pueda suceder un terremoto, o en Miami porque puede ser azotada por un huracán".